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UNA VISIÓN POSITIVA DE LA PELÍCULA DE CARLOS BOLADO

El film Olvidados y una crítica cochabambina. Ensayo histórico literario

El film Olvidados y una crítica cochabambina. Ensayo histórico literario

En el afán de ser pluralista y generar debate, la RAMONA publica textualmente y sin edición este texto enviado a la redacción de Opinión por Gastón Cornejo Bascopé, a propósito de la película nacional que continúa en cartelera.



A comienzos del año 2007, leí el trabajo original de Mauricio d’Avis sobre su texto-guión que él denominó “Los Olvidados”. Me impactó vivamente que un joven profesional que no vivió los duros tramos históricos del Plan Cóndor, escribiera magníficamente y relatara en forma tan patética los vejámenes a las víctimas de la izquierda política que el nefasto plan internacional de dictaduras había urdido para liquidar socialistas, cualquiera fuese su condición humana y credo religioso, en nuestros países del continente americano. 

El Guión para un futuro film fue concebido por él en Los Ángeles, EEUU, el año 2003 donde concluía su formación profesional de cineasta luego de esforzada labor de investigación, recopilación de datos, información testimonial, lectura de libros, artículos, reportajes, documentos que le permitieron pergeñar un proyecto fílmico de gran valor artístico e importancia histórica, de expresar en arte audiovisual un tema candente que concordaba con el movimiento ideológico político en que estábamos inmersos desde el 2006.

Inmediatamente lo recomendé a la autoridad correspondiente en el Ministerio de Cultura. Conacine. El Jefe de Arte cinematográfico leyó el Guión, escuchó de labios del autor los objetivos a privilegiar en el mensaje de la futura película: rescatar del olvido a los seres dañados por las tiranías y, castigar la historia real y oscura del Plan Cóndor originado en La Escuela de las Américas de Panamá, donde se entrenaron los militares asesinos. La autoridad cultural, ignara en todo, no entendió el objetivo propuesto por Mauricio; desahució el proyecto-guión de largometraje por considerarlo muy costoso. Mauricio d’Avis Loayza salió frustrado de ese intento de cooperación y patrocinio.

Han pasado 11 años desde la concepción original del autor Mauricio d’Avis; y hoy, luego de 10 versiones correctivas de mejoramiento, nuevos datos, notas y sufrimientos personales, plasmada en “una gran película de calidad y un largometraje de primer nivel para todo el mundo”, como él autor la califica con elevada experiencia. Manifiesta, con afirmaciones de trascendencia ética, que es muy loable el esfuerzo y la colaboración conjunta entre todos los talentos que lograron realizar la película: “desde los prolegómenos, la producción y actualmente la post-producción, nacionales e internacionales, de todos quienes llevaron adelante su propio proyecto cultural”.

El éxito del film boliviano producido por la artista Karla Ortiz está asegurado en todos los aspectos: dirección, sonido, imagen, actuación, son impecables y meritorios. La valía de Mauricio d’Avis también es inobjetable. Un futuro de realizaciones profesionales en el campo de la cinematografía depara a ambos creadores. La productora reconoció reiteradamente la concepción original de d’Avis, más, introdujo contenidos ulteriores muy importantes para lograr la realización fílmica perfecta.

He leído, disgustado, algunos de reprobación de la película Los Olvidados en “Ramona” el 3 del presente mes. Destilan maldad crítica que el suscrito cuestiona firmemente porque banalizan todo un esfuerzo colectivo profesional loable que más bien amerita apoyo por tratarse de una gran iniciativa y autoría boliviana que devela sin temor la sórdida historia criminal.

No acepto el maniqueísmo en general, dado que no existe el bien y el mal absolutos, ni en la conducta ni en el intelecto humano, pero en cuanto a principios éticos de trasunto moral, la doctrina es taxativa. Privilegiar la vida y la dignidad de persona.

Otros principios bioéticos de la comunicación a considerar son: la beneficencia, la justicia, veracidad y la no maleficencia; ésta última está ausente en los artículos de la “Ramona”.

La tortura y el genocidio son delitos de lesa humanidad. En Bolivia, existe antecedentes desde el nacimiento patrio: La Recoleta, Las matanzas de Yañez, Melgarejo, Coati, el Control Político, San Juan, Tolata, Terebinto, Curahuara, Coro Coro, cuartel de Viacha, Achocalla, campos de concentración, San Pedro, Chonchocoro, Regimientos transformados en cárceles y hasta casas particulares. Tiempos del MNR, gobiernos de Banzer, Natush, García Meza, Arze Gómez, y los civiles acompañantes; con artistas de la tortura que requieren varios films: Ariñez, Menacho, Gayan, Pepla, Bloomfiel, Claudio San Román, Barbie Altmann; Cassis, Curys, Nelson Jordán, Mario Jordán, Abraham Baptista, los Alarcón, Benavidez, Mena, Salamanca, Rafael Loayza, Toto Quintanilla, Selich, Adett Zamora, (*) (**) expertos en aceite de camión, picanas, siglas en la piel, tímpanos perforados, violaciones, enfriamientos, todo inadmisible y en trance de olvido.

La película boliviana “Los Olvidados” tiene el mérito de incitar a comentar, reflexionar, aprender y rescatar terribles historias para rectificar y educar el alma de las generaciones a venir y jamás aceptar el terrorismo de Estado.

Comencemos recordando la verdadera significación y el patetismo del evento genocida del Plan Cóndor y sus consecuencias en los países donde fue aplicado. Fue el acuerdo criminal más infame que jamás existiera en la historia americana, por supuesto dirigido desde el Imperio y sus agentes, como asegura el film. Planificado y ejecutado por militares y civiles, sicarios nacionales y extranjeros, asesinos. El resultado fue desastroso, lo dice uno de los críticos: 30 mil desaparecidos, 50 mil asesinados, miles de torturados, expatriados. Las víctimas del norte chileno. Tocopilla, miles de torturados, Sergio Arellano Stark, Marcelo Morón, Sergio Arredondo, Pedro Espinoza, en La Caravana de la Muerte. Testimonio que en Santiago asesinaron a dos condiscípulos: Iván Insunza, idealista del comunismo y benefactor de las villas miseria fusilado en el estadio, y Gabriel Castillo, psiquiatra soñador de bellezas, muerto en la puerta de la Iglesia de San Francisco en la Alameda; a Víctor Jara, al boliviano Ríos Dalenz.

El Gral Contreras, dinamitó a un médico en Tocopilla, se encontraron sus manos al fondo de una mina; Salvador Allende, asesinado con misiles de altura en el Palacio de Toesca según asegura mi profesor Girón que le atendió hasta la muerte. En Chile, Argentina los asesinatos de Letelier, J. J Torrez. A Martín Almada, paraguayo, le mataron la esposa, a él torturaron en prisión pero logró rescatar los documentos que incriminan a los autores de todos los países involucrados. En Viacha asesinaron a Enrique Ortega y al Dr. Daniel Arroyo, bajo tortura despiadada. Al Prefecto Alberto Guzmán y a su esposa la Dra. Rina Tapia, cochabambinos, los tomaron presos, torturaron, vejaron, con contusiones y fracturas costales, simulacros de fusilamiento, exilio definitivo. En la prisión de Viacha, la médica atendió el parto de una prisionera, la recién nacida fue llamada:“Libertad Bolivia” y vive en La Paz. Una constancia revela que en IX-X de 1971 había más de 700 presos en Viacha, entre los cuales estaban Luis Luksic, René Soria, Alberto Guzmán, Nivardo Paz, Rina Tapia, Ñuflo de Chávez Ortiz, Jesús Lara, Mary Alvarado, Juan Iriarte, José María Alvarado, Felipe Iñiguez, (30 médicos presos). (****)

En La Paz, la UMSA bombardeada, rodeada de tanques y los universitarios que salían con las manos en alto acribillados, asesinado mi entrañable sobrino Adrián de La Torre luego de interceder ante el comandante en jefe que se nombra en el film, y de salvar a los estudiantes del comedor universitario; su compañero Carlos Bayron que desapareció en un campo de concentración cuyo cuerpo, junto a la de otras víctimas, cubrieron con pavimento. (*****)Todos estos testimonios no pueden quedar en el olvido y deben ser crudamente expuestos, relatados, filmados, aunque den asco a los jóvenes críticos que no tuvieron la vivencia de esa ignominiosa realidad genocida. El film “Los Olvidados” pudo haber sido aún mucho más cruel para lograr el objetivo propuesto, pero mantiene un nivel bajo de violencia confrontada con la realidad, la gravedad del terrorismo de Estado, la delincuencia política y la bajeza humana. Apenas unas picanas en los pabellones auriculares, cuando en realidad fueron polos eléctricos introducidos en el intestino terminal y en los genitales o en el cráneo para generar convulsiones epilépticas. Algunas inmersiones en turril de agua limpia, cuando la verdad fue diferente: los cuerpos de las víctimas envueltos en alambre de púa, inmersos en turril de deposiciones hasta la asfixia. Puntapiés, golpes de puño e insultos groseros; amputaciones de manos (Víctor Jara), fracturas y contusión de vísceras, explosión de cuerpos dinamitados, torturas inquisitoriales ejecutadas por torturadores acompañados de médicos que controlaban los signos vitales para detener o reiniciar torturas que no lleguen al paro cardíaco (***). Luego, en aeronaves para dejarlos caer vivos al mar, a los volcanes, a los ríos. Violaciones multiplicadas hasta el embarazo, para robarles el recién nacido e inscribirlos como suyos, activos delincuentes de la identidad personal. Todo esto, no está revelado en la película por delicadeza ética, protegiendo la salud mental de los observadores.

El film tiene nobleza en el propósito, también en la reproducción de la verdad histórica, aunque un tanto restrictivo por todo lo expuesto. Los críticos creen que el objetivo del film fue distraer, están equivocados, se persigue recordar, jamás olvidar a los olvidados, y sancionar esa gesta de criminalidad que avergüenza la historia americana. Reitero, el film es respetuoso de la sensibilidad afectiva; quizá prolongado en el tiempo de exposición, pero tensamente informativo y patéticamente real, tal como sucedieron los hechos; cruel como la imaginó Mauricio d’Avis; verídico como la gestó la inteligente productora y protagonista Karla Ortiz. La artista logró humanizarla con sus reflexiones correctas, los parlamentos y los debates cargados de sentimiento en la interioridad del sufrimiento humano. Es una película bio-ética e histórica para seres de mentalidad reflexiva.

En cuanto a las críticas anotadas, son puntos de vista que no comparto en absoluto. Afirmo que en el film “Olvidados”, la ficción emerge de una realidad histórica tenebrosa, no descuida los testimonios sombríos. Todo el contenido merece consideración, con sentido constructivo por supuesto. Existieron los ambientes de tortura, iluminados, y montados para la tortura, no se inventaron. Los regueros de sangre, las aniquilaciones sumarias, los cuerpos heridos, las cacerías. El amor al interior de la tragedia, ocurrió porque esa es la condición humana. Los “tortolitos” es una expresión peyorativa de los críticos. “Espectacularizar las torturas” no es suficiente ante las evidencias relatadas. Villa Grimaldi fuera de Santiago, Centro Borgoño tras el Mapocho, donde inicié mi estudio de medicina, existió, casi me torturan por tomar fotografías de evocación; el propio Estadio que hoy lleva el nombre de “Víctor Jara”.

La calificación: “Broma de mal gusto que Lucia se despache una lamentable reprimenda contra los militantes torturados a los que trata de delincuentes, asesinos, que han escogido el camino de la política, víctimas de los gorilas represores, sugiere una mirada tolerante y hasta justificadora de los torturadores y sus acciones, olvido travestido de perdón hacia sus verdugos”, es una opinión fuera de contexto que tergiversa la intención humanista de la mujer gestante. “Cinta que Banzer y sus acólitos estaban esperando”, creo que es un despropósito, pues los responsables deben estar de viaje, atemorizados ante la evocación terrorífica de su conciencia. La crítica: “Película apta para parte de ¡éste país! acostumbrado a olvidar a sus caídos y redimir a sus torturadores verdugos y dictadores”. Justamente es todo lo contrario, con ella se logra rescatar el recuerdo para toda la América mellada por el Plan Cóndor que exige sancionar el delito y prevenir otro Plan siniestro que podría repetirse en cualquier momento y con cualquier gobierno militar o civil.

Afirmo que el film no tiene adscripción política-partidaria; pero es esencialmente política en el concepto más puro del término. No sólo rescata a los olvidados, más bien en silencio y en forma subliminal, in crescendo, previene contra los atentados a la democracia, a los DDHH, al irrespeto a la dignidad de persona, a la tiranía, a la posibilidad de tortura organizada desde las esferas ejecutivas, cualesquiera fuese su ideología imperante. Creo que la Providencia de la Patria maneja sutilmente a Karla Ortiz para regalarle un presente oportuno en el tiempo histórico actual.

Yo expreso mi homenaje al esfuerzo profesional y artístico de todos los creadores del hermoso film “Olvidados”, película que debe ser vista por todos los bolivianos, chilenos, argentinos, uruguayos, paraguayos y brasileros; por todo el mundo civilizado. Merecido fue el encendido aplauso tributado al término del film en la Premier. La crítica debe ser tomada en cuenta cuando es constructiva. La postura reaccionaria es previsible dado el grave contenido del tema expuesto. En cualquier tendencia existen dogmáticos que pueden repetir la hazaña criminal y, que enarbolan la bandera de la violencia. Felicito al Guionista Mauricio d’Avis, y aplaudo de pie a la actriz productora Karla Ortiz, consagrada en la película boliviana “Olvidados”.

Bibliografía.

Guzmán López Alberto. “Memoria Popular Sobre las Torturas del Septenio Negro de Banzer” BOLIVIA LIBERTAD”. Editorial TIWANAKU. La Paz. Bolivia. VI 1993. (*)(****)

Loayza Beltrán Fernando. “Campos de Concentración en Bolivia”. Editorial “E. Murillo” La Paz. Bolivia. 1966. (**)

Varios Autores. “El Quijote y los Perros”. “Antología del Poder Político”. Antezana E. Luis Viacha Campo de Concentración. Lara Jesús. Un día en el antro fascista”. Editorial Imprenta Universitaria Cochabamba. Bolivia 20 VIII 1979

Riquelme U. Horacio. Ética Médica en Tiempos de Crisis. Los Médicos y las Dictaduras Militares en América del Sur. Ed. Chile América –CESOC Santiago de Chile 2002 (***)

Rodríguez De la Torre Lidia. Testimonio. (*****) Cochabamba Bolivia. VIII-2014.

Cornejo B. Gastón. Escritos Dr. Alberto Guzmán- Dra. Rina Tapia de Guzmán. Opinión. Cochabamba. X- 1998.

Vargas Llosa Mario. La Fiesta del Chivo. Alfaguara Bolsillo. Quebecur Perú.2000.

Verdugo Patricio. “Los Zarpazos del Puma”. La Caravana de la Muerte. Chile.

15 septiembre 1973. Ultimo versos de Víctor Jara cuya copia atravesó las alambradas y voló a la libertad en el “Estadio Chile. A cinco días del golpe en Chile, el mundo entero estremecido alzaba la voz levantando las figuras de Salvador Allende y Víctor Jara .

“Somos diez mil manos menos/que no producen./¿Cuántos somos en toda la Patria?/La sangre del compañero Presidente/golpea más fuerte que bombas y metrallas./Así golpeará nuestro puño nuevamente./Canto, qué mal me sales/cuando tengo que cantar espanto./Espanto como el que vivo/como el que muero, espanto”.

*Gastón Cornejo Bascopé. Presidente de la Unión de Poetas y Escritores. De la Sociedad de Geografía e Historia Cochabamba, agosto 2014.