El elenco cochabambino de Títeres Elwaky, en los últimos años ha venido desarrollando una labor que no solamente se limita a los teatrinos y el mero oficio artístico. Convencidos de la necesidad de encarar la vida, en todos sus ámbitos, con compromiso y decisión, llevan adelante proyectos para recobrar el espacio que los titiriteros perdieron en manos de difusos pero poderosos censores de gusto y calidad

Estos emprendimientos están reflejados en los últimos trabajos no teatrales que el colectivo recientemente acaba de presentar. Nos referimos, por un lado, a una recopilación minuciosa y detallada de la historia de los títeres en Bolivia. Pasado, presente y futuro de una faceta artística muchas veces menospreciada. Referencias históricas entrelazadas con testimonios de aquellos que decidieron soñar y ofrecerle sueños al resto. La recopilación hecha por Grober Loredo y el resto del equipo de Elwaky es amplia e inclusiva. Ofrece múltiples perspectivas, concretando así el objetivo final de cualquier publicación de este tipo: dejar huellas y semillas. Caminos para que en lo venidero, las nuevas generaciones, puedan andar sabiéndose acompañados y respaldados por una estela de grandes artistas y admiradores de este bello arte

Bajo el título de Los títeres en Bolivia, y auspiciado por la Oficialía Superior de Culturas, la publicación, que apenas circula hace unos meses, ya ha recibido diversos comentarios internacionales.
La argentina Ana Alvarado, directora de teatro, títeres y docente universitaria, se centra en la arista histórica de la publicación y ofrece algunos apuntes sobre el trabajo del titiritero. “En nuestros países cuesta imponer el títere con repertorio para público adulto. Hay pocos espacios donde mostrar estos espectáculos. Lo mismo ocurre con la investigación formal que se ve limitada, en muchas oportunidades, por la necesidad de sobrevivir exclusivamente del trabajo para público infantil y en contexto pedagógico”. Además, respecto a la publicación de Elwaky, precisa: “La leí con atención y, como me ha pasado en la visita a otros países de América del Sur, me sorprenden las coincidencias, la necesidad, en estos últimos años de dejar por escrito la historia de nuestro lenguaje, nuestra tradición”

Por su parte, el escritor peruano Carlos Torres resalta el entusiasmo con el que el elenco cochabambino afronta su arte y concluye, a la distancia, con un reclamo cada vez más escuchado. “Grober nos hace recorrer la historia de su país para así poder contextualizar la marcha de los muñecos, de los montajes, de las funciones, de los teatrinos y de los teatros. Incluido el del Parquecito Vial, que ya es tiempo de que vuelva otra vez a marcar el paso domingo a domingo. Todo para deleite de las familias bolivianas”

Pero, sin dudas, es el reconocido dramaturgo y titiritero uruguayo Rafael Curci, el que marca la pauta en la reflexión de los alcances reales de Los títeres en Bolivia. A continuación dejamos un fragmento, quizás el más lúcido: “Poco y nada sabía de los esfuerzos de estos artistas titiriteros que desde hace décadas vienen llevando adelante un oficio tan peculiar como gratificante y a la vez sacrificado. Para entender cómo este arte se desenvuelve en las distintas regiones de Bolivia es necesario hacer un breve repaso y aclarar ciertas variantes históricas, culturales, sociales y políticas que influyeron e influyen en el desarrollo de todas las artes, incluidos los títeres. Y este trabajo hace una reseña muy precisa e ilustrativa al respecto. Claro, es necesario hablar entre otras cosas de las dos Bolivias. (…) El punto más alto de este trabajo reside -me parece-, en el aporte escrito de distintos colegas Nadie mejor que ellos para trasmitir su experiencia, fruto de la práctica y del esfuerzo que día a día se lleva adelante pese a la escasez de medios y de recursos. Espero que este trabajo circule y sea valorado por la excelente información y diversidad de contenidos que propone”

Sergio Ríos, Hugo Alvarado, Carmen Cárdenas, Juan Rodríguez, son algunos de los nombres que firman esta antología de experiencias titiriteras. Además se suman otros textos que aportan dándole otros contextos a este arte de muñecos enguantados. Bajo el mismo signo y con la participación de los artistas mencionados y otros tantos más, Títeres Elwaky produjo además un documental, una necesaria memoria audiovisual

Títeres a la vista es el título del cortometraje, también dirigido por Loredo, en el que distintas generaciones de artistas convergen y comparten sus historias desde y fuera del teatrino. Una letanía de nombres que hubieran quedado con oprobio en el olvido son rescatados y valorados como merecen. Precursores, promotores de ayer y hoy, aquellos que hace décadas aún cargan con el escenario y sus protagonistas al hombre, sin desfallecer, sin darle tregua a la ignominia. Son personajes que merecen salir del anonimato y recibir el mismo respeto y admiración que despiertan los músicos o actores de teatro. El oficio del titiritero es uno hecho de temple y agallas. Celebrando el Día mundial del Títere, y como preludio al noveno Festitíteres que abre hoy su telón, el pasado viernes este video fue exhibido y transmitido por algunas televisoras del país.
Los títeres están más presentes que nunca. Enhorabuena

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