Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Digipi diripi

Digipi diripi

No se trata solo de una canción, y una persona que usó palabras en tono despectivo para referirse a quienes no cumplen su labor en una institución. Se trata de un mundo entero de incumplimiento de deberes en diferentes instancias, todo desnudado a través de la labor de María Galindo, activista criticada a veces por sus extremos y ahora aplaudida por muchos, por mostrar lo que no se hace o lo que no cumplen algunas instituciones.

“Galindo no es cumbiera, pero los pone a ritmo”, es una de las tantas frases que se pueden extraer del tema musical que se escucha en radios y redes sociales. La labor de la activista, muy conocida por lo que hace y deshace desde Mujeres Creando, ahora es tendencia nacional. Llamó la atención con sus vivos que no solo van por radio Deseo, sino que saltan a redes sociales y muestran en muchas oportunidades el día a día de las y los funcionarios públicos.

¿Qué tendría que llamarnos la atención de un vivo de Galindo en redes sociales? Nada más y nada menos que la ausencia de autoridades, o el que se escondan cuando llega la activista a sus oficinas; está también el funcionario que nunca aparece y que deja su escritorio como muestra de que existe, aunque nunca lo llena porque siempre está declarado en comisión.

No vayan a enojarse quienes no son parte de ese gran grupo de calienta asientos o de los fantasmas del laburo, y es que son muchas y muchos que obviamente no quieren ser identificados. No es que desde ahora nos estemos dando cuenta que hay mucha gente que no cumple con el trabajo, lo que pasa es que, gracias a personas como Galindo, ahora vemos muy de cerca una realidad escondida por unos cuantos, para beneficio de otros menos.

Aquí un contexto que ya se sabía que funcionaba muy mal. No lo digo yo, lo dijeron autoridades de otros poderes del Estado, el Poder Judicial, y claro, no todos, pero sí muchas y muchos. Hace unos días veía los videos de Galindo en los que, acompañada de una familia enlutada, buscaba a una fiscal que había dejado libre a un feminicida. No fue más que salga adelante el denominado “Radio Documental” para que todo un país sepa quién era la autoridad señalada y que una persona acusada por asesinar a una mujer, estaba prófuga de la justicia boliviana; a las horas del incidente teníamos a un coronel aprehendido y acusado por hacer que su hijo escape.

Las historias se repiten una y otra vez, como si hubiera un formato genérico para los casos. Está un delincuente prófugo, está la autoridad que lo deja libre a cambio de dinero y favores, y está la familia de una víctima que ruega por justicia. Un libreto copiado en cada caso que nos muestra una vez más lo podrido de muchas instancias y algunos trabajadores.

CON LLAJUITA

CLAUDIO ROJAS V.

Periodista y docente universitario

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