Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 13:26

Desastre en Beni: médicos hacen de camilleros y las paredes del principal hospital se desploman

La situación sanitaria en ese departamento es angustiante. Los galenos del hospital de Trinidad trabajan en situación precaria y usan barbijos simples, de acuerdo con el relato del periodista Claudio Rojas.

Un intensivista supervisa el estado de un paciente, en el Hospital Germán Busch de Trinidad. Gentileza Claudio Rojas (corresponsal de ATB)
Un intensivista supervisa el estado de un paciente, en el Hospital Germán Busch de Trinidad. Gentileza Claudio Rojas (corresponsal de ATB)
Desastre en Beni: médicos hacen de camilleros y las paredes del principal hospital se desploman

La situación en Beni es "más grave que lo que reportan los números fríos" y en el departamento, declarado en desastre, "se respira temor y angustia", según el testimonio de un periodista.

Cada día son más comunes los relatos de personas que han perdido a algún ser querido, dice Claudio Rojas, corresponsal de ATB, que viajó en marzo pasado a Trinidad con el propósito de disfrutar con su familia, pero que finalmente quedó atrapado en medio de la emergencia sanitaria.

Las descripciones en primera persona de Rojas y las imágenes del Hospital Germán Busch que un profesional de la salud decidió dar a conocer son impactantes.

El choque es fuerte apenas uno se da a la tarea de transitar las calles benianos, afirma Rojas. Encontrar a un ciudadano que no se haya visto golpeado de manera directa o indirecta por el virus es una hazaña. “Aquí la gente está muriendo en grandes cantidades. Tiene muchos familiares o conocidos que han fallecido. La situación es más grave que lo que se conoce por el Ministerio de Salud. Las personas mueren todo el tiempo. Hablas con una persona y te cuenta que algún familiar o allegado pereció”, detalla.

El escenario parece más grave y precario en los interiores del Germán Busch, hospital elegido para atender a los pacientes en estado crítico de Trinidad. Allí, de acuerdo con el periodista, los médicos hacen labores de choferes, camilleros y enfermeros ante la falta de trabajadores de la salud.

Muchos galenos deciden renunciar apenas conocen sobre la situación del lugar, donde el grado de “improvisación es significativo”.

“No tienen barbijos, las condiciones eléctricas son precarias, hay cables pelados, las paredes están cayéndose a pedazos y tienen goteras. A eso se suma la cantidad de pacientes. No existe campo para uno solo. Usan plástico de forrar cuadernos para aislar paredes. No tienen nada de medicamentos, tampoco hay ambulancias con medidas de seguridad para recoger pacientes. Los mismos médicos hacen de todo: de enfermeros, camilleros y choferes. Literalmente, todo el mundo anda con el crucifijo en la boca”, indica Rojas.

La situación en el hospital provisional militar, montado de forma urgente para asistir a los infectados, también es precaria. Han dispuesto colchones en los pisos. Todos ellos se encuentran dentro de carpas instaladas detrás de una infraestructura deportiva en desuso.

El trabajo de la prensa disminuyó en la región. El periodista cuenta que ya no es usual observar a los comunicadores en las calles porque varios de ellos están contagiados.

La situación en las casas también es compleja. Y a la falta de recursos económicos para abastecerse se suma que los precios de algunos productos alimenticios y de desinfección han subido considerablemente.

Las filas en las entidades bancarias son constantes. La gente busca cobrar bonos que aplaquen, en parte, las necesidades básicas. “Hay gente que no tiene un peso en sus bolsillos. Las filas son de tres o cuatro cuadras. En las viviendas ves cómo la gente se acerca pidiendo un pancito o agua. Además, los productos se venden más caros. Una bolsita de lavandina que en Cochabamba uno puede comprar a 1 boliviano o 2, como máximo, acá está a 5. La comida procesada subió mas del 30 0 40%”, cuenta Rojas.

Beni es uno de los departamentos más golpeados por la pandemia, con más de 1.240 casos confirmados y una capacidad hospitalaria insuficiente.