Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 22:09

Los años pasan

Los años pasan

Es una lástima que cuando un día más termina y ya no está lejos la muerte, como pude ver,  sino se vuelve compañera de viaje cuando la riqueza y la fortuna ya no te sirve. Aquí viene la reflexión.

Conté mis años y me di cuenta que tengo menos tiempo del que creía para vivir, porque nadie es eterno. Es como dijo alguien a un niño que le regalaron varias golosinas; las primeras las comió con agrado, pero cuando vio que quedaban pocas empezó a sacarle más gusto. Así es la vida. El que escribió esto tenía toda la razón, a veces tarde nos damos cuenta.

Creo que ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. Ya no quiero asistir a reuniones donde se desfilan egos inflados.Ya no tolero a gente que se te acerca solo por interés y no con el deseo de ser tu verdadero amigo, que los hay en la situación que estés. Se acabó mi tiempo para asistir a reuniones largas donde discuten y no llegan a nada.

No acepto a absurdas personas, que a pesar de su edad avanzada no han crecido. Quiero la esencia, ya que mi tiempo tiene prisa. Quiero vivir el resto que me queda al lado de mi familia y amigos de verdad. No de gente que se jacte de su fortuna o posición, gente que sepa reír y vivir la vida. Gente que no huya de sus responsabilidades y que las sepa afrontar, que sepa andar del lado de la verdad y la honradez. Que entienda que la caridad es un acto del corazón, no del bolsillo.

Que entienda que el verdadero amor es como el nacimiento que ocurre solo una vez, por eso cuando preguntan ¿por qué tantos años viudo? Sencillo, no hay otra Mechita (mi exesposa +). Solo estoy mejor, porque ahora te aman por lo que tienes, no por lo que eres; aprendí que amar es darse sin medida a quien uno ama. Quiero estar cerca de la gente, que salió adelante pese a los duros golpes de la vida; quiero rodearme el resto de vida que me queda.

Mi meta es llegar al final de mi camino satisfecho, en paz. A nadie le hice daño y sé que mi conciencia está tranquila, y será el legado que dejaré a mi familia y a mis amigos de verdad.Tuve una hermosa vida, hijos formados, nietos exitosos y bisnietos brillantes. ¿Qué más puedo pedir a la vida?

Viajé casi por todo el mundo y la mayoría de estos, invitado o por cuenta de las empresas que trabajé. Recibí  varias distinciones del exterior y tuve puestos altos en las empresas aeronáuticas; llegué a ser funcionario de OSCI, contratado para la DGAC; fui funcionario de Boeing, la empresa más grande del mundo en fabricación de aeronaves. Darme el gusto de ser uno de los pocos ciudadanos no norteamericanos de haberle prestado dinero a ese país.

Tu que has leído esta nota, no te preguntas ¿cuántos años te quedan? Medita y ve si tu paso por la vida tuvo una razón; no te olvides que los cumplidos son perdidos y solo queda el resto.

EN VUELO

CONSTANTINO KLARIC F.

Asesor aeronáutico

[email protected]