Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Innovación sí, pero no así

Innovación sí, pero no así
Esto sí es extraordinario para mí y para mis prejuicios respecto a la creatividad e innovación en grupos que reciben instrucción militar o policial. Hoy tengo que admitir que los agentes de tránsito lograron sorprenderme.
En esta casi “nueva normalidad” me resulta complicado acceder a las tiendas comerciales en los nuevos horarios de atención, pero estamos en invierno y me estoy congelando. Así que resultó prioritario comprar ropa térmica que, además de ayudarme a mantener el calor, me evite posibles resfríos y sugestiones paranoicas pandémicas.
Apenas llegó la oportunidad, robé unos minutos a la rutina y corrí a una tienda a satisfacer la urgencia. Era una avenida donde normalmente conseguir un espacio es casi una lotería, pero de pronto, allí estaba, muy cerca de mi objetivo. Estacioné entre dos vehículos y después de ellos muchos más arriba y abajo.
Luego de realizadas las compras, llegué a mi vehículo y estaba con la “trampa” puesta en la rueda. No tengo que escribir lo que pasó por mi cabeza, era el único en toda la calle. Allí esperaban dos “agentes del orden”. Me acerqué y dije: Disculpe no entiendo el porqué de la “trampa”, no hay ninguna señal que indique que no debo estacionar y además las aceras están completamente llenas de vehículos ¿Por qué a mí? Me dijo, usted se ha parqueado sobre una cebra. Traté de verificar si era cierto y lamentablemente no pude ver las marcas en la calle. Posiblemente allí estuvieron alguna vez, pero ya no.
Como debía atender una reunión en pocos minutos, pedí que me diga cuál era el procedimiento más expedito imaginando que me mandaría a una oficina de tránsito y en medio, al banco a pagar la multa. Pero no, muy tranquilo me explicó que en el parabrisas habían puesto un papelito con el procedimiento.
No era muy claro, pero el amable agente me explicó que en el papel estaba el número de cuenta al que debía depositar la multa, solo tenía que pagar con la aplicación de mi banco a una cuenta del “banco de los bolivianos”.  Luego hacer una captura del pago y enviarlo a su celular por WhatsApp junto al número de mi placa.  En cinco minutos el tema estaba resuelto.  Mientras me iba pensé, no tengo un recibo y tampoco había las rayas en la calle; enfrente una señora extendía su celular a otro agente. Otra víctima de esta “innovación”.

DINO PALACIOS
Doctorante en Ciencias Políticas  y Jurídica
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