Las condiciones de vida actuales en todo el mundo están condicionadas según la dinámica propia de cada uno de nosotros en esta crisis de salud. Existen algunos factores del hábitat humano que se consideran normalmente como fundamentales para un desarrollo como ser: la vivienda, los servicios básicos, la infraestructura urbana, el empleo, el acceso a la educación y salud, y el acceso a equipamientos de recreación y ocio. Todos estos factores influyen en menor o mayor grado en las condiciones de habitabilidad de un espacio vital para el ser humano como es su residencia permanente.

Haciendo un ejercicio de priorización respecto a cuál de ellos sería el más importante y cuál el menos importante podemos mencionar: Es indudable que el primer factor sería la salud, pues si uno está enfermo no podría conseguir los otros factores, este detalle puede cambiar los próximos 50 años la forma de ver el desarrollo local o regional, realmente la mayor enseñanza que nos traerá esta pandemia y la crisis actual de salud es la importancia que tiene para el ser humano el respirar aire puro, tener agua para beber y tener las fuerzas necesarias para buscarse la vida mediante una actividad económica que pueda permitir la subsistencia.

Pero, ¿qué lugar ocupa el nivel de educación en este abanico de factores? La respuesta es inmediata, casi la misma importancia que la salud, ya que si uno no entiende la necesidad de prevenir las enfermedades no podría subsistir o por lo menos será más vulnerable ante las crisis sanitarias. Pero, algunos dirán ¿si no hay economía, no hay vida?. Nada más falso, no es que el ingreso no sea importante, pero perece que sería el tercero en importancia; se puede tener vida se puede acceder a parte de los servicios aunque mendigando pero, si después por nuestra educación podemos emplearnos o tener una actividad económica propia mejor así, podremos mejorar las condiciones de vida iniciales.

A qué vienen estas comparaciones tan simples, pero fundamentales para el desarrollo del ser humano. Precisamente en que la mayor enseñanza de esta pandemia será, sobre todo, para los bolivianos y cochabambinos el de educarse para tomar buenas decisiones y saber priorizar adecuadamente las oportunidades de vida que se nos presentan, de lo contrario seguiremos condenados a pasar más y más crisis o tal vez en alguna de ellas desaparecer.

Qué difícil es reconocer los errores de las malas decisiones en nuestro transcurrir por este mundo, a extremos mercantilizado y cruel con los menos privilegiados. Las futuras autoridades locales y regionales deberían tomar muy en cuenta la experiencia que venimos atravesando, por lo menos, para ser más creíbles y confiables en su desempeño institucional.

CIUDAD SUSTENTABLE
JOSÉ CASTELLÓN O.
Docente universitario con posgrado en gestión ambiental
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