¿Si mañana nos vuelve a caer con mucha fuerza una pandemia, ya estamos preparados? Escribo esto mientras atravieso mi tercer día de dar positivo al coronavirus. Me pongo a pensar en todo lo que sucedió, en todas las personas que se fueron y murieron, en cada una de las personas que luchó por su vida, y en aquellas familias que lo perdieron todo para pagar una clínica y los medicamentos.

Tuve la oportunidad de conocer dos diferentes realidades de la COVID en dos ciudades de nuestro país. Me tocó estar en Trinidad durante la primera ola, ahí mucha gente murió, y para muchas familias una lata de mentisán era su único medicamento. Pues entonces la que fuera presidenta prometió muchas acciones, ninguna se cumplió y varias ciudades y poblaciones del Beni sintieron con dolor, tristeza e impotencia una pandemia que nos mataba.

A los meses de esa terrible experiencia, me tocó llegar a Cochabamba, la ciudad con más desarrollo también se veía golpeada, con gente que rogaba por un tubo de oxígeno. 

Me tocó estar cerca de diferentes realidades, crudas realidades en las que, por ejemplo, veía llegar personas a las puertas de un hospital y morirse. La hermosa Llajta estaba de luto, intentaba sobrevivir con sus calles abandonadas y una economía que no arrancaba.

Hoy, después de varios días, de varias semanas y meses, estamos ingresando a una quinta ola; anuncian los voceros que tendremos días con hasta dos mil casos por ciudad y que las cifras aumentarán aún más, sin embargo, las muertes estarán casi ausentes.

Uno ve un mejor futuro a corto plazo y es aquí donde me pregunto si estamos listos para otra pandemia que nos golpee tan duro; veo lo sucedido y me acuerdo de tanta falencia en el sistema de salud y tanta ignorancia, y es que incluso se llegó a decir que si nos vacunábamos, nos convertiríamos en lobos.

Y más allá de si estamos preparados o no para una nueva pandemia, qué aprendimos de esta. Amamos más a nuestra familia, queremos más a nuestros cercanos, luchamos más por nuestros sueños o tal vez, simplemente, pasó y ya.

La realidad es que perdimos a tantas personas que amábamos y se fueron tantos que creemos que todavía deberían estar aquí y aquí estamos nosotros para contar esas historias.

Coman bien, tomen mucho sol, sonrían, sean felices, amen con locura y den sin esperar nada a cambio. Qué más nos queda, si por una pandemia o cualquier otro motivo mañana nos vamos.

CON LLAJUITA

Claudio Rojas V.

Periodista y docente universitario

[email protected]