Vivimos en un mundo compuesto por seres vivos, cada uno con procesos biológicos únicos respectivos a su sexo y especie; procesos que aseguran su reproducción y subsistencia para mantener un ecosistema sano y equilibrado. Resulta fascinante cómo la naturaleza fue diseñada de una manera tan perfecta que ni aún la ciencia logra entenderlo a cabalidad. 

Considero que uno de estos elementos perfectamente diseñados de la naturaleza es la mujer. Compuesta por rasgos y características tan particulares que la hacen hermosa y maravillosa en todos los sentidos. Una de sus cualidades más increíbles, su capacidad de ser madre, de poseer las condiciones necesarias para que vida pueda desarrollarse adentro de ella; de amar, cuidar y criar a otro ser humano de una manera que solo ella es capaz. Sin embargo, esto solo es posible a través de un misterioso proceso, por siglos considerado innombrable, sucio e inmundo, pero único de la mujer y reservado solo para ella, la menstruación. 

Como estudiante de comunicación social, este semestre para una materia de investigación, decidí unirme al proyecto de una amiga para examinar las interacciones generadas en Instagram a partir de una campaña publicitaria que busca desestigmatizar la menstruación en Latinoamérica. Al indagar más sobre el tema me di cuenta que tristemente existe mucha desinformación e incomodidad en el momento de hablar a acerca de un proceso tan natural y cotidiano. 

Como una mujer que nació en pleno siglo XXI, me pregunto en qué momento es que se normalizó concebir la menstruación como algo malo y desagradable si es que gracias a ella nuestro cuerpo es capaz de regenerarse, limpiarse y, lo más fascinante, crear vida. Es algo maravillosamente inevitable, gracias a ella estamos vivos y estamos aquí, gracias a ella la raza humana continúa existiendo.

Aún no logro entender por qué debería avergonzarme o sentirme mal por la manera en la que mi cuerpo fue diseñado para mantenerse sano y limpio. Entonces decido anclarme a la verdad que me dice que la menstruación me da la bendita capacidad de preservar y desarrollar la vida de otro ser humano.

La sangre significa familia, linaje y sobre todo vida. En fin, cada mes la menstruación me recuerda del maravilloso privilegio de ser mujer. 

CONSTRUIR COMUNIDAD

ANELISSE LIMA ACEBEY

Estudiante de comunicación social de la UCB

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