A FONDO. ÁREAS PROTEGIDAS TRAS LOS INCENDIOS Y SU RECUPERACIÓN
Existe un plan para el Tunari, pero necesita décadas para restaurarse
Los bosques del Parque Nacional Tunari, en Cochabamba, están heridos. Aunque su paisaje se expone llamativo, con pinos cobrizos y eucaliptos de troncos negros retoñando; las huellas de los incendios también son evidentes en los kewiñales con árboles oscuros que parecen ya no recuperar. Desde lejos, son evidentes las áreas quemadas por los tonos de las copas de los árboles.
La recuperación demanda estudios específicos y décadas de espera, considerando la fauna y la flora propia de la zona.
El Parque ocupa más 300 mil hectáreas, el equivalente a casi nueve veces el tamaño de la ciudad de Cochabamba. El área protegida atraviesa los municipios de Cochabamba, Tiquipaya, Quillacollo, Colcapirhua, Vinto, Sipe Sipe, Sacaba, Colomi, Villa Tunari, Tapacarí y Morochata.
A fines de septiembre de 2019, durante tres días el Tunari sufrió uno de los peores incendios e los últimos años. Los lugares más afectados fueron Tirani, Andrada y Leuquepampa, en jurisdicción de la ciudad de Cochabamba. Durante esos días, el rojo del fuego se veía desde distintos lugares de la ciudad. Días después el escenario en el área protegía era el de un cementerio con árboles negros, animales muertos y ceniza que se levantaba con el viento. Ahora, a más de tres meses, la zona expone bosques cobrizos; con pinos con hojas verdes en lo alto de sus copas y con el resto seco, y eucaliptos de troncos ennegrecidos, pero con rebrotes; esto está en contraste con la hierba verde que creció también en medio de otros árboles que no retoñaron, como las kewiñas.
PRESUPUESTO
Para este año, el parque Tunari no tiene recursos económicos específicos asignados.
El director del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), Alberto Terrazas, informa que la institución no cuenta con presupuesto para recuperar el área protegida. “No tenemos”.
Dice que se hicieron solicitudes a instituciones para tener apoyo, pero tampoco existen resultados. “Yo estoy gestionando desde agosto; pero, a la fecha no puedo conseguir”.
Tampoco hay proyectos programados.
LA PROPUESTA
Aunque para poder empezar, pasarán unos seis meses.
El secretario de los Derechos de la Madre Tierra de la Gobernación de Cochabamba, Alan Lisperguer, explica que realizaron una propuesta con un plan con acciones más integrales.
Contempla al menos seis acciones que requieren esfuerzos, tiempo y recursos económicos.
1 La restauración
Para recuperar el Tunari, es necesario restaurarlo. El objetivo es que vuelva al estado que tenía antes.
Lisperguer explica que la restauración implica incorporar árboles nativos, como la kewiña, para reforestar. Aclara que existen varias especies de kewiña y que en el Tunari solo deben estar presentes algunas, porque si se foresta con otras se estaría alterando el ecosistema.
“El parque necesita que se restaure con sus especies, y esto parte de nuevamente generar bosques”.
Las autoridades departamentales se enfocan en la restauración de los bosques en coordinación con los municipios de la Región Metropolitana Kanata y el Sernap.
El secretario de los Derechos de la Madre Tierra describe que el proyecto Formibosque, que produce 3.5 millones de plantines cada año, será el que permitirá la reforestación. Expresa que destinarán diferentes cantidades de plantines para las campañas; aunque esos recursos no están cuantificados.
“Tenemos un histórico de que hasta la fecha más de 8 mil hectáreas estarían afectadas por incendios. Sin embargo, realmente es complicado”.
El biólogo Eduardo Morales sostiene que la recuperación, por más que sea facilitada por una reforestación masiva, “requiere de mucho tiempo”.
Manifiesta que tanto en el parque Tunari como en la Chiquitanía, para iniciar la intervención para la recuperación es necesario realizar estudios previos. Se debe conocer la extensión del daño en el suelo, en los recursos acuáticos, nutrientes del suelo, los bosques, la fauna, la microfauna del suelo, las algas que se encuentran en los ecosistemas acuáticos, ríos, lagunas. “Luego de la cuantificación y cualificación de los daños, lo que se tiene que que hacer es un diseño estratégico para ver qué caminos se va a seguir en la recuperación de cada uno de estas porciones, ya sea la Chiquitanía o el Parque Nacional Tunari”.
Un bosque secundario joven, según la Oficina Nacional de Bosques Francesa (ONF por sus siglas originales), se produce entre 20 y 30 años después del incendio en bosques de otros continentes. Las aves originales vuelven recién después de 40 años. Al cabo de 70 a 100 años, lo que equivale de 3 a 5 generaciones humanas, se observa un bosque más o menos maduro.
“Estos son datos de bosques en otros continentes, datos recabados a largo plazo y en entornos científicos favorables, debidamente patrocinados y solventados. Esto último no ocurre en Bolivia, por lo cual las acciones de recuperación tomarán un tiempo mayor”.
Los bosques no solo tienen flora sino también fauna. Morales explica que hay distintas técnicas para la intervención, y que eso depende de la especie. “Mejor trabajar primero con los insectos, porque van a proveer el alimento; muchos de ellos reciclan o generan nutrientes para el ecosistema. Luego se trabajaría ya con las aves que se van a alimentar de esos insectos o van a nutrirse de los frutos o semillas generadas a través del proceso de polinización que realizan los insectos (…). Para cada uno de los grupos, se requiere de técnicas especiales”.
Lisperguer dice que un primer punto a tratar serán las kewiñas, lo que se pretende trabajar con la Universidad Mayor de San Simón y con una red internacional que se dedica a la kewiña.
“Es para poder captar también recursos de la cooperación internacional. Es una red, un sistema que está funcionando muy bien en países como Perú, por ejemplo. Ya se ha tenido acercamientos también con esta red”.
2 Reservorios de agua
Dentro el plan departamental se incluye la habilitación de algunos reservorios de agua en puntos críticos, para que se pueda utilizar el agua en caso de incendios en la zona.
Pero, las fuentes de agua también serían para la recarga, cuando se utilice los helicópteros para el Bambi Bucket.
3 Helipuertos
Lisperguer acota que es necesario contar con “helipuertos temporales”, puntos de aterrizaje para las aeronaves, para implementar acciones de manera más efectiva.
4 Comunidades
La propuesta oficial contempla el trabajo coordinado con las comunidades que habitan el parque Tunari. Entre los problemas que identifican las autoridades está que existen comunarios que se oponen a las actividades.
Pero, están considerados en el plan, para que los habitantes del área protegida reciban capacitación.
“Sabemos que muchos de estos problemas, de los incendios se generan a partir también de los chaqueos. Entonces, planteamos algunas acciones de trabajo con las comunidades, para que puedan implementar otro tipo de tecnologías en sus sistemas productivos, lo que obviamente reduce este alto riesgo de los incendios”, afirma Lisperguer.
5 Aprovechar la madera
El parque Tunari tiene bosques de pinos y eucaliptos, que no son propios de la zona.
El Secretario sostiene que se debe hacer el manejo de las especies forestales, principalmente exóticas. “Se tiene que realizar ya un aprovechamiento sustentable de estas especies, y hacer un recambio con especies nativas que es lo que corresponde: aprovechamiento de la madera de estas dos especies (eucaliptos y pinos), que existen varios manchas que han sido afectadas”.
La autoridad recuerda que, en su momento, estos árboles se plantaron “con fines comerciales”, para extraer madera, y, hasta la fecha, no se hizo.
“Ya tenemos varias manchas de bosque que han sido afectadas por incendios, y es materia orgánica muy combustible. Se debería coordinar con el Sernap, o el Sernap asumir la tarea de hacer manejo, un raleo. Debería extraerse esta materia vegetal que ya ha sido incinerada”.
Advierte que si las especies quemadas no se extraen, contribuirán al material combustible para la próxima época seca.
Sostiene que es en buena parte competencia del Sernap, por el manejo del parque. “Sin embargo, vamos a pasar las recomendaciones respectivas aprovechando esta época de lluvias en la que no vamos tener problemas de incendios”.
Acota que el Sernap necesita apoyo por parte de los municipios y la Gobernación. Garantiza personal técnico y equipos para la limpieza.
6 Lo agroforestal
Otro punto que se incorpora en el documento es la implementación de sistemas agroforestales, que son sistemas de producción combinada con la presencia de bosques.
“No se necesita extraer los árboles para generar también sistemas productivos agrícolas”.
El trabajo también va de la mano de los habitantes del Tunari.
EN ADELANTE
El plan existe, pero todavía no se coordinó con otras instituciones ni comenzó la implementación.
El objetivo de la Gobernación es lograr un convenio interinstitucional con los municipios de la región Metropolitana y el Sernap, para ponerlo en marcha.
Sobre los recursos, Lisperguer dice que están identificados, pero que todo pasa por el acuerdo.
Está prevista la realización de una reunión el 30 de enero. Se pretende articular una plataforma del Parque Nacional Tunari, que va a estar conformada por varias instituciones, públicas y privadas y académicas.
No es la primera vez que se anuncia un plan. Lisperguer prevé que este se pues aplicar. “Esperamos que este primer semestre ya podamos tener concretizado por lo menos un convenio, que es un compromiso ya formal para que empecemos ya a ejecutar acciones”.
Apuntes
La Chiquitanía
Respecto a las acciones necesarias para la Chiquitanía, la zona más afectada por los incendios en 2019, desde el Ministerio de Medio Ambiente y Agua expresa que se proyectan varias acciones, tanto de prevención de futuros incendios como de restauración de las áreas afectadas. Pero, no se conocen los detalles.
Control
En el Tunari hay ocho guardabosques para vigilar el área protegida dese Colomi hasta Sipe Sipe. El director del Sernap en Cochabamba, Alberto Terrazas, informa que uno renunció y que se contratará esta semana.
El control militar se dio solo durante unas semanas en la época crítica en el parque.
La falta e recursos humanos impide cumplir funciones a cabalidad. Terrazas recuerda que de los 214 focos de calor que hubo en el Tunari, como Sernap solo cubrieron 90 y solamente en la parte sur.
Construcciones ilegales
Terrazas lamenta que ya no tengan capacidad para poder hacer controles y evitar las construcciones ilegales, encima de la cota 2750.
ante ese panorama, las construcciones proliferan y cada vez aparecen nuevos y más dirigentes de organizaciones.
Los pinos y los eucaliptos son resistentes al fuego
En el Tunari, los bosques de pinos, donde hubo incendios, tienen copas color cobre con puntas verdes. Los eucaliptos de troncos negros parecían muertos, pero retoñan y sus ramas se cubren de hojas nuevas.
El biólogo Eduardo Morales explica que son “especies adaptadas a la acción del fuego sobre ellas”.
Describe que el eucalipto es altamente inflamable por el tipo de resinas que tiene y una vez que el fuego lo consume, empieza a retoñar en la siguiente estación “con una vigorosidad tremenda”.
Lo mismo ocurre con el pino. Tiene protección y su madera tarda en arder.
Por otro lado, especies como el eucalipto no son recomendables para Cochabamba por sus efectos en contra del agua. Absorben grandes cantidades cada día. En otros lugares, se plantan para que sequen la tierra.