El 2020, aparte de marcar un hito en la historia mundial por la pandemia, también será recordado como el año en la sociedad se vio en la necesidad de tener una transformación digital.

Sin embargo, las estructuras en el sector público y privado, las falencias tecnológicas, la brecha digital que existe entre una y otra generación y más que todo la actitud y cultura del “siempre se hizo así”, dificulta mucho esta transformación.

Según el informe “Fujitsu Image Scanner Organisational Intelligence Survey 2020”, elaborado por PFU (EMEA) Limited, una de cada tres empresas, en parte de Europa y el Reino Unido, no cuentan con un plan de transformación digital.

Y algunas de las principales razones por la que nos cuesta tanto a los bolivianos entrar en esta nueva etapa son, sin duda, el miedo al cambio y el desconocimiento que existe en torno a esta transformación digital. Infiero que es por esta razón que todavía existen instituciones que se siguen manejando con procedimientos obsoletos, procesos administrativos anticuados y, posiblemente lo más importante, sin una visión de futuro, sin darse cuenta que están acelerando el ingreso de sus instituciones en la curva de declive en el ciclo de vida.

Los directivos de las organizaciones deberían entender y hacer entender a sus equipos que la competitividad, eficiencia laboral y rentabilidad dependen mucho de la implementación de la tecnología en todos sus procesos, es algo que vino para quedarse y formar parte del día a día. Es preocupante ver que a cinco meses de la nueva realidad que nos toca vivir, todavía hay instituciones que no mejoraron ninguno de sus procesos, su cultura institucional o incrementaron su productividad digital.

Por otro lado, están los estudiantes universitarios, emprendimientos y empresas que tienen propuestas para transformarse digitalmente, mostrando que es algo que sí se puede hacer, desde el uso del WhatsApp Business, hasta generar apps y tener aproximaciones de e-commerce para mejorar sus ventas, esto nos debería llevar a pensar que la transformación digital no es imposible y que se puede lograr.

Para esto, deberíamos seguir capacitándonos, cambiar nuestra forma de pensar, actuar, y definitivamente, excluir de nuestro vocabulario el “no puedo”.

CARLOS R. MENESES GONZÁLES

Magister en Marketing Mangement

Responsable Regional de Marketing UCB – Cochabamba

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