Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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MILES DE FAMILIAS AGUARDAN LA LLEGADA DEL ARROZ, HARINA Y OTROS QUE DISTRIBUYE EL COMITÉ LOCAL DE ABASTECIMIENTO Y PRODUCCIÓN (CLAP). ACCEDER A OTROS ALIMENTOS ES PROHIBITIVO.

Bolsa CLAP es lo único que queda para llevarse a la boca en Venezuela

Bolsa CLAP es lo único que queda para llevarse a la boca en Venezuela



“Los precios de la comida están por los cielos”, afirma la venezolana Eugenia Morín. Por eso, la alimentación de su familia depende íntegramente de los alimentos subsidiados que da el Gobierno venezolano. Se trata de la bolsa que distribuye el Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP), ya sea puerta a puerta o en consejos comunales.

Las familias venezolanas tienen que sobrevivir el mes con 2 kilos de harina de maíz, 2 kilos de fideos, 1 litro de aceite, 1 kilo de azúcar, 1 kilo de leche, 2 kilos de arroz, 1 kilo de frijoles negros, 1 lata de sardinas y 400 gramos de avena. El paquete está valuado 40.683 bolívares, equivalente al 30 por ciento del salario mínimo, según el investigador Mikjhael Iglesias de la Universidad Católica Andrés Bello. Según el Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros (Censas-FVM), la canasta básica familiar de Venezuela para marzo requería de un millón 68 mil bolívares, equivalente a 26.2 veces el sueldo mínimo del mes. Mariana Mejías cuenta a CNN que una bolsa de arroz en la tienda de su barrio puede llegar a costar 8.000 bolívares, algo que está fuera de su alcance, teniendo en cuenta que su ingreso mensual es de 219.000 o 49 dólares, según la tasa de cambio no oficial pero comúnmente utilizada.

“La gente pelea por la comida”, asegura el cardenal Baltazar Porras a la página digital Romereports.

Descarta la posibilidad de una guerra civil, "porque para que haya una guerra hace falta que existan dos grupos armados y aquí vemos que las armas están de una sola parte”. El investigador Mikjhael Iglesias aseguró a La Prensa que el hambre ha motivado que muchas personas se sumen a las manifestaciones de la Mesa de Unidad (MUD).

Las bolsas CLAP no alcanzan o demoran en llegar, pero también se han convertido en una forma de “sometimiento” de la población.

La gente tiene que quedarse en casa esperando la bolsa CLAP. “Si estás en la manifestación no recibes la bolsa. Las personas identificadas como opositoras no reciben la bolsa CLAP. "Somos escuálidos", dijo a La Prensa un poblador de Caracas que pidió anonimato, al identificarse con el término despectivo con que los chavistas identifican a los opositores. La crítica situación de Venezuela obligó a muchas familias a emigrar.

Según La Nación, hay 2.5 millones de venezolanos viven en el exterior. La mayoría, en Estados Unidos, pero crece la emigración hacia América Latina.

GRATITUD Sin embargo, hay otras personas como Zulibel Rivas, de 46 años, que defiende al Gobierno. Rivas trabaja como analista de compras en el Consejo Municipal de Caracas, donde integra un grupo de mujeres chavistas llamado Urimare en honor a una héroe indígena. La madre de cuatro hijos también es miembro del consejo comunal de su barrio, entre otras organizaciones partidistas a las que pertenece, y recibe cada mes su bolsa CLAP.

Para ella no hay una crisis económica generada por la corrupción, el derroche y la incompetencia del Gobierno, como sostienen economistas y opositores. Ni siquiera por la baja del precio del petróleo.

"Sabemos que es una guerra económica", asegura a BBC. "Sabemos que la oposición, para pegarnos, nos quita la comida, porque nosotros nos acostumbramos a que nos dieran todo, a no sembrar". Rivas dice que, si bien no salió de la pobreza, incluso ahora -pese a la "guerra económica"- está mejor que antes de Chávez.

"Chávez nos dio educación, salud, viviendas", señaló. Como ella, por mucho que algunos sigan en la pobreza y tengan que hacer cola por horas para comprar comida o deban comer menos veces al día, millones de venezolanos aún se adhieren al chavismo por una cuestión de gratitud y reivindicación.

8 Kilos perdidos al año

Ismelda Herrera, de 48 años, ha perdido ocho kilos en el último año. Ella le llama la “dieta venezolana”. Agrega que si una persona lleva una bolsa de comida, “te la arrancan en la calle”, dijo a el diario El Mundo.

Prostitución en países vecinos para no sucumbir

La Policía realizó una operación en el norte de Brasil para combatir el tráfico de mujeres venezolanas, las cuales eran explotadas sexualmente en algunos municipios del estado de Roraima, fronterizo con Venezuela.

Algunos propietarios de clubes se aprovechaban de la "vulnerabilidad económica" de muchas venezolanas que han cruzado la frontera debido a la grave crisis que atraviesa su país y les ofrecían alojamiento y en algunos casos comida a cambio de la prostitución.

En las calles de Riohacha, capital de La Guajira colombiana, se ven a diario venezolanos "buscando trabajo", igual que en Barranquilla, capital del vecino departamento del Atlántico y en Santa Marta, en el Magdalena. Las autoridades reportan un incremento de la delincuencia, la prostitución y mano de obra barata que compite con la local.

El Chirigüe Bipolar halla resquicios para el humor

"Hacemos noticias falsas en serio", dijo Juan Andrés Ravell a CNN, para explicar qué es "El Chigüire Bipolar", que, como su "hermana" "La isla presidencial", son "resultado del desempleo".

Los miembros del equipo editorial de la página digital de sátira y humor político El Chigüire Bipolar obtuvieron el Premio Vaclav Havel a la Disidencia Creativa 2017.

"Antes no se sentía tan subversivo el Chigüire pero mientras se fue poniendo más dictatorial la cosa (el gobierno de Nicolás Maduro) sí sentimos que se fue poniendo un poco más disidente", apuntó.

Este espacio se ha convertido en "una escuela de comediantes" que "sin querer" se ha vuelto un poco más periodístico, pues toman las noticias del día para hacer humor.