Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 14:41

Doscientos doce años de Llajta, un aniversario más. Celebremos con chicha y chicharrón a esta hermosa tierra bendita que acoge a propios y extraños y que para todos tiene un rinconcito.

Cochabamba está de aniversario, cumple un año más, festejaremos todos por lo que se puede hacer y por lo que se logró. Expreso todo esto porque estamos acostumbrados a quejarnos de todo y de nada, nos molesta todo, excepto nuestros propios defectos.

¿Qué se puede destacar de nuestra Llajta?, lo más importante, su diversidad, su manera de ser distinta a cada paso. Cochabamba tiene valles, entre altos y bajos, ahí nos sumergimos entre cultura y tradición; en el Valle Alto nos encontramos con sonrisas infinitas, con cariño que se expande y con un “servite pues”, que nos invita a estar ahí y no querer salir.

Unos choricitos de Tarata, unos pichones de Cliza. ¡Qué tal si comemos unos rosquetes de Punata o un chicharrón de pollo preparado como en aquel entonces! Todo perfecto para disfrutar de una de las regiones más hermosas de este departamento; en el Valle Alto la gente es amable, no olvides que si algo te invitan, tienes que aceptar con cariño, ahí, rechazar algo no es una opción que se tome de buena manera.

En el Valle Bajo, caracterizado por su gente luchadora, prima el “a mí, no me nadie”. Se pelea por lo que se quiere y se aplaude cuando la respuesta es positiva y va en beneficio de todos y de todo; la gente no es distinta a la realidad de los valles, aquí se trabaja o se trabaja, no importan las horas ni la labor, aquí se sale adelante.

En las zonas andinas, una Cochabamba más abrigada recibe a toda persona que quiera visitarla. Aquí, la situación es más complicada, la producción agrícola está a merced del clima, las condiciones de vida no están conectadas a la comodidad plena y es por eso que la gente tuvo que adaptarse y esforzarse. En esta región, el cochabambino la pelea, la sufre.

La zona andina, tan particular como ella, es símbolo de esfuerzo, ahí la producción es distinta a otras regiones y está ligada a ser mucho más reducida, sin embargo, estamos aquí, en esta realidad en la que se lucha cada día. 

Está el Trópico, con sus paradisiacos lugares, su calor, su selva. Esta región prospera recibe a miles de turistas; es la puerta de entrada del oriente boliviano, la que nos conecta con la otra parte del mundo. Cómo no hablar del Trópico, si es ahí donde disfrutamos de ríos, fauna y flora extravagante.

¡Qué hermosa Cocha, eres única!

CON LLAJUITA

Claudio Rojas V.

Periodista y docente universitario

[email protected]

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad