La belleza con B de belleza (II)
A fines del mes pasado les ofrecí comentar el proyecto de ley de regulación de concursos de belleza presentado en La Paz.
Quizás usted pensará: acaso no es más preocupante hoy la pandemia del coronavirus y no perder tiempo en regular concursos en los que finalmente participan personas mayores de edad por voluntad propia, mi respuesta es no. Pero no me tiene que creer a mi, escuche las voces oficiales y con mayor autoridad en la materia: la violencia de género afecta a un tercio de la población femenina en el mundo y fue reconocida como una pandemia mundial, así lo declaró el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, en noviembre de 2018.
La Organización Mundial de la Salud, es el organismo de la ONU especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial. Esta instancia elaboró un informe mundial sobre la violencia y la salud, donde explica la relación entre las distintas formas de violencia en razón de género (psicológica, física, sexual, entre otras) y su impacto en la salud física y mental de las víctimas.
Inspirado en el informe que hace hincapié en la importancia de la prevención el proyecto de ley paceño no pretende prohibir los concursos de belleza u otros espectáculos públicos, sino regularlos y advertir sobre los efectos (ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, etc.) que puede tener la adopción de determinados estereotipos estéticos como únicos modelos posibles de belleza.
Si los cigarrillos afectan la salud de quien fuma y la exposición al humo del cigarrillo afecta la salud del no fumador, es justo que la cajetilla de cigarrillos venga con una advertencia que garantice que el fumador está consciente del daño que puede producirle el consumo de tabaco. Del mismo modo este tipo de espectáculos debe advertir a las participantes y al público sobre los riesgos de los estereotipos de belleza únicos en su salud física y emocional y se debe informar sobre la conexión entre la violencia simbólica y otras formas de violencia, para lo cual deben asistir a un taller de información y prevención, organizado por la dirección de Políticas de Igualdad, como requisito previo a la realización de la actividad.