Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 12:27

El virus más letal

El virus más letal

Se entiende que los virus, bacterias y microorganismos son parte de la historia de la humanidad. Durante la Edad Me-dia, la peste, el cólera, la lepra fueron las pandemias que aniquilaron a poblaciones enteras. La peste negra exterminó cerca del 60% de la población europea que fue golpeada en distintas oleadas en el siglo XIV. Esta peste se cree que comenzó en el norte de India y se dispersó a través de rutas comerciales. 

Mucho tiempo se pensó que fueron las ratas que transmitieron esta enfermedad, pero un estudio de las Universidades de Oslo y Ferrara de 2018 concluye que las epidemias se trasmitieron a través de pulgas y piojos propios del hombre. Quemas de herejes y leprosos, las purgas y las sangrías, fueron los principales tratamientos contra la peste. 

Migraciones en busca de territorios, conquistas y colonizaciones fueron responsables de pandemias que afectaron a cientos de poblaciones. En nuestra América se conoce que la viruela, sarampión, rubeola, traídas de Europa, hicieron estragos; de la misma manera causó un gran descenso en la población, principalmente nativa. 

Sin duda, en la actualidad, el abordaje de las pandemias se las debe realizar desde una mirada transdiciplinaria para conocer desde ópticas diferentes, como ser el contexto social, económico, político, de forma que las enfermedades, en lugar de combatirlas, se las pueda evitar. Además, amén que el estudio del impacto de las enfermedades, se aborda desde fuentes cuantitativas para estar al tanto sobre las tendencias demográficas de la población; es vital que se aborde desde lo cualitativo para conocer las condiciones de los momentos donde se propaga, como la migración forzada; sequías o inundaciones; conflictos de guerra o sociales y hacinamientos, aspectos que inciden en la vulnerabilidad integral de las personas. 

Ahora bien, en julio de 2009, la OMS declaró a la influenza como pandemia. Sin embargo, a pesar de los avances de la ciencia, del desarrollo de vacunas y las medidas sanitarias más acertadas, no fue posible enfrentar con rapidez la mutación y resistencia de los virus que estaba asolando al mundo y causando muerte de miles de personas. 

Hoy, en Bolivia, atravesamos una de las peores epidemias de nuestra historia. Desde el 2009, el dengue está causando estragos. Esta enfermedad es transmitida por la picadura de un mosquito que se propaga durante la época de lluvia. 

Una segunda picadura, que transmite una cepa distinta, puede derivar en dengue hemorrágico. El dengue se cura si se atiende a tiempo y se reposa, pero puede ser mortal en su variante hemorrágica o desatar derrames, encefalitis o neumonía. En lo que va del 2020 ya se han reportado 1.234 casos confirmados de dengue y 20 muertes. 

Respecto al coronavirus, la OMS instruye: “Lávate la manos, mantén la distancia de alguien que estornude o tosa, cuando estornudes cubre tu boca, necesitamos cambiar para frenar este brote”. 

A todo esto, la mayor epidemia/pandemia que vivimos es la violencia, a partir de la cual mueren millones de seres humanos, siendo el sapiens el transmisor del virus. En Bolivia, tres días de carnaval, 20 muertes, tres casos de femicidio; demasiado acoso callejero y códigos de violaciones grupales.  Mujeres y niños, los más vulnerables al virus letal de la violencia.