Kitty dejó el trabajo sexual para salvarse
A los 50 años, Kitty Flores, que es trans. Trabaja como decoradora y realiza manualidades relacionadas a la cotillonería. Pero, cuando era joven fue trabajadora sexual.
Dejó esa actividad para “seguir viviendo”. Hace más de una década reflexionó sobre la calidad de vida que quería tener.
“Hay que buscar un objetivo. No todo es belleza, prostitución y droga. Hay que tener una meta”.
Kitty, como se hace llamar desde que decidió dejar su indumentaria varonil para vestir como mujer, es una de las líderes de la Unión de Travestis de Santa Cruz y está consciente de que en el colectivo de Trans Lesbianas Gais y Bisexuales (TLGB), las travestis son el rostro más visible y también vulnerable.
Las estadísticas dicen que el promedio de vida de las personas trans no supera los 35 años, según la directora Ejecutiva Mesa de trabajo Nacional (MTN), Rayza Torriani.
En la actualidad, en Cochabamba hay tres personas, de entre 29 años y 32, de esta población internadas en el hospital.
Kitty, que ya piensa en cuando sea adulta mayor y busca seguridad para su vejez, recuerda que su población vive una lucha constante.
“La lucha es constante contra el maltrato policial hacia la mayoría de las trabajadoras sexuales, así como el maltrato médico, porque antes nos llevaban a hacer revisiones obligadas (...) Desde ese tiempo luchamos juntas”.
La unión de las trans se da, en la actualidad, también para las despedidas, cuando alguna de ellas fallece.
“Juntamos dinero para darle un entierro digno. La mayoría muere asesinada o por enfermedades, aparte del VIH”.
Kitty, cuando era un niño de seis años sufrió abuso sexual. “Yo lo hacía voluntariamente. Pero, me di cuenta que era marica (gay) a los 11 y me hice travesti a los 19 años”.
Luego de trabajar por un tiempo en una repostería se sintió presionada y dejó el puesto.
Cuando necesitó dinero, encontró una salida en el trabajo sexual.
“Me dediqué un tiempo”.
Pero, se dio cuenta de que no era una garantía para su futuro.
“Fui bella y hermosa. Pero, ya pasó. Tengo 50 años, sigo siendo simpática, pero ya no soy la misma de cuando tenía 20. Hay que pensar en el futuro”.
Rayza manifiesta que el 90 por ciento de las mujeres trans no llega a los 70 años.
“Esto se debe al poco acceso a la salud, al trabajo, a la buena alimentación. El trabajo sexual, el alcohol, el entorno, nos llevan a una situación de vulnerabilidad, hacia enfermedades que no son tratables”.
Kitty coincide con esas afirmaciones. “Nosotras tenemos la vida avanzada. Tenemos relaciones incluso desde los 10 años”.
INFECTOLOGÍA
Este tipo de situaciones marcaron la vida de Indira (nombre cambiado). A ella, travesti de 32 años, le diagnosticaron VIH y hace poco fue internada en el área de Infectología del hospital Viedma en la ciudad de Cochabamba.
Indira, además, perdió la vista y recuperarla demanda una cantidad de dinero que no tiene.
Sentada en la silla de la habitación, vistiendo una bata, medias y sandalias, agachada y con la aguja del suero en un brazo, le da la espalda al sol que entra por una ventana.
Solo quiere recuperarse y no volver a la vida que tuvo como trabajadora sexual.
“Ya no tengo ni amigas. La amistad es por interés y momentánea. Cuando ganaba dinero tenía un montón de amigas para chupar (beber), para la joda de la vida. Ahora ya no hay nada de eso”.
Sostiene que quisiera tener otra ocupación. Se siente rechazada.
“Ya no veo ni a mi familia. Vino mi hermano, me miró y ni siquiera me dijo ‘toma 10 pesos para tu pañal’. No tengo a nadie”.
La edad
“Tengo 50 años, sigo siendo simpática, pero ya no soy la misma que cuando tenía 20”
Kitty Flores
Recomendaciones y pedidos
Al Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión
Una de las recomendaciones del estudio de Manodiversa Asociación Civil “Conociendo a las necesidades y vivencias de las personas adultas mayores de diversa orientación sexual e identidad de género en el Estado Plurinacional de Bolivia” es que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social genere una resolución que sancione al empleador que permita la discriminación, incluido el tema de la orientación sexual y la identidad de género.
Al Ministerio de Salud, centros y hospitales
El estudio concluye también en la necesidad de capacitar y sensibilizar al personal de salud, sobre el tema de la población Trans Lesbiana Gay y Bisexual (TLGB) y, en este caso, principalmente para atender a las personas adultas mayores de este colectivo, es decir, de más de 60 años.
Agrega la exigencia de establecer programas de mitigación de la soledad y la eliminación de la violencia hacia estas personas.
A quienes trabajan en la prevención del VIH
Manodiversa sostiene que se debe promocionar la realización de la prueba voluntaria del VIH también en la población de adultos mayores de diversa orientación sexual e identidad de género.
Recomienda que se conformen grupos de personas adultas mayores con VIH de este colectivo para visibilizar y a la vez dar voz y participación propia a este segmento poblacional. Eso daría pie a programas de prevención y atención.
Creación de un centro u otro espacio TLGB
Según el resultado del estudio de Manodiversa, un 44 por ciento de adultos mayores encuestados afirma que desea que haya un centro o un espacio TLGB en su ciudad para informarse y capacitarse en distintos temas y áreas.
Un 37 por ciento menciona que ese espacio debe servir para el encuentro, socialización entre congéneres, terapia grupal y hasta atención médica. Otros ven en un ambiente así, un lugar de empoderamiento.