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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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La inconsistencia desde los pinceles de Orlando Alandia y Sammy San Miguel

Los artistas plásticos comparten ideas en una exposición que se inaugura el martes, a las 19:30 horas, en la Alianza Francesa (calle La Paz No. 784 casi C. Carrillo). La exhibición estará disponible hasta el 28 de este mes.
La inconsistencia desde los pinceles de Orlando Alandia y Sammy San Miguel


Orlando Alandia y Sammy San Miguel son artistas que ya han trabajado juntos en otros proyectos, como una performance en el Primer Festival de Performance del centro Simón I. Patiño. En esta exposición, presentan cuadros creados específicamente para la ocasión. No se trata de una muestra donde los expositores simplemente comparten espacio, sino es un diálogo, donde intercambian ideas (no siempre acordes) sobre un mismo tema: la inconsistencia.

Conversando con ellos, es perceptible su fluida discusión sobre el arte, lo contemporáneo, el papel del artista y la materialización de las ideas. Son aproximaciones diferentes, pero siempre llegan a la conclusión que la verdad tiene forma de poliedro. “El artista es el que más arriesga sobre sí mismo. Hay que estar muy convencido de lo que haces para no dejarlo”, dice Orlando. “Mucho depende del artista y la convicción de su rol el sociedad”, agrega Sammy. “El arte siempre ha sido conceptual. La estética es un valor efímero”, concluye Orlando. “El lenguaje te soporta todo”, complementa Sammy. Por lo tanto, la muestra es una expansión más de las conversaciones de estos artistas.

Orlando Alandia es parte de una familia de artistas plásticos, siendo sobrino del destacado muralista Miguel Alandia Pantoja (parte de los pintores sociales de la generación del 52) y del pintor abstracto Oscar Alandia Pantoja, quien firmaba como Oscar Pantoja. Además, nació en Oruro, misma tierra que concibió a pintores de la talla de Gustavo y Raúl Lara, Alberto Medina Mendieta, Erasmo Zarzuela y Marcelo Suaznabar, por mencionar a algunos.

Alandia no defrauda la tradición de los anteriores nombres. Se ha hecho un espacio en la plástica nacional, acreedor de un estilo singular, propio y con características bien definidas. Su obra, que navega entre lo abstracto y figurativo, es telúrica y matérica. Sus figuras remiten a estructuras pétreas que responden a líneas y encuadres simétricos, relacionando la plástica con su formación (Arquitectura) y su amor al arte textil.

Por lo tanto, las obras de Orlando en la exposición se manifiestan como un antónimo a la inconsistencia. “Algo consistente dentro de unos espacios vacíos muy grandes. Una reflexión entre lo vacío y lo lleno, tal como trabaja un arquitecto”, apunta el arista oriundo de Oruro. Ha enfatizado el concepto de inconsistencia desde lo físico, en grandes edificaciones sobre enormes espacios que no la sostienen. Alandia demuestra que la inconsistencia es evocar al otro a través de su negación.

No deja de lado para esta muestra lo organizado de su obra, libre pero que subyace a una estructura. Tampoco se olvida de su apego a lo telúrico. Orlando trabajó una época con pigmentos naturales, valiéndose de la paleta de colores de la tierra misma: verdes, amarillas y blancas. Su gama de colores siempre ha sido muy amplía, jugando con fuertes contraste.

En los últimos años ha estado descubriendo una técnica de transfusión. Traslada el color de una superficie de plástico al soporte, a través del pegajoso alquitrán. Esta experimentación de colores se desprende en el cuadro y los puntos “vacíos” son rellenados con óleo. “El negro del alquitrán es maravilloso, no existe otro”.

Por otra parte, Sammy San Miguel es un artista en constante experimentación, sus cuadros son muy diferentes unos del otro, una especia de abstracción conceptual. Su formación como filósofo es visible en los temas que persigue su obra.

Trabaja la inconsistencia como una anomalía en el sistema. Maneja este concepto estructurado en algunas pinturas, libre en otras. Sammy representa estos fallos en el sistema a través de interrumpidas repeticiones de figuras. No obstante; para él, estos “errores” no siempre son negativos. “Sobre el error se reconstruye y te adaptas a nuevas situaciones que redireccionan nuestro pensamiento”.

Las piezas que presentan son un intento de visualización de la gramatología, la semántica y la semiótica. Se ve seducido constantemente por el lenguaje, “el origen de todos los sistemas”. A esto contribuye lo sugerente de sus títulos, parte fundamental de su trabajo, donde induce al espectador a la experimentación de ciertos sentimientos, le puntualiza dónde buscar y dónde ver. Se pueden apreciar nombres de obras como “La gramatología del amor” (una deconstrucción del sentimiento) o “Emptiness” que tituló en ingles porque la traducción “vacuidad” no llegaba a cubrir lo que quería plasmar.

La técnica que ejerce es mixta, haciendo uso del óleo, el acrílico y la recina de este último que permite un efecto de cristalización del cuadro, como si estuviera puesto un vidrio encima. Sammy indica que saca más de lo que pone en el lienzo, es decir, es la obra quien dirige el trazo y no viceversa.



Periodista- [email protected]