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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Wilco revive el legado de Daniel Johnston

La banda de rock publica un disco póstumo del concierto que compartieron con el artista fallecido el pasado septiembre
Wilco revive el legado de Daniel Johnston

Casi como una profecía autocumplida, la leyenda de Daniel Johnston crece, como el artista estadounidense siempre reclamó a lo largo de su carrera, aunque en ocasiones fuera difícil conseguir reconocimiento para un creador bipolar que comenzó con el casete y apostó por una música lo-fi no destinada para todos los públicos. Solo han pasado cuatro meses desde que falleció de un infarto al corazón y Wilco no ha esperado a una fecha simbólica para revivir su legado con Chicago 2017, un disco póstumo que dBpm, el sello de la banda, pone a la venta el 31 de enero. Es algo así como su contribución a una de las obsesiones del artista de Austin, la fama. “Hola, soy Daniel Johnston y voy a ser famoso”, solía decir según recuerdan quienes le conocieron.

Chicago 17 reúne canciones del concierto que Wilco y Johnston compartieron en la última gran gira del artista por EE UU. Incluye, además, piezas que ensayaron un día antes del recital en el estudio de Wilco en Chicago, una versión de The Beatles (Todo el mundo quiere ser como The Beatles, / Yo también”, cantaba Johnston ya en 1983) y arreglos inéditos de otros 14 temas del artista. “Nos ofrecieron ser su banda acompañante en los dos últimos conciertos que dio en Chicago y los grabamos. Entre los conciertos, tuvimos la oportunidad de que Daniel viniese a nuestro estudio”, dice Jeff Tweedy, cantante de la banda, informa Javier Lafuente, horas antes de su concierto en la Ciudad de México.

“Su familia, a través de su fundación, pensó que sería buena idea que pudiésemos compartir todo ese material”, asegura. La recaudación de la venta de los discos se destinará a la fundación Hi how are you que gestiona la familia del autor y que se dedica al tratamiento de enfermedades mentales -como el trastorno bipolar que padecía Johnston- y todo tipo de adicciones.

La decisión de Wilco de publicar este disco póstumo se suma a una larga lista de colaboraciones y gestos de otros artistas que contribuyeron a la difusión del trabajo de Johnston, sobre todo a partir de los años noventa. El creador underground obsesionado por el amor, los cómics y la fama acabó convirtiéndose en algo así como un “músico de músicos”. Es decir, sin desdeñar el valor de su trabajo musical y en cómic, cada mención que otro autor, productor o miembro de la industria musical con cierto prestigio y relevancia hacía de él servía de altavoz para que su obra llegara a un público más amplio.

El ejemplo más efectivo de esa industria del marketing que se creó a su alrededor fue la aparición de Kurt Cobain, líder de Nirvana, en la televisión pública estadounidense con una camiseta del trabajo Hi How are you con el dibujo de la rana Jeremiah, uno de los símbolos de la enfermedad y la genialidad de Johnston. Era 1992 y para entonces la carrera del artista pasaba por su mejor momento. Aún así, como explica por correo electrónico Jeff Tartakov, exmánager de Johnston, fue “un instante decisivo”. “Daba la sensación de que Daniel estaba en todas partes porque Kurt se puso una camiseta con la rana”, opina el representante y amigo del artista.

En esos años, los grupos Yo La Tengo y The Pastels versionaron sus canciones y el ballet de la ópera de Lyon interpretó una pieza con música de Johnston. “Todo es relevante, pero a excepción de la camiseta, siempre he creído que la música de Daniel estaba por encima de todos estos gestos. En los noventa publicó grandes trabajos”, afirma en referencia a 1990 y Artistic vice. “En ese momento estaba preparado para ser una estrella, pero por desgracia sus problemas mentales y un cambio de mánager derivaron en un retraso de casi 10 años en su carrera”, recuerda y no sitúa hasta el estreno del documental El demonio y Daniel Johnston (2005) otro resurgir en su carrera.

Tartakov no critica la edición de Chicago 2017, pero defiende otras colaboraciones para tratar de explicar la trayectoria de Daniel Johnston. “Antes de llegar a Chicago para participar en el concierto no había visto nunca a Jeff Tweedy”, asegura. “De hecho, en la mayoría de sus giras sucedía lo mismo: no conocía a los músicos con los que tocaba. No se puede negar que fueron de gran ayuda. Incluso que simplemente le mencionaran en una entrevista como hizo Jeff Tweedy”, remata para después señalar que Ni Wilco, ni Yo La Tengo, ni en las décadas sucesivas otros artistas como Lana del Rey, Firehose, Beck y Tom Waits -que también cantaron por Johnston-, fueran sus padrinos. Ni siquiera Sonic Youth fueron capaces de mantener una relación estable con Johnston como retrata el documental. Aquella fatídica noche por Nueva York en la que el artista acaba golpeando al batería del grupo y, pese al violento momento, el resto de miembros tratan de ayudar a Johnston metiéndole en un autobús con destino a casa de sus padres.

El líder de Wilco así lo confirma a Babelia: “Daniel era un genio, pero, para ser sincero, la relación que tuve con él era compleja. Era una persona muy complicada de conocer, su enfermedad lo hacía bastante irreconocible. Él, de hecho, no se acordaba de mi nombre ni de quién era incluso de un día para otro, esto era un punto difícil a la hora de tratar con él”.

Los amigos de verdad

En la lista de los amigos, los que para Tartakov estuvieron al lado de Johnston, se cuentan, según el mánager, la cantante Kathy McCarty, su productor Brian Beattie, Bill Anderson, Jad Fair, cantante y compositor de la banda Half Japanese, y el guitarrista y cantante Wayne Kramer. Para reforzar su argumento -y tratar de desligarlo de cualquier vinculación sentimental y, por tanto, poco objetiva- el mánager recuerda que el mismo día que sale Chicago 2017 también se publica la reedición de un disco que Johnston hizo con Fair, Its spooky. De este trabajo, de 1989, solo saldrán 1.500 copias en vinilo. Este 2020 también se publica en vinilo Fun.

Fair y Johnston se conocieron por carta en 1985, después de que el cantante de Half Japanese le viera en directo en Austin. Unos años después, en el estudio de grabación de Kramer en Nueva York comenzó su amistad. “Cuando grabaron ese álbum, Fair y su banda eran más conocidos que Daniel así que se convirtió en una gran oportunidad para que su música llegara a una audiencia mucho más grande”, defiende Tartakov como otro ejemplo de una verdadera influencia de otro creador en el trabajo de Johnston. Y para alimentar su ansiada necesidad de fama.