Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 10:50

ANATOMÍA HUMANA

La saliva es un filtro natural y exige cuidados

Un adulto produce dos litros del líquido al día. El fluido vital cumple funciones tanto para la digestión, como para proteger la boca.<BR>
La saliva es un filtro natural y exige cuidados



La saliva cumple una función crucial: facilita la ingesta de alimentos, protege los dientes y repele bacterias. La saliva también cuida de los tejidos bucales, porque posee proteínas que se encargan de cubrir las mucosas.

A veces ni siquiera hace falta que haya un plato humeante sobre la mesa y ya estamos produciendo saliva. ¿Qué órgano lo hace? La glándula salival, que no solo se activa por estímulos mecánicos, como la masticación, sino también por cuestiones emocionales. En total, y sin que lo notemos, el cuerpo de un adulto produce en promedio dos litros de saliva por día, por eso cuidar esta glándula es tan fundamental.

Los seres humanos tenemos seis glándulas salivales. Dos están, en número par, ubicadas delante y debajo de la oreja; dos en la cara interna del maxilar inferior y dos debajo de la lengua.

"Además, tenemos una enorme cantidad, más pequeñas, repartidas en toda la mucosa bucal, como en los labios, en las mejillas, el paladar y la lengua", explica el profesor Cornelius Klein, de la Asociación de Cirugía Bucal Alemana.

La función primordial de la saliva es que podamos tragar mejor los alimentos, pero, como decíamos, también es importante para la higiene bucal, porque reduce la presencia de bacterias y los niveles de ácidos.

Además, compensa la pérdida de minerales que afecta a los dientes. Podría decirse que estas glándulas son como "usinas orgánicas". Están conectadas con el flujo sanguíneo. El cuerpo, por decirlo así, les pasa plasma sanquíneo a las glándulas salivales y en ese trayecto cambia su composición. Mientras las glándulas funcionen sin inconvenientes, uno no les da importancia. Pero mejor no esperar a que fallen para cuidarlas.

Un modo de darle el cuidado necesario es mantener una buena higiene bucal y beber mucho líquido. Si siente la boca reseca, también puede estimularlas mascando chicle o algún dulce más bien ácido.

A veces el funcionamiento falla y puede deberse a distintas causas, como una infección, un cálculo, un tumor o un quiste. Cuando eso sucede, el paciente siente la boca permanentemente seca y puede llegar a tener dolores en boca o mejilla.

Por lo general, el tipo de dolor dice mucho de su posible causa. Cuando se trata de una infección aguda, independientemente de si se debe a una bacteria o a un virus, los pacientes sienten un dolor constante, como un martillo en la zona afectada, se hincha y se pone de un color rojizo, irritado.

En cambio, cuando se trata de un cálculo en la glándula salival, la salida se tapa y el dolor se percibe cuando la glándula se ve estimulada, porque se genera saliva que no puede fluir y eso es lo que se siente como un tirón o un dolor muy puntual.

En ese caso, será necesario extraer el cálculo. Si no se puede, habrá que retirar toda la glándula y su tarea será asumida por el resto de las glándulas, que se verán un poco más recargadas.

Si las demás no llegaran a estar funcionando bien, el problema puede ser mayor, por eso vale la pena que la extracción de toda la glándula sea la última opción que baraje y...¡que las cuide incluso cuando funcionan!

Paperas y síndrome de SjÖgren afectan a salivales

Las paperas son la inflamación de las glándulas salivales, a causa de un virus que puede extenderse a otras glándulas del cuerpo. Un dolor cerca del oído o la dificultad para hablar o masticar son alertas de la papera o parotiditis. Desde enero hasta el 31 de octubre, Bolivia registró 2.044 casos, en el peor brote desde 2013, cuando se presentaron 776 casos en todo el país. En La Paz, se presentó "una epidemia explosiva y persistente” de paperas, que obligó a la suspensión de clases en algunos centros educativos. La parotiditis o papera es una enfermedad viral que se transmite de persona a persona a través de la saliva. Los síntomas son fiebre, dolor de garganta, inflamación de las glándulas parótidas y la falta de apetito.

Otra enfermedad que afecta a las glándulas salivales es el Síndrome de Sjögren (catalogada como rara). Es una enfermedad autoinmune reumática crónica de origen desconocido cuyos síntomas implican una baja calidad de vida (sequedad ocular y bucal, problemas digestivos, dolor articular y muscular, agotamiento extremo, fatiga e insomnio.

Por otra parte, las personas mayores de 55 años sufren la sensación subjetiva de sequedad bucal o xerostomía, que se caracteriza en muchos casos por una disminución de secreción salival o por cambios en la composición bioquímica de la saliva. Se alivia con sialogogos.