En días pasados, se realizó  una reunión virtual con pilotos activos y jubilados y un funcionario de Boeing para hacer una evaluación del momento que vive la aeronáutica mundial, que por primera vez pasa por una crisis jamás vista en los más de 105 años de historia.

Excomandantes y técnicos destacaron los logros del fabricante Boeing, que en la era del jet puso a servicio su gran modelo el 727/100/200, mismo que sigue volando a más de 54 años de haber salido a prestar servicio, o los actuales 787 Dream Liner, que se destacan por su capacidad de transporte y bajo rendimiento en costos de operación. 

Tampoco se dejó atrás a Airbus y Embraer, empresas mucho más jóvenes que Boeing que demostraron también tener aeronaves destacables. Pero como la reunión estaba basada en aeropuertos de Bolivia, los más altos del mundo y la situación geográfica del país por sus montañas, se recordó a empresas que hicieron historia en la aeronáutica latinoamericana como Mexicana de Aviación, Saheta de Ecuador,  Aeroperú y el más recordado Lloyd Aéreo Boliviano (LAB).

También  se hizo mención a los esfuerzos que hacen algunas empresas chicas como Peruvian y otras en Perú; Ecojet en Bolivia, que a pesar de todos los contratiempos sigue operando más de siete años y algunas veces con una sola aeronave, sin fallar sus itinerarios.

Dejaron de operar Amaszonas de Paraguay y en su remplazo con relativo éxito Panair, pero en Uruguay dejó de volar Amaszonas Uruguay y en Perú Avianca Perú. Los participantes lamentaron que estas empresas hayan dejado de operar y varios tripulantes y trabajadores se queden sin fuente de trabajo.

Finalizó la charla con una gran realidad y una gran pregunta ¿qué se puede hacer para que la actividad aeronáutica vuelva a lo que fue en los años 90? Creo que todos coinciden en que la respuesta es difícil, ya que el mundo aeronáutico actual es otro. Los pasajeros y las empresas se deben adecuar a la realidad actual, dando y exigiendo más controles a los pasajeros que utilizan el transporte aéreo y no esperar esos servicios de alimentación que las empresas se esmeraban dar en sus vuelos.

Hoy, todo pasajero debe viajar con su barbijo puesto y estar seguro que su temperatura corporal no pase de 36 grados, de lo contrario no será admitido a bordo. Esa es la realidad de la aeronáutica mundial y creen que será por un largo tiempo más.

EN VUELO

CONSTANTINO KLARIC F.

Asesor aeronáutico

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