Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 12:33

Familias vallunas en las que corre sangre de deportista por generaciones

Cochabamba es uno de los semilleros de deportistas más importantes de Bolivia. Entre los campeones existen apellidos que se mantienen y destacan con el tiempo. Hoy, la historia de tres de esas familias qhochalas.  <BR>
Familias vallunas en las que corre sangre de deportista por generaciones



Lo que se hereda no se hurta”, dice el refrán y en muchos casos, nada más cierto. Cuántas veces escuchaste algún comentario en tu familia o en tu entorno acerca de algún rasgo o habilidad entre una o más personas que se pasa de generación en generación; en algunos casos es la fisonomía, en otros las formas de comportamiento y hasta expresiones.

Entonces, ¿será que también se transmite el amor y talento por alguna disciplina deportiva?. Sin duda, no por nada la historia y el medallero de Cochabamba tienen casos de padres e hijos, tíos y sobrinos y, sobre todo, hermanos que han logrado sitiales importantes en las disciplinas deportivas que practican.

En esta edición conoceremos la historia de tres familias de campeones, cuyo legado aún es recordado en la historia deportiva del país.

FAMILIA GANDARILLAS

Uno de los apellidos más renombrados dentro del baloncesto nacional es el de Gandarillas, gracias al desempeño de Martha, Ana María, Virginia, Claudia y Roxana Gandarillas Subieta.

En esta ocasión se tuvo la oportunidad de conversar con Martha y Ana María, quienes comenzaron su actividad deportiva cuando eran muy pequeñas, siempre al amparo y el impulso de sus padres.

Martha se define como una atleta múltiple. Inició su vida deportiva en la rama del atletismo a los seis años; al poco tiempo pasó a integrar el Club Universitario y luego el Cobija, del que fue seleccionada para comenzar a conformar las selecciones cochabambina y nacional de baloncesto y voleibol, en las décadas del 60, 70 y 80.

“Participé en seis latinoamericanos de baloncesto, muchos campeonatos nacionales y departamentales. Tengo el gusto de haber sido parte de las primera Competencia Bolivariana Juvenil a mis 18 años. En fin, muchas son las oportunidades en las que salí al exterior para representar a mi país y traer grandes satisfacciones”, señala Martha.

En ese trayecto deportivo conoció al hombre que hasta la fecha comparte su vida, el exbasquetbolista Wilder Pacheco Aguirre.