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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Feminicidios: siguen y suman

Feminicidios: siguen y suman

El año 2020 inició con cifras tristes. Solo en las dos primeras semanas se contabilizaban 13 feminicidios, casi uno cada día. En algún momento se decía que en el año habían ocurrido más feminicidios que días del año. El primer mes se había superado el promedio de feminicidios de los años anteriores que se estimaba en un feminicidio cada tres días, pasando a uno cada dos días.

Hemos terminado el mes de febrero con 26 feminicidios, sumando 704 feminicidios desde la promulgación de la Ley para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. La mayoría de ellos ocurridos en los departamentos que conforman el eje: 8 ocurridos en Santa Cruz, 5 en Cochabamba y 4 en La Paz. Solo 3 sucedieron en Potosí, 2 en Chuquisaca y Pando y uno en los departamentos de Oruro y Tarija. No cabe duda que estamos ante una escalada de la violencia contra las mujeres, no solo en el país, también en el mundo. Se ha incrementado en número y también en crueldad.

Los medios de comunicación nuevamente le prestan atención a la problemática, la mayoría de las veces con enfoques sensacionalistas. Los actores políticos – más por el clima electoral – comprometerán medidas y lo usarán en sus campañas, aunque pocos lo mencionen en sus programas. 

Los movimientos de mujeres demandan la implementación de políticas públicas que den cuenta de voluntad política real, recursos financieros suficientes para asegurar el funcionamiento adecuado de las instituciones que por ley deben jugar un rol, para resolver las debilidades en la implementación de la normativa vigente, evitar la impunidad y asegurar el acceso a la justicia para las víctimas y sus familias.

La violencia por su magnitud, incidencia y prevalencia no puede ser considerada por casos aislados. Debemos comprender que se trata de una problemática social de carácter estructural y, por tanto, demanda de respuestas integrales, que requiere de voluntad para impulsar intervenciones conjuntas desde diversos actores públicos, de instituciones privadas, los medios de comunicación y el sistema educativo. 

Es el ámbito de la prevención donde menos esfuerzos se han realizado y el que tiene mayores posibilidades de éxito. Esperemos que este tema junto a otros no se convierta en la muletilla demagógica y la moneda de cambio en el proceso electoral.

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