Al menos 106 plagas atacan a los cultivos en el departamento
El caracol gigante africano alertó recientemente a los productores del Trópico, como ocurrió con un hongo que atacó a los cocales en años anteriores; la mosca de la fruta afecta a los durazneros en el Valle Alto; y en la zona Andina, los cultivos de variedades de papa están entre los más perjudicados.
En el departamento de Cochabamba, los cultivos de frutas, hortalizas y otros sufren por la presencia de al menos 106 plagas que son las más comunes o conocidas, y que ponen en riesgo las cosechas, de acuerdo con los datos con los que cuentan los investigadores, el conocimiento de los productores y las autoridades locales. Un total de 54 están en la región de los Valles, 42 en la zona Andina y una veintena en el Trópico.
El docente y responsable del Laboratorio de Fitopatología de la Facultad de Ciencias Agrícolas y pecuarias de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Mario Coca, explica que las plagas que atacan a los cultivos son distintas para cada especie. Como ejemplo, la enfermedad de la roya de la cebolla no es la misma que la roya del ajo. Los hongos de una hortaliza no afectarían a la otra.
LAS PLAGAS
Se considera plagas a los insectos, malezas y microorganismos que causan enfermedades en los cultivos.
Coca describe al departamento de Cochabamba como una región que resume los ecosistemas que existen en todo Bolivia, con valles interandinos, zonas altoandinas, yungas y la zona tropical, con producción y problemas diferentes.
Las enfermedades son unas más severas que otras. Existen casos en los que si no se interviene a tiempo, se pierde la cosecha entera.
Lo más común para atacar a las enfermedades es el uso de productos químicos. Pero, también hay prácticas naturales y biológicas menos utilizadas.
En el Trópico, la presencia de los caracoles gigantes movilizó al personal técnico de las municipalidades y al Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag). No hubo afectación, pero sí la recomendación para la eliminación.
Por otro lado, en esa región hay 10 mil familias que se dedican al cultivo de banano. De esa cantidad, alrededor de 8 mil exporta el producto.
El productor y representante de los bananeros de esa región, Agustín Conde, tiene 26 años de experiencia en el rubro. Asegura que “en los últimos tiempos, las plagas son mucho más resistentes” a los agroquímicos que antes, por lo que la afectación a los cultivos es más severa.
El control de las enfermedades, que son diferentes en estas plantaciones, implica inversiones y hasta trámites. Para evitar que las plantaciones de banano sean afectadas, se utilizan diferentes químicos, entre esos está la cal viva (óxido de calcio), que es una sustancia controlada, por lo que existen restricciones para su obtención.
“Tenemos que hacer todo un trámite para que llegue el producto hasta el chaco. Umopar (Unidad Móvil de Patrullaje Rural de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico) viene para ver el destino final de la cal”.
En la región de los Valles, entre otros productos, se cultivan frutas. El durazno es característico de la zona del Valle Alto. Una de las plagas que debe enfrentar es la mosca de la fruta. En la actualidad, se aplican planes y programas para contrarrestarla.
El gerente de la Mancomunidad de Municipios de los Valles, Franolic Huanca, detalla que los productores invierten hasta un 40 por ciento de recursos económicos para el control de plagas. Para el cultivo de una hectárea de durazno se necesitan unos 6.500 dólares, que incluye la compra de semillas, el mantenimiento con deshierbe entre otras actividades, y el control de plagas con la compra de fungicidas.
En 2015, los productores tuvieron un 80 por ciento de pérdida en sus cultivos de durazno debido, en la mayor parte, a la mosca de la fruta y, en un bajo porcentaje, al fenómeno natural de la helada. "Entonces, no había un control efectivo de las plagas".
Desde entonces, se activó la capacitación y mejoraron las condiciones de producción. En el período de cosecha 2018 - 2019 hubo sobreproducción de esta fruta.
Héctor Arce, alcalde de Omereque, donde entre los principales productos están el tomate y la sandía además de otros, expresa que el uso de agroquímicos permite la eliminación de las plagas. Si no se aplican oportunamente, plagas como la polilla pueden terminar con los cultivos de tomate o papa.
La aparición del pasmo amarillo se da en un microclima que se genera cuando llueve y luego hace sol. “En una semana, la papa de toda una hectárea puede aparecer negra y no servir (…). También se puede perder el 100 por ciento de la producción con la mosca blanca en el tomate”.
Este tipo de mosca ataca al tomate, en cuyo fruto aparecen manchas. “Y es como si adelantara la maduración”.
Al otro lado, en los valles Bajo y Central, se tiene cuidado con los cultivos de flores.
De acuerdo con la explicación de Coca, hasta hace unos 10 años, en el Valle Bajo se cultivaban básicamente hortalizas. Sin embargo. por la expansión en superficie, la oferta subió y los precios bajaron. Entonces, en algunos lugares dejaron de lado las hortalizas, como en Tiquipaya, Vinto y Quillacollo.
“Debemos tener como el 90 por ciento de producción de flores de Bolivia en Cochabamba. De aquí, se lleva a Santa Cruz, La Paz y a otros departamentos”.
El cultivo requiere cuidados, porque las flores no están exentas de las plagas. Como ejemplo, el clavel es atacado por el fusarium (que afecta a las raíces) y la roya (que perjudica a la parte aérea), “sobretodo en los cultivos que están bajo invernadero”.
También se presenta el marchitamiento.
Las enfermedades afectaron al punto de disminuir las cantidades o hasta dejar de exportar, según Coca.
Los productores deben recurrir al uso de los fungicidas como alternativa práctica.
En la ciudad de Cochabamba también hay floricultores. El secretario de Desarrollo Sustentable de la Alcaldía de Cochabamba, Ramiro Guillén, explica que los floricultores están en la zona norte d ella ciudad. También deben combatir a las enfermedades comunes en sus cultivos. “Son plagas que controlamos sin problemas”.
La Municipalidad, como también lo hace la UMSS, apoya con programas de capacitación a los productores.
PAPA Y OTROS
PRODUCTOS ANDINOS
En diciembre de 2018, en la localidad de Palca, en las alturas de Sacaba, se registraron pérdidas de plantaciones de papa debido a una plaga.
Los productores describieron entonces que sus cultivos desaparecían en pocos días. Las plagas suelen poner en riesgo a los cultivos de distintos municipios de la zona Andina de Cochabamba.
El docente Coca aclara que, entonces, no se trató de una nueva enfermedad, sino de la conocida como lluphi. Acota que existen casos en los que las heladas afectan a las cosechas y hacen parecer que se tratara de una enfermedad.
En la región Andina, el producto que mayor cantidad de enfermedades sufre es la papa, que se cultiva en La Paz, Potosí, Cochabamba y Oruro, y en menor proporción en Chuquisaca y Tarija. En Cochabamba se cosechan en zonas como Colomi, Morochata e Independencia.
Entre las plagas más conocidas están la mancha negra de la hoja, mancha foliar por botrytis, tizón tardío, manchas foliares, septoriosis de la papa, manchón foliar, mancha gris, mancha plateada de la hoja, mancha de la hoja por stagonospora, rhizoctoniasis de la papa, marchitamiento, bacteriosis, marchitez bacteriana, nematodos del cultivo, el rosario de la papa, nematodo agallador y nematodo del quiste.
También existen sectores no tradicionales donde se cultiva la papa, en los valles mesotérmicos, y desde los 20 años, en los llanos orientales.
La papalisa presenta principalmente dos enfermedades, la mancha negra de la hoja y la mancha foliar por botrytis.
Aunque en mucha menor proporción que en los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí, también hay producción de quinua en otras zonas. Las principales enfermedades de este cultivo son el mildiu, la antracnosis foliar, la mancha ojival, la mancha gris del raquis y el marchitamiento.
Entretanto, hay plantaciones del tarwi en Cochabamba y La Paz. Estos cultivos sufren por las enfermedades de la roya, la antracnosis, la mancha negra del tallo, la necrosis peciolar por ascochyta, la mancha anular por ovularia, la necrosis peciolar por botrytis, la necrosis apical de los foliolos, la rhizoctoniasis, el amarillamiento, y la pudrición blanca.
El isaño presenta las plagas de la mancha negra de las hojas y la mancha foliar por botrytis. La oca registra la mancha foliar por lepthosphaeria, la septoriosis de la hoja, la visión seca del tubérculo y la mancha parda del tubérculo.
Se desconocen los datos oficiales del Senasag
Los datos oficiales respecto a la presencia de plagas en el departamento de Cochabamba son desconocidos.
Este medio de comunicación solicitó el lunes 1 de abril información a la Jefatura Distrital del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), pero hasta el cierre de esta edición del Informe Especial no hubo respuestas.
El responsable de comunicación pidió una nota escaneada con la solicitud y las preguntas. Se cumplió con el pedido y se envió el correo electrónico la mañana del lunes.
El comunicador informó que, siguiendo un conducto regular, la información debía ser de conocimiento de la instancia nacional de Sanidad Vegetal. Acotó que se haría conocer “de manera inmediata y el seguimiento constante para que la información solicitada salga lo antes posible”.
El martes 2 de abril dijo que ya se elaboraban las respuestas.
Luego aclaró que el tiempo no dependía de él, porque las consultas habían sido derivadas “al área de Vigilancia”.
El miércoles 3 de abril, la misma persona expresó que los requerimientos ya estaban en manos de “la Encargada Nacional de Vigilancia Fitosanitaria”.
Al final de la tarde del viernes 5 de abril se disculpó explicando que desde la instancia nacional informaron que atendían a una comisión china, y que por la importancia no se tenían las respuestas.