Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Conductas cavernarias

Conductas cavernarias

El parlamento o Asamblea de participación popular admite diversas denominaciones y asume composiciones y estructuras variadas tanto en el transcurso de los tiempos y las realidades concretas de la organización política estatal. En el sistema democrático se considera a esta institución como la casa del pueblo, puesto que en ella  se patentiza la discusión y debate de las ansias nacionales; en dicho lar, todas las voces deben ser oídas y respetadas, buscando consensos que beneficien a la comunidad íntegra o bien común.

En la actividad política de un Estado que se considere de juri , la labor parlamentaria no se limita a un mero instrumento de generación del sistema normativo, por cierto muy importante para la vida en convivencia; las funciones establecidas y determinadas por las Constituciones Políticas al órgano son más complejas e integrales asignando al cuerpo deliberante, además, labores fiscalizadoras de los otros órganos de poder y potestades inspectoras de la actividad de los miembros que componen el cuerpo gubernamental.

En el seno legislativo, las voces de mayoría y minoría son un principio rector puesto que las facciones políticas existentes tienen representación,  convirtiéndose, por tal motivo, la Asamblea,  en caja de resonancia de los diferentes sectores de la opinión pública, cuyas voces deben ser escuchadas a fin de lograr cierto equilibrio e integración. Quienes conforman este órgano, obviamente deben estar investidos de valores en los que sobresalgan la ética, honradez, capacidad y la vocación de servicio público democrático.

Para esa loable función es imprescindible demostrar capacidad de diálogo y tolerancia, respeto a la opinión ajena, conducta personal intachable, comportamiento digno y ecuánime, tanto dentro del hemiciclo, como en la vida personal.

Muy poco de eso es lo que se puede constatar en nuestra realidad. Todo lo contrario, la intolerancia e insolencia y el irrespeto contra quienes asumen posiciones contrarias o que no hacen parte de la proposición oficial parece común denominador de una bancada acostumbrada a imponer directrices emanadas desde el centro de su poder, demostrando con acciones poco dignas y valetudinarias, su total dependencia del Ejecutivo atrabiliario donde la fuerza y la imposición es su norte y guía.

Los hechos vergonzosos acaecidos en la Asamblea Plurinacional son la clara demostración que la poco honorable bancada oficialista se  constituya en mera caja de resonancia de instructivas partidarias y, en tal sentido, procedan cavernariamente.

TEXTUAL

"CUCHO" JORDÁN Q.

Abogado, docente e  historiador del Derecho

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