Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Henrry montó un gimnasio en suelo nipón y deja atrás la sombra del virus

Es beniano, ganó cuatro títulos de kick boxing en Japón y se casó con una asiática. “Hace como dos semanas que no salen infectados en mi ciudad”, cuenta.

Henrry montó un gimnasio en suelo nipón y deja atrás la sombra del virus

Hace dos décadas que el boliviano Henrry Cejas vive en Kani-shi (Gifu), una ciudad nipona que se sitúa prácticamente en el corazón de Japón. Es el mismo tiempo que no pisa su tierra, su patria, aquella que acunó sus sueños de infancia, cuando aún el cuadrilátero y la sed de victoria no pasaban mucho por su cabeza.

Ahora, con 30 años, la memoria visual del deportista lucha por mantener los recuerdos de su natal Beni, departamento que sufre el impacto de la pandemia y donde, además, se encuentran su abuela y varios de sus familiares. Al atleta, respetado en el ambiente internacional por su potencial en el kick boxing, lo tranquiliza saber que todos ellos toman las precauciones necesarias y se conservan bien, en un contexto en el que la emergencia sanitaria se ha visto desbordada en las últimas semanas.

En Kani-shi, el virus se ha resumido en una sombra latente. Las autoridades niponas locales han logrado contenerlo y, actualmente, la sociedad desarrolla sus actividades con regularidad, según relata el boliviano. “En realidad, no tuvimos cuarentena. Sí hubo un descanso de unos 15 días. Este mes pudimos abrir los negocios. La gente comenzó a salir. Lo bueno de acá, en Japón, es que los ciudadanos son bien cuidadosos en la limpieza. Por otro lado, hace como dos semanas que no salen infectados en mi ciudad. En Tokio, en cambio, como la población es más grande, aparecen como cinco infectados por día”.

Henrry, casado con una japonesa, es propietario de un gimnasio al que llamó Samurái Gym, mismo que estrenó en 2018, luego de disolver una sociedad que funcionó muy bien junto al experimentado peleador Danilo Zanolini. “Abrí mi primer gimnasio en 2015. Estuve dos años. Después, el dueño de la infraestructura vendió el edificio y busqué otro lugar. No encontré uno bueno e indicado. Entonces, Danilo me ofreció que hiciéramos juntos un negocio. Así estuve otros dos años. Luego tuve la oportunidad de inaugurar mi gimnasio en una ciudad diferente”.

Los residuos del coronavirus en Japón han dejado cierto temor en la sociedad. Es por ello que una de las tareas es volver a captar a los alumnos de kick boxing y atraerlos hacia su práctica. La consigna va dando frutos, puesto que, en las últimas dos semanas, el experto en el ring recibió llamadas de personas interesadas en sus instrucciones.

 “Justo he recibido llamadas para dar clases dedicadas a iniciantes. Nos vamos a preparar para lo que Dios mande”, refiere.

En marzo, Henrry, ganador de cuatro títulos japoneses y acreedor de la victoria en el reconocido Rizin.21, debía reencontrarse con Bolivia en el Panamericano Championship KIC, torneo que finalmente no pudo concretarse y que estaba pactado en Cochabamba. Su retorno se pospuso momentáneamente. “Recuerdo que aún no había llegado el coronavirus a Bolivia, pero acá, en Asia, sí estaba. Yo me pregunté: ‘¿cómo voy a dejar las cosas así?’. Entonces, le dije a Danilo que me disculpara porque no podría viajar”.

Junto a su esposa, Henrry quiere apostar por agrandar la familia, pero ello se dará “cuando llegue el momento”. Todo con calma.

Se mantiene informado con respecto a la situación en Beni, su lugar de origen. El hecho de que allí se encuentren su abuela y sus familiares despierta su preocupación, aunque lo tranquiliza, de cierta manera, saber que se cuidan.

El experto en kick boxing tenía tres peleas marcadas para este año. Está convencido de que todo acontecerá en el tiempo indicado y que no bajará la guardia ni el ritmo de sus entrenamientos porque eso será esencial.