Ante lo ocurrido en Yapacaní, quiero compartir a través de este espacio, alguna información que puede ser útil, sobre una realidad con la que convivimos; pero en la que reparamos muy poco: el Virus del Inmunodeficiencia Humana  (VIH) y la situación de las niñas y niños en Bolivia. 

A pesar de que han pasado más de 30 años desde que se detectó el primer caso en 1984, la epidemia no se ha controlado, y en Bolivia de las más de 30.000 personas diagnosticadas (según datos del programa nacional hasta junio de 2021), 688 eran menores de 15 años. 

Niñas, niños y adolescentes viven con VIH por diversas causas, las más comunes son: la transmisión vertical (madre-hijo) durante el parto, generalmente cuando no se practica una cesárea, o a través de la lactancia materna por desconocimiento del diagnóstico. Por eso la ley para la prevención y protección de los derechos humanos de las personas que viven con el VIH-sida, establece como casos de aplicación obligatoria de la prueba, el de las mujeres gestantes y donantes de sangre. Tan solo entre 2018 y 2020 dieron positivo  561 mujeres embarazadas.

El VIH  ya no es sinónimo de muerte y, aunque aún no tiene cura, con estricto apego al Tratamiento antirretroviral -que es gratuito-  se puede llevar una vida casi normal, eso sí acompañando la medicación con hábitos y una alimentación saludables.  La adherencia al tratamiento, puede hacer que la carga viral llegue a ser indetectable e incluso que el virus no sea transmisible, pero requiere, además de disciplina, mucha fuerza física y voluntad para sobreponerse a los efectos colaterales de los medicamentos. Según el Ministerio de Salud, aproximadamente 12.400 personas estaban bajo tratamiento hasta el año pasado. 

En la cobertura de este drama humano, muchos medios han expuesto datos  personales  irrelevantes para el caso, pero que afectan la intimidad del menor y su familia, protegidos por ley,  y se ha descuidado brindar  información relevante para la población como que existe un tratamiento profiláctico ante riesgo de exposición al VIH, que debe ser suministrado a víctimas de violencia sexual y personal de salud expuesto por accidente laboral, según establece la ley en esos casos.

ABAJO Y A LA IZQUIERDA

CECILIA CHACÓN R.

Feminista y exconcejala por la ciudad de La Paz

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