Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 13:31

La Buganvilia sigue ahí

La Buganvilia sigue ahí

Todos hemos sido testigos de los cambios que vive nuestra ciudad; pero cuántos de ustedes han sentido al volver por esa calle o esa plaza, ahora transformada, que una parte de su historia personal ha sido alterada, ya no está el banco o el árbol bajo cuya sombra soñaron, rieron compartiendo amistades y amores…

Pero más allá de que recuerdo con nostalgia  la calle empedrada en que aprendí a manejar bicicleta y que hoy está cubierta de un asfalto que quema,  creo que debemos reparar en que los  árboles son muy  diferentes a una vía, un banco o una fuente porque son parte fundamental de la biodiversidad. 

En la plazuela Quintanilla, al interior de la casa donde funciona un antiguo taller de bicicletas, existe una Buganvilia o Santa Rita, que tiene más de 100 años de antigüedad. Hace unos días me enteré por un amigo que se ha vendido la casa y los actuales propietarios ya anuncian la construcción de un edificio en aquel lugar, con una gigantografía en la que obviamente esta planta ya no está.

Hace un año en La Paz impulsé una ley de declaratoria de patrimonio natural de un árbol de Nogal también centenario, que se encuentra en un terreno privado y que iba a ser talado para construir un edificio.  La declaratoria establece la obligación de los propietarios de informar de cualquier intervención planificada sobre el árbol y la adopción de todas las medidas necesarias para su preservación y protección. 

Gracias a la declaración, los propietarios readecuaron el proyecto, incluso cambiando el nombre inicial  para resaltar el valor del  árbol patrimonial y  no es la única experiencia positiva, el 2018, Ecofuturo inauguró el Edificio Ecológico, en la zona sur de La Paz, infraestructura diseñada alrededor de la  preservación de un antiguo Ceibo de 50 años y de dos Jacarandás de aproximadamente 30 años de vida cada uno.

Entiendo que no podemos congelar la ciudad en el tiempo como si fuera un recuerdo, pero el desafío está precisamente ahí: velar y promover que el crecimiento de la ciudad (desde edificios, mercados, hasta calles) incorpore a la naturaleza en sus diseños, es decir que se adapten a la conservación de árboles, cerros o vertientes por el valor  ambiental, científico y estético que tienen. 

ABAJO Y A LA IZQUIERDA

CECILIA CHACÓN R.

Feminista y concejala por la ciudad de La Paz

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