Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Cuarentena, ¿cuál cuarentena?

Cuarentena, ¿cuál cuarentena?

Una señora grita en media protesta y sin barbijo alguno, mientras otro individuo está cerca con el barbijo en el cuello (parece que no entendió cómo se usa). Las aglomeraciones de gente están a flor de pie en todo lado, el distanciamiento social es solo un par de palabras rimbombantes que trata de decir: aléjate de mi por favor. Cuarentena, ¿cuál o dónde?

Las cifras van subiendo; cada día nuevamente se incrementan los casos ¿quién no habla de reinfección o rebrote? Sin embargo, no todos deciden cuidarse, prevenir y pensar en la salud de cada uno y de sus familias.

Hoy por hoy, las cuarentenas solo sirven de falsos reglamentos que pueden ser usados como pretexto de que se está trabajando, porque en realidad solo ahí sirven, como escritos en papeles proyectados para una sociedad que no los cumple. Hoy, las cuarentenas no son más que mentiras o anhelos de lo que tendría que estar pasando. 

Barbijos, qué complicado hacer que una persona use barbijo, qué complicado hacer que use bien el barbijo. Muchas veces me resulta muy difícil entender que una persona no pueda ponerse bien un cubrebocas para cuidarse o cuidar a los suyos, y ahí alguien me dice que deberían obligar a usarlos bajo amenaza de multa. Uno se pone a pensar y a preguntarse por qué tenemos que funcionar así, solo con amenazas o sanciones.

Antes de escribir esta columna me tocó estar en la última conferencia de prensa de la Alcaldía de Cochabamba, donde dieron a conocer las últimas determinaciones postconfinamiento. Se mencionaron horarios -que mucha gente no respeta-, prohibiciones que ya estaban determinadas y que casi nadie cumple. Nuevamente se anuncia una cuarentena mixta que, en la realidad, casi ni se aplica.

Todo lo antes mencionado es parte de un contexto diario que decidió dejar de lado la pandemia; aquí gran parte de la responsabilidad la tienen las pésimas autoridades municipales, departamentales y nacionales, muchas de estas ya no están en función pública; autoridades que no hicieron lo más mínimo para enfrentar de manera correcta al coronavirus sin afectar nuestros bolsillos.

Nuestros hospitales no tienen la capacidad para afrontar una segunda ola, el personal médico no es el suficiente y a esto tenemos que sumar la ineptitud de muchas y muchos a la hora de usar un barbijo, están los miles que no los usan y los otros miles que los usan mal.

CON LLAJUITA

CLAUDIO ROJAS V.

Periodista y docente universitario

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