Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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VIOLACIÓN GRUPAL EN SANTA CRUZ

La "Manada" boliviana que destapó una realidad de odio, drogas y violencia

Una joven de 18 años fue dopada, golpeada y vejada por cinco amigos en un motel. El caso sacó a luz los prejuicios de una sociedad machista. 
La "Manada" boliviana que destapó una realidad de odio, drogas y violencia





Un caso de violación grupal estremeció a Bolivia en los últimos días y puso al descubierto una de las realidades “escondidas” que muchos jóvenes de condición socieconómica pudiente viven hoy: drogas, ausencia de valores, violencia y una actitud de desprecio hacia las mujeres que ya cruzó la línea del delito.

El viernes 14 de diciembre, cinco varones cuyas edades oscilan entre los 14 y 20 años acudieron a una discoteca llamada Dubai, en Santa Cruz. En el lugar se sumó una amiga del grupo, de 18 años, y juntos consumieron alcohol, cocaína, marihuana y éxtasis, también conocida como Molly. El grupo se escondió en un baño para fumar las drogas, y un guardia de seguridad privada los expulsó del local. Según el reporte policial, el grupo se dirigió en la vagoneta de uno de la madre de uno de los jóvenes hasta el motel Deluxe, donde la joven, amiga de ellos, quedó inconsciente y fue violada en ese estado.

Los investigadores forenses dedujeron que el ataque sexual fue violento por los hematomas y otros signos de violencia física hallados en el cuerpo de la víctima. Debido al maltrato, a la cantidad y a la mezcla de droga ingerida, la joven sufrió convulsiones. Un empleado del motel tuvo que ingresar a la habitación a verificar lo que ocurría y a auxiliarla. Ella fue trasladada de emergencia a un centro médico privado.

Según el examen médico forense, además de las agresiones sexuales, la víctima sufrió lesiones en distintas partes del cuerpo: policontusiones en el rostro y extremidades exteriores, hemorragia en el ojo derecho y hematomas en brazos y cadera. El examen toxicológico en sangre reveló que le habrían suministrado al menos seis tipos de drogas.

Los implicados fueron aprehendidos y se presentaron ante el juez cautelar Roberto Arias, el 18 de diciembre. La Fiscalía los imputó por los delitos de violación agravada, lesiones graves y gravísimas. Cuatro de ellos (con mayoría de edad), Carlos Alejandro S.S.; Jorge Andrés J. P.; José Antonio R.F. y Alejandro P.V. fueron enviados a la cárcel de Palmasola con detención preventiva, para evitar los riesgos de obstaculización y de fuga. El quinto agresor, de 14 años, fue enviado al centro de infractores Hogar Fortaleza.

El caso conmocionó al país y se convirtió en noticia internacional cuando un medio de comunicación bautizó a los cinco acusados como “La Manada boliviana”, en alusión al mediático caso de “La Manada española”, referido los cinco hombres que violaron a una joven de 18 años durante la fiesta de San Fermín, en Navarra, España, el 7 de julio de 2016. Ese caso recibió una cobertura periodística internacional por existir grabaciones en vídeo de los hechos y por el interés que despertó en las redes sociales.

Los autores, entre los que figuraba un miembro de la Guardia Civil y otro del Ejército español, fueron detenidos y juzgados. El 26 de abril de 2018 les sentenciaron con nueve años de cárcel por abuso sexual, pero la Fiscalía pedía 22 años de prisión por violación. Miles de personas salieron a las calles de España a protestar calificando el fallo de misógino e injusto porque develaba los prejuicios machistas de los jueces respecto a la conducta de la víctima que no habló y solo pudo llorar ante el ataque sexual de los cinco agresores que tenían un grupo de WhatsApp llamado La Manada, en el que compartieron vídeos y fotos que tomaron de los vejámenes a los que sometieron a su víctima.

En Santa Cruz, la violación grupal de La Manada boliviana generó la reacción de las autoridades que buscaron a los traficantes que les vendieron drogas a los jóvenes y lograron atrapar a un ciudadanos colombiano y a un boliviano, quienes serían parte de una red que provee de cocaína, marihuana, éxtasis y otras drogas a los clientes “vip” de locales nocturnos “de lujo” en la ciudad oriental.

INSEGURIDAD El abogado de la familia de la víctima boliviana, Andrés Ritter, confirmó que los cinco acusados eran “amigos” de su defendida, y lamentó que ellos no hayan respetado esa relación.

Este caso motivó un debate en las redes sociales. Los ciudadanos expresaron su horror ante la confirmación de que los tiempos en los que una joven podía salir con sus amigos, confiando en que ellos la cuidarían, se terminaron porque la combinación de egoísmo y consumo de alcohol y drogas, han generado la formación “de verdaderas manadas de animales que responden únicamente a sus instintos básicos y salvajes, sin ocurrírseles siquiera que las mujeres son seres humanos con derechos, y que el utilizarlas como cosas, y por la fuerza, es un delito que se llama violación y tiene cárcel”, sostuvo Julico Jordán Zamora.

PRESIONES En las redes sociales también abundaron los comentarios sobre “las presiones y el hostigamiento” que los familiares de los imputados ejercieron sobre fiscales y policías, para que no procesen a los jóvenes.

Uno de los acusados es Carlos Alejandro S.S., hijo de una autoridad de la Alcaldía de Santa Cruz que en los últimos días tuvo que pedir licencia indefinida, tras ser duramente criticada por las declaraciones que emitió al intentar justificar lo ocurrido.

Los ciudadanos exigieron que “los hijitos de papá” sean procesados de acuerdo a ley y sin influencias de ninguna clase. Por ello, la audiencia cautelar estuvo vigilada por los funcionarios de la Unidad Anticorrupción y abogados del Ministerio de Justicia.

Datos



14 y 15 de diciembre de 2018 



Cuatro jóvenes y un adolescente fueron a una discoteca y se encontraron allí con su amiga de 18 años, a la que drogaron, llevaron a un motel, golpearon y violaron en grupo.

La víctima convulsionó por la mezcla de drogas y el ataque. Tuvo que ser hospitalizada en terapia intensiva de una clínica y un forense le dio 15 días de impedimento.



18 de diciembre de 2018



Los cuatro jóvenes mayores de edad fueron imputados por los delitos de violación agravada, lesiones gravísimas y graves. Comparecieron ante un juez cautelar que ordenó su detención preventiva en la cárcel de Palmasola.

El adolescente de 14 años fue enviado a un centro de menores infractores.

¿Un padre debe ser cómplice?

El exrepresentante del Defensor del Pueblo en Santa Cruz, Hernán Cabrera, cuestionó la actitud de los padres que defendieron a los imputados por violación.

“Reaccionaron airados, insultaron a los fiscales y policías. Sus hijitos estaban siendo procesados por el delito de violación grupal. ¿Un padre está para proteger y ser cómplice del delito que cometa su hijo? ¿Una mamá puede encubrir un grave delito de violación a una joven, que puede ser la hija de su mejor amiga o su pariente? ¿Cómo actuaría un padre responsable: proteger, ser cómplice, hacerlo huir, poner plata, entregarlo a la Policía y que pague por lo que hizo? Las familias atraviesan una profunda crisis. Tuvo que salir a la luz este delito tan grave para que empecemos a tomar conciencia de la problemática. En cada fiesta de las promociones, de los juntes de amigos, hay droga, sexo, alcohol, peleas. Lo denuncié en 2015 y 2016 pero las directivas de padres de familia, incluso la gente de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, no toman en serio esto. Ojalá que a partir de esta desgracia, lo hagan”.

Denigrar a la víctima para justificar el delito es señal de cobardía y machismo

Una funcionaria municipal y madre de uno de los jóvenes imputados por la violación agravada, dio la cara ante los periodistas y responsabilizó a la víctima por lo ocurrido y además intentó denigrarla, lo que generó indignación en las redes sociales.

“Nadie la obligó a ir. Ella era su amiga. Fíjense en todo. Ella era una drogadicta antigua, como ellos (los imputados) dicen. Son compañeros. No son enemigos, han ido juntos”.

Luego, sin darse cuenta, la funcionaria confesó su desconocimiento de la leyes. “Lo único malo que han hecho ellos es esconderse para drogarse en un motel. No hay violación. (el examen médico) dice que sólo fue anal, no hay violación”.

El artículo 308 del Código Penal de Bolivia establece que “se sancionará con 15 a 20 años de cárcel a quien mediante intimidación, violencia física, o psicológica realice con otra persona actos sexuales no consentidos por ella que impliquen acceso carnal, mediante la penetración de miembro viril, o de cualquier otra parte del cuerpo, o de un objeto cualquiera, por vía vaginal, anal u oral, con fines libidinosos”. De igual forma, “comete violación quien, bajo las mismas circunstancias, aunque no mediara violencia física o intimidación, aprovechando de la enfermedad mental grave o insuficiencia de la inteligencia de la víctima o que estuviere incapacitada por cualquier otra causa para resistir”.

En este caso, según el abogado de la víctima, ella estaba intoxicada con seis tipos de drogas y no podía defenderse ni resistirse. Además existen huellas de la violencia física que ejercieron contra ella.

Para los colectivos de defensa de los derechos de las mujeres NiUnaMenos, Mujeres de Fuego y otros, que se expresaron en sus páginas virtuales, “denigrar a la víctima para intentar justificar un delito, es una señal de cobardía y de machismo”. Denunciaron que incluso se formaron grupos de WhatsApp de madres y padres de los amigos de los acusados para culpabilizar a la joven violada hablando de su pasado, de sus adicciones y de su decisión de ir sola a la discoteca.

Co-responsables

El abogado Omar Barrientos dijo que los padres de los jóvenes también son responsables porque les dan dinero, lujos y no fiscalizan su uso.

Violadores sienten profundo desprecio por las mujeres

“Los hombres que podrían enamorar, conquistar y lograr el consentimiento de una mujer para tener una relación íntima, pero que en lugar de ello optan por violarla usando la fuerza o aprovechándose de su estado de inconsciencia, en realidad sienten un profundo desprecio por las mujeres”, sostuvo la directora de la Oficina Jurídica para la Mujer, Julieta Montaño, en relación al caso de la Manada boliviana.

Desde España, la abogada y defensora de los derechos humanos explicó que los hombres que violan en grupo “quieren probar el poder que tienen sobre una persona a la que consideran inferior, por ser mujer. Y la violación es lo mismo que la prostitución. En ambos casos se consifica el cuerpo. Para estos hombres, las mujeres no son personas con derechos. Son cosas que pueden usar y desechar a antojo”.

Lamentó lo sucedido en Santa Cruz y dijo que es el momento de que policías, fiscales y jueces garanticen una investigación completa y transparente de este caso, para lograr una sanción ejemplarizadora, libre de prejuicios machistas.

Los agresores pidieron que se tome muestras del cuerpo de su víctima para indagar quién la violó. Julieta Montaño dijo que en estos casos no siempre se halla líquido seminal. Por su experiencia en el estudio de casos de violaciones grupales, los hombres suelen estar drogados o ebrios y por eso mismo no logran eyacular. “Es más, su impotencia por no poder eyacular, debido al efecto de las drogas, los torna más violentos con las víctimas, y las golpean aunque ellas no se resistan, por la frutración de no poder demostrar al resto del grupo su virilidad”. Además, los fiscales no pueden descartar que los sindicados hayan usado preservativos, precisamente para no dejar huellas. “El Ministerio Público tiene que poner plazos, límites de la pesquisa y actuar con celeridad”.

Respecto a la estrategia de denigrar a la víctima para justificar un delito de violación y pretender cimrinalizar a las mujeres por ejercer los derechos que también tienen los hombres, “es una solidaridad desde el patriarcado que no tiene asidero. Y el que exista gente que piensa que la violación solo es vaginal demuestra que las autoridades no se han preocupado porque las leyes sean conocidas por completo, y que los prejuicios y estereotipos siguen primando”.

Los mismos jueces, fiscales y policías están llenos de prejuicios que se manifiestan cuando amedrentan a las víctimas haciendo preguntas sobre su pasado, su vida sexual, su ropa y otros tópicos que no están relacionados con el delito. “Estas son preguntas prohibidas por ley, que no se deben hacer. Pero, en el caso de jueces, fiscales y policías no solo es machismo. Es parte de la corrupción. Tratan de presionar a las víctimas para ganarse unos pesos más ayudando al agresor”, sostuvo. El hecho de que un grupo de varones viole a su propia compañera muestra el grado de la descomposición de los valores y las reglas de convivencia humana, que están por encima de las leyes. “Todas hemos salido con nuestros compañeros de curso hasta altas horas de la noche, pero ellos se hacían responsables de cuidarnos de gente extraña. Es aterrador lo que está pasando hoy on los jovenes; genera desconfianza y deja a todo hombre bajo sospecha, lo cual no es justo”.

¿Corrupción?

Algunos jueces, fiscales y policías amedrentan a las víctimas de violación haciéndoles preguntas que nada tienen que ver con la denuncia, sobre su vida sexual, la ropa que usaban o su horario de llegadas. Según Julieta Montaño no solo es machismo, sino corrupción.