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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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La central nuclear de Onagawa se suma a la emergencia de Fukushima

La central nuclear de Onagawa se suma a la emergencia de Fukushima

Otra central nuclear en estado de emergencia: la de Onagawa, la más cercana al epicentro del terremoto, según ha comunicado la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa: "La alerta se ha declarado como consecuencia de lecturas de radioactividad por encima de los niveles permitidos en el área que rodea a la planta. Las autoridades japonesas están investigando la fuente de la radiación".
Tras el devastador seísmo, el país se enfrenta a la alerta nuclear en varias centrales. Los edificios estaban preparados para seismos de escalas de casi 8º pero el que sufrió Japón el viernes 11/03 fue de casi 9º.
Esto sucede cuando millones de personas siguen sin electricidad ni agua potable, mientras el Gobierno alerta de que puede haber apagones si no se ahorra luz.
Datos oficiales divulgados por la televisión NHK señalan que al menos 1,4 millón de hogares carecen de agua potable y otras 2,5 millones de viviendas están a oscuras en Aomori, Iwate, Miyagi y Fukushima.
Los cortes de electricidad han afectado a decenas de hospitales cercanos a la ciudad de Sendai, la capital de Miyagi que fue la más afectada por el seísmo y el devastador tsunami que siguió a continuación.
En tanto, Japón lucha por evitar una "explosión nuclear descontrolada", después de la que el sábado 12/03 destruyó el edificio que contenía el armazón metálico que guarda el reactor nuclear Nº1 de 1 de las 2 centrales nucleares de Fukushima Daiichi.
En la central de Fukushima Daiichi se produjo una explosión en el edificio que aloja su reactor Nº 1-, acaban de declararse problemas de refrigeración en un 3er. reactor.
Entonces, los 3 reactores que estaban en funcionamiento en el momento del terremoto presentan problemas.
Asimismo, el Organismo Internacional de Energía Atómica acaba de anunciar que se ha declarado el estado de urgencia en otra central nuclear: la de Onawa, en la prefectura de Miyagi, donde ha sido "declarado el estado de emergencia 1" (el más bajo).
En Onawa, los 3 reactores de la central "están bajo control", según las autoridades japonesas. "La alerta ha sido declarada porque los niveles de radiactividad registrados sobrepasan los niveles autorizados en la zona cercana a la central", explicó el organismo internacional en un comunicado. "Las autoridades japonesas intentan determinar la fuente de las radiaciones".
Según dijo poco después la agencia de seguridad nuclear japonesa, la central de Onagawa no tiene problemas de refrigeración. El aumento de los niveles de radiación en sus inmediaciones, asegura, se deben a una fuga radiactiva en otra planta de la prefectura vecina, en alusión a Fukushima. Su central Nº1 está 150 Km. al sur de la planta de Onagawa.
El Ministerio de Exteriores de Japón convocó de urgencia a todos los jefes de delegaciones diplomáticas acreditadas en Tokio para explicarles la situación por la que atraviesa el país y, en especial, las medidas que se están adoptando para impedir la explosión de alguno de los 5 reactores nucleares cuyo sistema de refrigeración se estropeó por el seísmo.
De momento, no hay ninguna grieta en los sarcófagos, ni siquiera en el del reactor Nº1, se dijo.
"El Gobierno ha hecho hincapié en que su prioridad es la seguridad", declaró el embajador de España, Miguel Ángel Navarro, uno de los asistentes a la reunión.
Para Tokio, aunque la situación es "muy grave", según ha reconocido el 1er. ministro Naoto Kan, hasta ahora la radiactividad desprendida está bajo control.
Kan ha subrayado que el terremoto y el tsunami del viernes 11/03 han sumergido a Japón en su peor crisis desde el final de la 2da. Guerra Mundial.
El Gobierno japonés parece tener asumido que se está produciendo una fusión del núcleo de los reactores, pero su gran preocupación no es esa, sino evitar "una explosión descontrolada" del sarcófago metálico que contiene el reactor, tal como pasó en 1986, en Chernobyl (Ucrania).
De ahí, la decisión de refrigerar los reactores inyectándoles agua de mar, lo que facilita el enfriamiento, aunque "muy posiblemente" los deje inservibles.
De momento, no hay ninguna grieta en los sarcófagos, ni siquiera en el del reactor número uno, pese a la explosión del sábado. La causa de esta fue la acumulación hidrógeno en el techo del edificio que guarda el reactor encerrado en su sarcófago y el contacto del hidrógeno con el oxígeno. Esa acumulación procedía de que al inyectarse agua marina se genera vapor y es necesario abrir las válvulas de hidrógeno.
Ese vapor es radiactivo y supone una liberación controlada de radiactividad, lo que no presenta grandes riesgos para la salud. Pero para reducir esas dosis de radiación que ya se detectan en el entorno de las dos plantas nucleares de Fukushima, se está añadiendo boro al agua marina, porque el boro fija los neutrones radiactivos.
Hoy el reactor más complicado es el número dos, cuya temperatura es muy elevada y en su interior se está produciendo la fusión del núcleo. Los expertos están utilizando la misma técnica de enfriamiento por agua marina pero tratan de abrir una vía de escape mayor al vapor, para evitar otra explosión del edificio que lo contiene.