El país bajo la piel
Por fin, la constante presión internacional sobre el régimen de Nicaragua logró la libertad de los presos políticos en aquel país. La madrugada del 9 de febrero, sucedió lo inesperado, pues luego de capear momentos álgidos de cuestionamiento internacional, los Ortega se quebraron. Ese día, 222 personas fueron subidas a un avión con destino, según fuente oficial, al destierro, como se informó horas después; pero todos sabemos que estas personas partían hacia la libertad.
Poco valen ya las represalias que acompañan la acusación de traición que pesa sobre los desterrados: la confiscación de sus bienes y la pérdida de nacionalidad. Esto último algo que va en contrasentido de la práctica internacional y los Derechos Humanos; pero que además le ha dado otro revés a Ortega y Murillo, que se exponen además de desesperados, aislados; pues no demoraron los gobiernos de Chile, Colombia o México, los que podrían considerarse más afines políticamente en la región, en aprovechar la oportunidad para tomar distancia ofreciendo cobijo bajo su bandera a los presos políticos, incluso España ofreció la nacionalidad a todos ellos.
Entre los afectados por el retiro de la nacionalidad están nada más y nada
menos que revolucionarios sandinistas, como Gioconda Belli y Sergio Ramírez, que lucharon contra la dictadura de Somoza y ocuparon importantes cargos de gobierno, por ejemplo, Ramírez fue vicepresidente del país y ambos son consagrados novelistas de lengua hispana; pero no es lo único que tienen en común: ambos son férreos críticos al régimen de Ortega, como fue también el sacerdote Ernesto Cardenal.
Aún quedó una treintena de personas detenidas entre ellas Rolando Álvarez, un religioso opositor que se negó a subir al avión y un día después de su negativa lo sentenciaron a 26 años de cárcel por su “soberbia”, como dijo el propio Ortega.
La Nicaraguita que venció la dictadura sangrienta de Somoza, la conocí por Belli, Ramírez, Cardenal, Borge y Mejía Godoy, por eso creo que el menoscabo al pretender arrebatarles la nacionalidad es ante todo afrenta a la propia Nicaragua, que sería privada de los hijos e hijas más respetables que nos ha dado, además es imposible arrancarle a uno el país cuando se lo lleva bajo la piel…
ABAJO Y A LA IZQUIERDA
CECILIA CHACÓN R.
Feminista y exconcejala por la ciudad de La Paz