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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Lagraba, el boliviano geólogo-petrofísico líder en Arabia Saudí

Lagraba, el boliviano geólogo-petrofísico líder en Arabia Saudí


Una beca para estudiar en Moscú fue determinante para el futuro de Javier Óscar Lagraba Peñaloza en Arabia Saudí. Hoy se desenvuelve como geólogo-petrofísico líder, enfocado en el desarrollo de campos de gas en el mar para la empresa estatal de petróleo y gas Saudí Aramco.

A los 19 años postuló y ganó una beca del Instituto Boliviano Soviético de Santa Cruz, para estudiar Geología de Petróleo en Moscú. Al concluir la carrera, de inmediato se inscribió en una maestría que la concluyó en 1996 en la Universidad de Rusia de La Amistad de los Pueblos.

Entonces, el momento de retornar a Bolivia había llegado. "Mi objetivo siempre fue volver al país. Cuando lo hice, tuve que esperar varios meses hasta que la Empresa Petrolera Andina, que empezaba a operar en Bolivia, sacó una convocatoria y califiqué para el cargo", contó Javier.

Transcurrieron dos años y pasó a trabajar en áreas de exploración en la empresa de servicios petroleros Schlumberger.

Por su capacidad, fue transferido a Arabia Saudita para integrar un equipo que realizaría la evaluación petrofísica del mayor campo de petróleo del mundo. "El objetivo era evaluar cerca de cinco mil pozos en distintos repertorios", recordó.

Con este primer viaje fuera del país, su objetivo era ganar experiencia y crecer profesionalmente. "No era lo mismo ver 10 a 15 pozos por año en Bolivia que ver miles de pozos con una gran cantidad de datos, intercambiar ideas, trabajar con gente de mucha experiencia, ver flujos de trabajo, donde optimizar cinco minutos significaba un gran ahorro en costos y muchas otras posibilidades. Era una oportunidad que no podía dejar pasar", contó.

A medida que avanzó el tiempo surgieron otras oportunidades en la empresa y, a mediados de 2004 -a los 34 años-, fue transferido a Kuala Lumpur para ser líder de geología de una de las organizaciones operativas de Schlumberger, que cubría actividades principalmente en Malasia y Brunéi.

La experiencia y los cambios eran constantes. En 2007 fue transferido a Río de Janeiro, Brasil, como especialista en el área de geología.

Todos estos cambios representaban nuevos retos y experiencias con empresas de renombre internacional, que sorprendían y llenaban de aliento al joven profesional. Por su experiencia y capacidad, en 2009 fue invitado como representante principal de Schlumberger para contribuir con un capítulo del libro relacionado a las herramientas y perfiles de imágenes, sus beneficios y aplicaciones para la Asociación Americana de Geólogos Petroleros.

A finales de ese año, decidió aceptar la invitación de la empresa operadora para la que prestaba servicios, Saudí Aramco.

Esta invitación fue la que retiró, temporalmente, esa inquietud de volver a Bolivia. Se trata de una de las empresas más grandes del mundo, con una producción diaria de alrededor de 10 millones de barriles de petróleo.

Ahora, Javier trabaja en una de las unidades encargadas de desarrollar y producir los campos de gas en el mar en Saudí Aramco.

Lagraba no deja de mostrar su orgullo y satisfacción por ser parte de esta empresa. “Actualmente es líder en petrofísica para varios campos gasíferos de un potencial muy alto. Solo uno de los campos más pequeños con los que trabaja supera toda la reserva que tiene Bolivia”, acotó.

Con cerca de 20 años trabajando en la industria petrolera, este boliviano cree que el reconocimiento más importante que ha conseguido es la reputación y credibilidad en el grupo de trabajo de su empresa y de las que requieren su servicio.

Su satisfacción es grande al saber que aporta con su conocimiento a Saudí Aramco, una empresa con estándares elevados en el mundo.

“La clave es no temerle a los retos”

Pensando en los jóvenes que quisieran incursionar en la industria petrolera, o lo que se propongan, este ingeniero geólogo, Javier Lagraba, considera que “la clave del éxito es no temerle a los retos y a tomar decisiones”.

Para él, la honestidad es fundamental, ya que las inversiones son muy elevadas y, por tanto, los riesgos también. “Por eso es importante reconocer las limitaciones y dificultades”.

“Decir ‘esto no lo sé’ o ‘no lo he visto antes’, no es un delito. Debe haber ante todo lealtad y estar preparado para nuevos retos, saber reconocer que debemos seguir aprendiendo”.

Cautivado por este universo de aprendizajes, Lagraba ha dejado por el momento algunas metas. “Regresar a Bolivia fue durante muchos años mi prioridad porque veo que tiene condiciones, pero todavía falta mejorar los salarios y otros beneficios”.

Lejos de su tierra, Javier no deja de extrañar a sus hermanos y a su madre. “Lamentablemente perdí a mi padre hace dos años y esas son las cosas que duelen”.

Con una familia constituida, debe valorar diferentes factores antes de concretar su retorno definitivo. “La gran dificultad es cuando lo hijos sienten a Bolivia como un lugar de vacaciones, no sienten lo mismo que yo... Me gusta Arabia, tiene comidas ricas como en mi país”.

Además de estas cualidades, el profesional valora la infraestructura avanzada, el bajo costo de vida, la seguridad y la buena educación.

“Para muchos profesionales de mi rubro, donde vayamos, seguimos siendo extranjeros. Por eso creo que regresar al país de uno es siempre el gran deseo”.