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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Hábitos coleccionistas: la obsesión por cada detalle

La afición tiene múltiples ramas. Desde llaveros de toda clase, figuras de acción de series animadas y cómics hasta artefactos militares genuinos que han marcado la historia de la humanidad.

Hábitos coleccionistas: la obsesión por cada detalle

La afición por la colección, sin importar el objeto por el que la persona siente emoción, requiere una gran atención a cada detalle y, en todos los casos, una importante inversión económica para lograr el objetivo trazado. 

Es así como esto va convirtiéndose en un hábito para quienes lo practican diariamente. Desde viajes a otras ciudades, importaciones, pedidos por internet y, entre otras cosas, moverse en determinados entornos y círculos sociales; el coleccionista lleva adelante, sin duda, una práctica muy meticulosa.

En esta ocasión, la revista ASÍ presenta a tres personas que han venido realizando un importante esfuerzo y despliegue para armar las colecciones de su gusto. Todos coinciden en que es algo esencial que a uno le apasione todo aquello que conserva, puesto que es un ejercicio que requiere “bastante paciencia”.  

El primero de ellos tiene gusto por los llaveros de diversa clase con énfasis en equipos de fútbol, ciudades y otros países alrededor del mundo; con la aspiración de, a futuro, postularse para obtener un lugar en el libro de récords Guiness.

El segundo tiene una marcada afición por las figuras de acción, que están inspiradas en personajes de series animadas como Hannah Barbera; además de DC Cómics, Marvel, etc. Armar su actual colección le tomó más de una década y sigue en la búsqueda de aquellos elementos que aún no ha conseguido.

Por último, el tercero ha focalizado esfuerzo, tiempo, dinero y energía en la adquisición de artefactos militares genuinos, que corresponden a la época de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Puso énfasis en los vehículos Jeep, partes de armas, bolsas para trincheras y otros elementos decorativos que han tenido peso histórico.

Para los tres, además, todo esto representa una experiencia similar a viajar en el tiempo, recordar momentos de antaño e inmortalizarlos en los objetos que obtienen.

LEONARDO LÓPEZ: LA PASIÓN POR COLECCIONAR LLAVEROS DE  EQUIPOS DE FÚTBOL, PAÍSES Y CIUDADES

Su colección abarca entre 4.000 y 6.000 llaveros originales de diversa clase. Desde equipos de fútbol (tanto de la Liga como de la actual División Profesional del balompié nacional), copas y mascotas mundiales, países y ciudades, entre otros; es una afición que no tiene límites.

“Todo parte de la pasión por el fútbol. No solo por los equipos de mayor relevancia mediática, sino, por la historia y el legado que el balompié deja en general. Con estos llaveros es posible hacer un repaso histórico de los equipos que han pisado las categorías mayores y aquellos, que aún sin un gran suceso, han hecho historia”, detalla Leonardo sobre una afición que comenzó a temprana edad y que va creciendo cada vez más día a día. 

Una parte de su colección cuenta con 160 versiones diferentes del club Wilstermann, el equipo de sus “amores”. “Son diversas presentaciones del escudo del equipo. Desde sus inicios en el fútbol profesional hasta los llaveros de la actualidad. Es otra forma de expresar el cariño que le tengo a la institución”.

Asimismo, Leonardo completó la lista con los demás equipos que conformaron lo que antes se conocía como la Liga (de 1977 a 2017) y la División Profesional (de 2018 a estos días). 

Existen llaveros históricos como el de Oruro Royal, uno de los clubes fundadores de la Liga, Jisca Nacional (paceño) y Arauco Prado, plantel valluno que, a pesar de su mal paso en la Copa Simón Bolívar el año pasado, es el actual bicampeón del torneo de la Asociación de Fútbol Cochabamba (AFC).

“Es algo apasionante. Una vez que empiezas, ya no puedes parar. Viajas a otros departamentos, haces pedidos por internet, vas de aquí para allá. Me encanta”.

Los llaveros de equipos trascienden las fronteras del país. Hay planteles de Argentina, Brasil, México, España, Inglaterra, Italia, Alemania. Asimismo, llaveros conmemorativos de todas las Copas Mundiales de fútbol, cada mascota (1966 a 2018) y otros elementos del deporte. Pero la afición no se detiene en el fútbol. También cuenta con llaveros representativos de los nueve departamentos de Bolivia, de la mayoría de los estados de EEUU, varios países de América Latina, Europa.

Por todo ello, la aspiración es apuntalar toda esta colección para estar presente en el libro de récords Guiness. “Es un sueño”, señala.

ANTONIO FERNÁNDEZ: LA OBSESIÓN POR FIGURAS DE ACCIÓN, SERIES Y CÓMICS

La afición por elementos de los años 70, 80 y 90 comenzó muy temprano para Antonio Fernández, quien coleccionó más de 2.000 figuras de acción en aproximadamente 15 años. 

“Tengo una gran afición por todos los elementos de esa época. Me encantan las series de aquel entonces, los cómics y también las figuras de acción”.

Lo curioso es que más allá del gran número que Antonio exhibe actualmente en el restaurante temático Old School, la búsqueda está lejos de terminar.

“Son figuras muy cotizadas en el mercado y eso dificulta un poco encontrarlas a buen precio, pero continúo con esta hermosa afición porque me siento muy feliz con la colección que tengo y la quiero ampliar”.

Actualmente, Fernández tiene El Auto Fantástico, La Máquina del Misterio de Scooby Doo, Garfield, Los Picapiedras, Los Supersónicos y otros personajes de Hannah Barbera. Asimismo, figuras de Batman, Superman, Linterna Verde, Mujer Maravilla (todos de DC), Iron Man, Capitán América, Hulk, Thor (Marvel), El Chavo del Ocho, la Selección Boliviana (1993), etc.

Lo “pendiente” son figuras de Cazafantasmas, Halcones Galácticos y Thundercats. “La idea es coleccionar algo que te guste, por cariño a tus recuerdos de niño”, afirma Antonio.

LJUBOMIR GOLAC: LA AFICIÓN POR LOS ARTEFACTOS MILITARES GENUINOS

Ljubomir Golac le da mucho énfasis a los objetos militares genuinos como algunos fragmentos de Jeeps, mochilas, camillas, gorras, linternas y otros elementos.

“Se ha ido recolectando estos artefactos en mucho tiempo. Algunos ya los tenía de antes, pero otros han llegado desde Suiza, Estados Unidos y Alemania por mencionar algunos”.

Cabe resaltar la presencia de bolsas genuinas que funcionaban como trincheras en las dos Guerras Mundiales (1914-1918 y 1939-1945), además de extensos cobertores de un tanque de guerra, que tienen siete metros de extensión por fragmento.

Asimismo, Golac ha ido acomodando las parrillas de los Jeeps con énfasis en los primeros que salieron en los años 40. También coleccionó otros modelos desde la década de los 50 hasta los 80 aproximadamente.

“Tengo una gran afición por estos vehículos. Me gustan mucho, sobre todo, los que salieron en 1945. Son elementos que me permiten hacer pequeños viajes en el tiempo y recordar la historia”.

La colección también incluye radios de la época, máquinas de escribir, réplicas de algunas granadas, reliquias de cuchillos, gorras de generales y sargentos y cascos (de los dos bandos que estuvieron en batalla).

“No era posible sacrificar los jeeps Willies de los que soy fanático. Es un gran fanatismo el que tengo por los objetos militares sin ánimo de caer en un espíritu bélico, pero sí recopilar elementos históricos, que son todas las antigüedades”.

Ljubomir también siente atracción por las motos Harley Davidson y autos clásicos, que también están presentes en el restaurante temático Bunkers Grill & Bar.

“Aquí hay 12 mesas Jeep a lo largo de todo el local. Es una linda temática realmente. Son aproximadamente 50 piezas repartidas en las paredes y otras están en reserva para su futura puesta en escena”.

Afirmó que las bolsas son genuinas de la armada suiza, las cuales en su momento sirvieron para armar trincheras de defensa civil.

Golac transmite una gran afición por todos los artefactos militares que ha venido coleccionando y proseguirá en la búsqueda para ampliar el grupo.

“Como toda afición, esto requiere tiempo, dedicación, paciencia y, sobre todo, es importante la persistencia para encontrar cosas auténticas. Es una ventana a la historia. Eso es algo que disfruto mucho”.

Más allá de las diferentes perspectivas de cada coleccionista, el punto en común es el gozo que sienten por todo lo que han acumulado por años. l