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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Hablar de hombres siendo mujer

Hablar de hombres siendo mujer

Al escribir de hombres pienso en esa manía que tiene la sociedad de encasillar el género. Desde los roles, estereotipos y las normas sociales que encajan en un caparazón de insensibilidad y dureza. A pesar de esto, alguna vez alguien se ha preocupado por saber, sí. ¿un hombre es feliz con su rol? ¿Quién dice que los hombres están mejor que las mujeres? 

La sociedad ha estado condicionada de tal modo que han enseñado y educado en base a la represión. Si un hombre empieza a llorar, se cuestiona su hombría ¿por qué? Si un hombre tiene tantas glándulas lacrimales como una mujer. Todos somos emocionales sin importar el género. Un hombre y una mujer tienen la dualidad masculina y femenina en el interior, a veces predomina más una que la otra, pero integrarlo y aceptarlo es lo que libera. La igualdad de género no es una división natural, es una división social. 

Hemos construido ideas en base a falsedades como la de no mostrarse débiles, un daño terrible. Porque a diferencia de las mujeres los hombres han tenido que aprender a ganarse cualidades que a las mujeres se nos ha dado como regalo desde niñas. Se ha llegado a invisibilizar en el marco de las preocupaciones cotidianas, la tremenda presión que daña a los hombres. Las lecturas de género y el feminismo se han preocupado mucho más por liberar o atender a las mujeres. Pero no se propusieron analizar las ansiedades y temores de los varones.  

Hay más caras de esta misma moneda aparte de las innegables ventajas que tiene el género masculino. Como la falta de espacios donde el hombre pueda desarrollar otro tipo de sentimientos o expresiones. Tampoco tienen espacios de denuncia en caso de violencia, porque a pesar de que existan leyes, la interpretación es exclusiva para las mujeres. Por eso, para mucho es inimaginable verse como victimas de la sociedad o incluso de si mismos. 

Es importante salir de la burbuja, existen muchas realidades culturales e históricas. Si se pensaba que todos los hombres son iguales, otra mentira, no existe una sola masculinidad sino muchas. Cada sociedad asigna lo masculino de acuerdo a distintos parámetros contextuales. 

Somos seres únicos, no somos desiguales y tampoco podemos ser iguales. Se trata de reconstruir viejos paradigmas sobre la masculinidad, se trata de apoyarnos en el proceso para deshacer las armaduras que agobian a los hombres. Porque que cansador tiene que ser suponerse valiente todo el tiempo. 

CONSTRUIR COMUNIDAD

MGR. ALEJANDRA BAEZA

Investigadora asociada proyecto CREA-VLIR UCB

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