Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 18:19

Ni la cuarentena salva al Tunari

Ni la cuarentena salva al Tunari

La cuarentena total fue decretada por el Gobierno transitorio para frenar la propagación del coronavirus, pero nadie se hubiese imaginado que sería aprovechada por algunas personas (loteadores) para seguir invadiendo algunas áreas del Parque Nacional Tunari y  construir viviendas ilegales.

En los 48 días de aislamiento se registraron 25 actividades irregulares en el área de influencia de Cercado, Sacaba y Tiquipaya.

El director interino del Parque, Alberto Terrazas, dijo que en “tiempos normales” nunca habían tenido tantos problemas con personas que intentan lotear algunas áreas del Tunari.

Todo indica que los loteadores creyeron que los guardaparques no estaban trabajando y que sería mucho más fácil seguir con esas actividades ilícitas, sin embargo, el personal a cargo del Parque nunca dejó de vigilarlo. Es más, desde el primero de mayo han intensificado los controles, pese a que son apenas ocho personas.

Los pocos guardaparques se han dividido en dos grupos para controlar la mayor cantidad de hectáreas, al menos en las zonas dónde se presentan más intentos de loteamientos y que están cercanas a las áreas urbanas de los tres municipios mencionados. Es lamentable que las autoridades del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) no logren entender que es necesario incrementar el número de guardaparques en el Tunari. No es posible que se pretenda que ocho personas puedan vigilar y controlar más de 300 mil hectáreas que tiene la reserva ecológica. Las cosas se complican aún más porque ese reducido personal carece de equipos para realizar su trabajo.

Las 25 actividades irregulares reportadas en los días de aislamiento son loteamientos, tala de árboles, apertura de caminos y construcciones. De total, 10 se registraron en Cercado; 10 en Sacaba y 5 en Tiquipaya.

Lo positivo es que se logró identificar y procesar a varios implicados en esos delitos y dos acusados están detenidos en las cárceles de El abra y San Antonio. También hay otras personas que se están defendiendo en libertad.

La falta de personal y equipamiento para cuidar el Tunari ha despertado la conciencia de los cochabambinos, quienes se han organizado en grupos como Tunari sin Fuego, que de forma desinteresada se encarga de apoyar en todo lo que se necesita. Eso se manifiesta, sobre todo, cuando se registran incendios de grandes proporciones. Considerando que la cuarentena será ampliada hasta fines de mayo, sería bueno que las autoridades hagan un esfuerzo para apoyar con personal y presupuesto para que el control sea más rígido y permanente. Urge conservar y proteger el único gran pulmón de la Llajta.