Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Mamita de Urcupiña

Mamita de Urcupiña

Estamos ya en el mes de agosto, tenemos muchas actividades relacionadas a la festividad de la Virgen de Urcupiña y me pongo a pensar en los pedidos de los feligreses. ¿Qué le pedirías vos?

Obviamente están los que consideran que en vez de pedir algo, hay mucho por agradecer y creo que me uno a ese grupo. Principalmente agradecer por la vida, después de tanta muerte a causa del coronavirus. Estar vivos es un verdadero regalo.

Algunos pedirán platita, que el emprendimiento marche bien y que los bolsillos estén llenos. Otros me imagino que optarán por una casita, con patio o un departamento. No pueden faltar los que se compren terreno, los que quieren construir su hogar o aquellos que optarán por un contrato de alquiler o anticrético, todo dependerá de las posibilidades de cada uno. 

Imagino que estarán presentes los que le pedirán laburito a la virgencita. Pongámonos a pensar en la gran cantidad de personas que quedaron sin trabajo en los últimos meses, aquellos que quedaron sin su fuente laboral y que ahora están a la pesca de lo que haya y lo que se pueda. Para la gente que no tiene un trabajo, está también la oportunidad de llegar hasta los pies de Urcupiña.

Cuántos vendrán a agradecer, mucha gente que siente que recibió el milagro que estaba esperando, ese que necesitaba y que ahora está aquí, y de milagros hay muchos, de distinto tipo. Están los que pidieron con tantas lágrimas de por medio, esos que pedían por la vida; cuánta gente fue para pedirle a la Virgen que no llegue la muerte al hogar, cuántas personas rezaron por su vida o la de un ser querido.

En el caso de salud, no se trata solo del coronavirus, también están los miles de personas que van porque una enfermedad los quiere matar o porque alguien que quieren mucho está a punto de irse. Las realidades son diversas y es por eso que los pedidos relacionados a salud vienen de todos lados y por muchísimos motivos.

En fin, hay de todo para todos. Aquí, según se ve, el único requisito es ser creyente, ahora ese es otro tema. No es que se tenga un formulario por llenar y actividades que debes llevar de manera obligatoria, la virgencita sabrá lo que necesitas. Ya es muy común tomar en cuenta que hay gente que prefiere no creer o que por su religión prefiere dejar de lado a lo que consideran estatuas, sin embargo, no se puede omitir a los millones de católicos en el mundo, muchos de ellos fieles seguidores de corazón.

CON LLAJUITA

Claudio Rojas V.

Periodista y docente universitario

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