Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 19:01

El VAR se roba el “show” en un derbi teñido de blanco

El club de Santiago Solari le ganó la pulseada al Atlético (1-3) y se llevó el clásico madrileño en el Wanda Metropolitano. Más que buen fútbol, lo que hubo fueron jugadas polémicas.
El VAR se roba el “show” en un derbi teñido de blanco


El Real Madrid golpeó con eficacia, apagó al Atlético de Madrid y conquistó el derbi del Wanda Metropolitano (1-3) para creer en la Liga, ahora en el segundo puesto como el principal perseguidor y alternativa al liderato del Barcelona, después de un duelo con más tensión, polémica y VAR que fútbol y oportunidades.

A cinco puntos, pendiente del resultado de mañana entre el Azulgrana y el Athletic, en San Mamés, el conjunto blanco renace en una competición que parecía perdida no hace mucho, de la que se descarta poco a poco el Atlético, ahora tercero.

Dos de los cuatro goles exigieron la confirmación del video, también un tanto anulado por fuera de juego a Álvaro Morata, pero en todos hubo una coincidencia: el error rival. En los del Merengue, la desatención en un balón parado, la imprudencia en un penal y la pérdida de un balón.

El derbi era definitivo para los dos. Era uno de esos encuentros en los que la intensidad, la fricción y la batalla por cada pelota transforman cualquier combinación en una circunstancia más que en una fórmula para abordar la meta del gol.

Un duelo que penalizó cada error del primer tiempo. No hubo juego, hubo fallas. Nadie tenía el volumen de destreza ni de imaginación ni de ocasiones suficientes para presuponer que el gol estaba al alcance de cada uno.

Nadie esperaba el 0-1 del Real Madrid. Era la primera ocasión, ya superado el cuarto de hora.

Un saque de esquina hacia Sergio Ramos sobre el que se abalanzaron hasta tres rojiblancos para impedir su remate, sin atender a que el rechace también cuenta. Ahí, sin nadie a su lado, tenía todo el espacio Casemiro para conectar el 0-1 en el marcador.

Tampoco se avistaba el 1-1, nueve minutos después, del Atlético, reanimado por una carrera hacia atrás de Vinicius, que, entre el contacto y la posición de Sergio Ramos, permitió a Correa lanzar un pase casi tan decisivo a Griezmann como la definición del francés (1-1). El gol, invalidado al principio, lo confirmó el VAR.

Nadie intuía el desenlace del primer tiempo, cerrado con 1-2 a favor del Real. El mérito fue de Vinicius; la imprudencia de Giménez. Inabordable el brasileño para él, el uruguayo lo derribó cuando ya lo había desbordado, pero cuando estaba tan escorado que había perdido perspectiva del gol.

¿Dentro o fuera del área? El árbitro pitó penal, el VAR lo ratificó y Ramos lo transformó en el 1-2. El Atlético no jugaba tanto como pretendía. Y no había aparecido Morata. Sí lo hizo en el segundo tiempo. A falta de transiciones, el Rojiblanco tiró del mecanismo más directo: un pase largo de Giménez al desmarque de delantero, que la controló con la misma habilidad con la que picó el balón ante Courtois directo a la red.

Otra vez al VAR. El árbitro y el video dictaron que era fuera de juego. Gol anulado, frustración en el Atlético.

El Real Madrid le aguardó a la expectativa, prudente y armado para ver de qué era capaz el rival y casi desaparecido del otro área hasta que asestó el golpe definitivo. Tras la enésima pérdida del Atlético, lo hizo Bale.˚