La solución definitiva a los recurrentes problemas que se presentan en el tramo de El Sillar de la carretera nueva Cochabamba-Santa Cruz, principalmente en época de lluvia, tarda mucho. Por enésima vez, los transportistas demandan el mantenimiento del polémico tramo, mientras se concluya la tan anhelada doble vía El Sillar que impulsa el Gobierno.

Las lluvias que se registraron estos días volvieron a afectar el tramo, que se ubica entre los kilómetros 100 y 128 de la ruta al oriente. Esta situación ha ocasionado airadas protestas en los transportistas del sector pesado, que ayer lograron reunirse con ejecutivos de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) en busca de una solución.

Fue así que tras la reunión que sostuvieron, la ABC se comprometió a mejorar la vía en las próximas dos semanas, tiempo en el que desplazará maquinaria y personal para superar todos los problemas que hoy presenta.

Lamentablemente se tuvo que esperar que hayan problemas ocasionados por las intensas precipitaciones que se registraron en el lugar para recién intensificar los trabajos de mantenimiento.

La ABC conoce por demás que este tramo es uno de los más álgidos de la carretera al oriente, por lo que los trabajos deberían ser constantes. Es más, antes de la época de lluvia debieron priorizarse las labores en este sector y así evitar perjuicios no solo al transporte pesado, sino también al de los pasajeros.

Los problemas de deslizamientos y otros son frecuentes, por lo que cada que llueve las protestas se reanudan y las promesas de mejoras también.

Por ahora no se sabe cómo serán las lluvias en diciembre, enero y febrero. Es por ello, que como medida de prevención los trabajos de mantenimiento deben ser constantes, además de atacar a las zonas más álgidas que existen en la extensa carretera.

Asimismo, es preciso acelerar las labores en la construcción de la doble vía que, según la ABC, podrán solución a los innumerables problemas que se presentan.

El país no puede tener una vía, nada menos fundamental, en las actuales condiciones en las que se encuentra. Es preciso pisar el acelerador para consolidar la construcción de las 28 estructuras, entre ellos nueve puentes de gran magnitud (San Jacinto, Cristal Mayu, Limatambo, Anchu Mayu, Antahuacana, Thiyu Mayu, Chuamayu y los puentes Espíritu Santo I y II) que ayudarán a superar los problemas de los 28 kilómetros geológicamente inestables de la zona de El Sillar.

Sabemos que las tareas no son tan sencillas como parecen, precisamente por la geografía de la zona, pero la empresa que se adjudicó la construcción, Sinohydro Corporation Ltda. Sucursal – Bolivia, debe apurar el proyecto.

Según la ABC, la doble vía aportará a la consolidación del corredor de exportación e importación entre los países de Brasil, Perú, Chile y Bolivia, contribuyendo a la vinculación de las fronteras bolivianas del este y del oeste, convirtiéndose en parte principal del corredor interoceánico.

Asimismo, coadyuvará al desarrollo nacional, especialmente al departamento de Cochabamba y al oriente boliviano, ya que es su principal vía de exportación y vinculación con el resto de los departamentos.

“La doble vía garantizará una transitabilidad irrestricta en toda época del año, además de reducir los costos de operación y mantenimiento de los vehículos y de la carretera; también impulsar la actividad productiva de tierras cultivables como el banano, yuca, cítricos, palta, maíz, cúrcuma y jengibre”, asegura la ABC.

Cochabamba necesita contar con esa vía, pero en el corto plazo. No puede esperar más años, caso contrario los perjuicios seguirán creciendo y el anhelado desarrollo continuará estancado.

La obra demanda una inversión de más de 426 millones de dólares, que contempla el estudio a diseño final, la construcción y el mantenimiento.