Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 20:28

VIVIÓ UNA DEPENDENCIA EMOCIONAL EXTREMA

Lorena se enamoró de su agresor y lo defendió hasta la muerte

La Defensoría de la Niñez acompañó el caso de la joven. La desestructuración familiar habría llevado a la joven a refugiarse en un hombre 10 años mayor a ella.
Lorena se enamoró de su agresor y lo defendió hasta la muerte

Lorena P. la joven muerta con un disparo en el pecho buscaba protección, amor y cariño, pero lo encontró en la persona equivocada, un hombre 10 años mayor a quien conoció siendo adolescente y a quien defendió hasta el último de sus días.

La muerte de Lorena P. reveló un delito que en varias partes del país, es ignorado y hasta normalizado: el estupro.

El Código Penal de Bolivia define el estupro como un comportamiento de seducción o engaño  de una persona mayor de edad a un menor. Cuando existe acceso carnal con una persona de otro sexo mayor de 14 y menor de 18 años el  delito es sancionado con privación de libertad de tres a seis años.

 Sin embargo, el agresor de Lorena P., un subteniente de la Policía llamado Cristhian L. no fue sancionado y más bien vivía con su víctima en una habitación alquilada en Villa Coronilla de Cochabamba.

UN HOGAR DESECHO  Raquel Nogales, jefa de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de la  Alcaldía de Cercado, dijo que la joven creció en un hogar desestructurado. Los padres, si bien vivían bajo el mismo techo, no tenían una relación de pareja.

Según Nogales, la madre trabajaba como funcionaria pública y la relación que tenía con su hija podría calificarse como “tóxica”.

Declaraciones de personas allegadas al caso aseguran que la progenitora insultaba y gritaba a sus hijas, lo que derivó en que la joven trate de alejarse de su familia.

“El padre si bien estaba presente, no fue una figura de protección, era una persona pasiva en el hogar”, señaló.

Cuando la adolescente tenía 15 años se presentó como voluntaria en el Grupo de Apoyo Civil a la Policía (GACIP). Ahí conoció a Cristhian L. quien para entonces tenía 25 años y era su instructor.

Declaraciones de la misma adolescente a la Policía revelaron que la pareja comenzó una “relación” en la que Cristhian L. al ser consciente del delito que cometía, convencía a Lorena de verse a escondidas y solo una vez a la semana.

“Esta adolescente  estaba pasando por una etapa complicada, no tenía la madurez emocional, venía de una familia disfuncional en desintegración y eso fue aprovechado por este policía”, dijo Nogales.

Según la profesional, quien además es psicóloga, los acusados de estupro, por lo general, buscan a menores de perfil bajo, desprotegidos y los vuelven dependientes emocionalmente.

Por su parte, la víctima llena ese vacío con la presencia de esta persona  y no quiere volver a sentir la sensación de abandono y por ello se aferra a esta persona. Incluso puede existir sentimientos de amor, pero, Nogales aclaró que la menor no tiene la capacidad de  sobrellevar la carga emocional.

DENUNCIA Cuando los padres de Lorena se enteraron de la “relación” denunciaron al uniformado por el delito de estupro.

Según la madre, en entrevista con medios de comunicación, las denuncias eran rechazadas ya que el uniformado recibía protección por parte de sus camaradas policias.

La misma Dirección Departamental de Investigación Interna (Didipi) se habría negado a recibir la denuncia contra Cristhian L. En todo momento la adolescente negaba que haya sido forzada a estar con su agresor, pero la madre siguió con el proceso que se estancó.

Nogales aclaró que las audiencias que debían realizarse en la Estación Policial del Norte eran constantemente suspendidas debido a que el policía y el fiscal no comparecían. Por ello, la funcionaria de la Defensoría que llevaba el caso pidió el traslado a la EPI Sur.

El 22 de noviembre de 2019, dos días después de cumplir los 18 años, Lorena  presentó un memorial  al Tribunal de Sentencia 5 desistiendo de la acción penal. Sin embargo, el caso siguió de oficio quedando estancado en puertas a un juicio oral. 

Al ser mayor de 18 años, la Defensoría de la Niñez tuvo que dejar el caso.

El representante departamental del Defensor del Pueblo, Nelson Cox, señaló que la Defensoría de la Niñez  otorgó el cuidado de la joven a la tía y luego a su padre, pero nunca realizó un seguimiento para corroborar que se cumplía la disposición.

Cox pidió que se sancione a los funcionarios que no realizaron su trabajo en su momento, pues hubieron muchos vacíos que debían ser subsanados, informó.

El mismo documento de la Defensoría reveló que la madre de Lorena fue interceptada en dos oportunidades por un sargento  de apellido Pahuasi, quien era el investigador asignado al caso. El uniformado le habría ofrecido en las dos oportunidades cinco mil dólares para que la progenitora retire la denuncia.

Sin embargo, la adolescente dio una versión muy diferente durante el caso.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), Jhon Klaus Bermúdez, dijo que Lorena señaló que su madre le quiso obligar a firmar un papel en el que decía que fue violada y que el policía la había metido a su dormitorio. La joven dijo que su madre chantajeaba al uniformado pidiendo montos de dinero si no quería que la denuncia de estupro cambie por la de delito de violación.

Dicha aseveración fue negada por la madre quien aclaró que la denuncia solo tenía el fin de buscar justicia para su hija.

EL FINAL Al cumplir la mayoría de edad, Lorena dijo a sus padres que se iría a vivir con una amiga, sin embargo, se mudó junto a Cristhian.

Los padres aseguran que nunca supieron que vivían juntos, aunque allegados a la familia, dicen lo contrario.

Bermúdez mencionó que, al parecer, la pareja tenía peleas constantes, al punto de que la joven tenía cortes antiguos en los brazos que ella misma se habría realizado.

Incluso el mismo policía trató de matarse con su arma, pero no lo logró.

Para Nogales, los auto castigos son un grito silencioso de una persona que atraviesa por un estado crítico de dolor emocional y que prefiere trasladarlo al dolor físico y Lorena gritaba por afecto y ayuda.

El jueves, Lorena apareció muerta en su habitación con un disparo en el pecho.

La muerte de la joven fue imputada po rle Ministerio Público como homicidio suicidio, pero la familia sostiene que se tratade un feminicidio.

Junto al cuerpo había una nota escrita a mano, en la que decía cuánto amaba a su madre y a su pareja pero, que al mismo tiempo, ambos le hicieron daño y la descuidaron. Aclaró en dos oportunidades que Cristhian L. no es el responsable.

Asimismo, menciona a una mujer, quien sería la expareja de Cristhian, quien además era la mejor amiga de Lorena y con quien el policía habría tenido un amorío que llevó a la joven a una depresión profunda.

“El hombre sabía que Lorena era una persona sensible y depresiva, presumimos que tuvo una relación con esta tercera persona y esto podría ser una forma de inducir al suicidio”, dijo Bermúdez, quien aclaró que por el momento son suposiciones.

AFECTO Y CUIDADO En 2019 la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Cercado recibió 24 denuncias por estupro, 75 por violación a menores de edad y atendió 138 casos de abuso sexual.

Nogales pidió a los padres brindar mayor atención a los hijos y sobre todo afecto.

“Estamos en tiempos en que ambos padres deben trabajar, pero ello no es excusa para descuidar a los hijos”, recalcó.

Dijo que a diario reportan casos de abandono de menores y adolescentes que se refugian en las drogas por los problemas familiares.

Asimismo, mencionó que solo en 2019 esta oficina recibió 18 denuncias por intento de suicidio por parte de niños y adolescentes. Aclaró que muchos de estos casos no son reportados debido a los tabúes de los padres, y que la mayoría de las denuncias son conocidas a través de los profesores o de vecinos.