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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Ciclovías ¿trastocando las lógicas predominantes?

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Ciclovías ¿trastocando las lógicas predominantes?

Hace algunos años, pocos, el estupor se apoderó de nosotros al enterarnos que Cochabamba, nuestra ciudad, era comparada con Amsterdam, aquella de los canales y donde gobiernan las dos ruedas. Evidentemente se trataba de un mal chiste, de esos que quedan en la memoria, ocurrencia de un “alto” funcionario municipal, aprendiz de cómico, tecnócrata por excelencia, demagogo por vocación. La ciclovía tan promocionada no fue sino un remedo y la cosa quedó ahí, como un mal recuerdo, una cicatriz.

Hoy, en medio de la crisis que nos toca vivir, se plantea la posibilidad de generar acciones orientadas a transformar las lógicas de movilidad urbana, dominadas en nuestra ciudad, como sabemos hasta el hastío, por intereses gremiales de carácter sectorial y corporativo. En este sentido, es plausible la iniciativa del Gobierno Municipal para la generación de ciclovías en la ciudad. Lo que debemos esperar, sin embargo, es que se trate, ahora sí, de un esfuerzo integral orientado a generar una red municipal y no solamente la implementación de ciclovías inconexas y disfuncionales.

En este contexto, es importante poner en relieve la importancia de la bicicleta como medio de transporte alternativo, mucho más cuando la bicicleta caracterizó durante décadas los desplazamientos en nuestra ciudad, hasta que el automóvil acabó engulléndolo todo. No se trata empero de hacer apología de sus virtudes medioambientales, al ser un modo de transporte no contaminante, o de sus bondades salutíferas.  Lo fundamental no es eso, por lo menos no predominantemente. Mucho más allá de las modas, de los esnobismos actuales y de una lectura estrictamente medioambientalista, caracterizada por su miopía y sectorialidad, su importancia radica en la capacidad potencial de modificar los términos básicos que definen las condiciones de movilidad urbana en la ciudad, fundamentalmente porque implica la incorporación de “nuevos” ritmos y de “nuevos” objetos que reclaman su participación en la vida urbana y que contribuirán, así lo esperamos, a generar niveles incrementales de equidad.

Siendo así, es fundamental que las ciclovías sean prioritariamente funcionales, es decir, que permitan articular efectivamente los lugares de residencia con los de trabajo y de acceso a equipamientos y servicios, lo que lamentablemente no fue el caso en intervenciones pasadas. Es necesario pensar en términos de un sistema abierto que articule todos los distritos del municipio y se conecte a una futura red metropolitana. 

Siendo que una de las premisas es la de asegurar el acceso equitativo a la movilidad, las ciclovías deben constituirse en un medio efectivo de desplazamiento, por lo que es bueno recordar que no se trata únicamente de conectar el centro y norte de la ciudad, como ha sido la actitud recurrente, sino de extender la red prioritariamente hacia los distritos del sur. Especialemente cuando los habitantes de estos distritos son quienes utilizan mucho más la bicicleta como parte de sus actividades cotidianas, no solamente recreativas.

Por otro lado, resulta imposible pensar las ciclovías sin considerar el imperativo de la intermodalidad, de ahí la decisiva importancia de impulsar paralelamente la implementación de los proyectos de tranvía (tren metropolitano) y de buses rápidos, algo sobre lo que el gobierno municipal viene guardando un silencio abrumador. 

En esta cuestión de la movilidad urbana es imposible pensar los distintos modos de manera desarticulada. Este es un principio que no puede ser soslayado. Esperemos que las soluciones que hoy comienzan a implementarse se distancien de los remedos y fanfarronadas de hace algunos años. Habrá que trabajar en su consolidación y en esto es fundamental encarar procesos de comunicación y educación ciudadana, y de generación de la reglamentación pertinente que regule el uso de las ciclovías y su interacción con los otros modos de desplazamiento.

En esta perspectiva, en términos estructurales, las acciones de implementación de ciclovías deben centrarse en la generación de un sistema articulado y cualificado capaz de vincularse a nuevos sistemas de transporte, la adecuación a las necesidades actuales y futuras, la priorización de la intermodalidad, la recualificación del espacio público y la restricción progresiva del transporte automotor privado. La vigilancia y control social es una responsabilidad de todos y, en este caso, se debe orientar a exigir la implementación de políticas y proyectos integrales de movilidad urbana.


ANDRÉS LOZA ARMAND UGÓN

Arquitecto urbanista -Taller colectivo ReHABITAR

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