Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 12:02

Mi Beni, herido de muerte

Mi Beni, herido de muerte

Bolivia no sufre solo un virus que ya mató a muchas personas, este país no solo está luchando contra el COVID-19; Bolivia lucha contra la corrupción, lucha contra años y años de falencias y problemas que no fueron resueltos. Hoy peleamos contra la inexistencia de infraestructuras de salud, contra necesidades que no se atendieron, luchamos contra la politiquería barata que prometió y prometió y que solo supo encargarse de llenar los bolsillos de aquellos que hoy se convierten en cómplices de un virus asesino.

Entre las regiones más golpeadas está aquel departamento que solo se dedica a regalar sonrisas de su hermosa gente, que solo tiene para brindar naturaleza, un aire puro y mucho cariño para cualquier forastero; y es justamente desde aquí que escribo para mencionar que lo que sucede en Beni es solo un reflejo de lo que tiene que afrontar la gente que está enferma o las personas que ya perdieron a un ser querido a causa del coronavirus.

Aquí, como en otros lugares del país, muchas personas prometieron un hospital equipado, la suficiente cantidad de personal médico; aquí también se hicieron actos con música y baile anunciando que todo iba a mejorar, hoy vemos, una vez más, que solo se trató de una cruel mentira de quien solo quiso optar por la corrupción como el “camino fácil”.

Cada palabra llora en esta publicación, cada frase tiene un detrás que está contextualizado por aquellas personas que murieron en sus viviendas sin atención médica, cada letra sangra reflejando la desesperación de hombres y mujeres que no pueden respirar y que siguen luchando acompañados y atendidos por seres extraordinarios de estas tierras u otros que vinieron de otros lados para pelear y trabajar.

Mi Beni sufre, está herido de muerte; mi Bolivia llora, llora de rabia y desesperación porque la enfermedad que tiene no solo es a causa de un virus maldito, también está enferma por aquel o aquella que no quiere construir o equipar un hospital; mi país sangra por culpa de aquel que prefiere bloquear la necesidad de su prójimo o decide “pensar” que todo es una mentira de quien quiere vestirse de poder.

Después de todo esto, pensamos… ¿Todo está mal? y podemos todavía decir que no; están los que luchan, los que ayudan de verdad y los que quieren ser el camino correcto. Mi patria está enferma, pero están también todas y todos que quieren ser su cura y que no desmayarán en ganar la batalla.