Brasil, tercer país con cárceles más violentas y hacinadas del mundo
El lunes 27 y martes 28 de mayo del presente año, Brasil se tiñó de sangre. Motines en cuatro cárceles del estado de Amazonas (norte) dejaron 55 muertos. Fue una de las acciones más violentas y con un elevado número de fallecidos, pero hubiera sido peor, ya que la intervención de agentes le salvaron la vida a otros 200 presos que estaban en la “lista” para ser ejecutados
Si bien fueron los motines con más muertos en lo que va de la presente gestión, hace dos años, en los primeros días de 2017, 130 presos murieron en masacres de ese tipo den los estados de Roraima, Río Grande do Norte y Amazonas
Esos hechos reflejan la situación que viven los reclusos en los centros penitenciarios de ese país que es el tercero en el mundo con mayor población y violencia del mundo. Estados Unidos está en el primer lugar y China en la segunda posición
El país norteamericano tiene 2.2 millones de presos; China 1.6 millones, mientras que el país sudamericano alberga a más de 720 mil
Estudios realizados por varias Organizaciones No Gubernamentales señalan que la superpoblación, condiciones infrahumanas y facciones que controlan los presidios son problemas que enfrentan las cárceles brasileñas desde hace décadas, pero son problemas estructurales en su sistema carcelario, cuya población no para de crecer.
Como en la mayoría de cárceles de Latinoamerica, la infraestructura solo debería albergar a la mitad de los internos
Otro dato importante es que alrededor del 40 por ciento son presos provisorios, que todavía esperan por un juicio; por lo que las prisiones siguen siendo lugares de graves violaciones a los derechos humanos.
Un ejemplo de la situación de los reclusos en nuestros países es lo que sucede en Brasil, donde viven en condiciones pésimas y la mayoría son pobres, negros, poco escolarizados y de los barrios periféricos", encarcelados por delitos vinculados al tráfico o contra la propiedad, dijo Juliana Melo, profesora en la Universidad Federal de Río Grande do Norte y especialista en el sistema carcelario de Brasil.
Otra dificultad es la "disputa intensa" que existe entre grupos narcotraficantes rivales, que muchas veces son colocados en los mismos presidios, estimula aún más la violencia, explica la experta brasileña.
DEL ESTADO
La mayoría de las cárceles de Brasil son de gestión estatal. Están hipermasificadas y las condiciones de vida son a menudo lamentables. Habitualmente los miembros de distintas facciones criminales — como el Comando Vermelho de Río de Janeiro, el PCC (Primer Comando Capial) de São Paolo, la Familia do Norte, etcétera— están separados en distintas galerías para evitar enfrentamientosEn los últimos años, el norte de Brasil se ha convertido en uno de los principales escenarios de enfrentamiento entre facciones rivales. Como resultado de estos enfrentamientos por el dominio por las rutas del narcotráfico y el reclutamiento de nuevos miembros en las cárceles se suelen producir enfrentamientos entre rejas, que en ocasiones cuentan con la implicación de grupos más pequeños con implantación local como el Comando de Clase A
La violencia en prisión contrasta con la caída de los asesinatos fuera de ella, en la calles. Las negociaciones y eventuales acuerdos entre las bandas criminales en la mayoría de los Estados han derivado en una caída de las cifras de homicidios, algo que ya ocurría en Sao Paulo por influencia del PCC. Los datos del Monitor de la Violencia indican que los asesinatos han caído en 2018, cuando hubo 57.117, frente a los casi 64.000 de 2017
La socióloga Julita Lemgruber, investigadora en la Universidad Cándido Mendes de Rio de Janeiro y exdirectora del sistema penitenciario de Río de Janeiro, dice que las muertes en el sistema penitenciario brasileño son vergonzosamente recurrentes, porque quienes mueren son personas que pertenecen a las clases más pobres, que no conocen sus derechos
Añade que Brasil precisa combatir la superpoblación y mejorar las condiciones de reclusión. pero, “mientras tanto es necesario adoptar una estrategia a corto plazo que pasa por responsabilizar al Gobierno federal y de los estados, porque la vida de quien está ahí dentro, es responsabilidad del Estado. Si el Estado tuviera que pagar indemnizaciones millonarias a esas familias, eso no existiría más en Brasil. Ese fenómeno se repite porque no se responsabiliza al Estado por esas muertes", sostiene.
VENEZUELA
El viernes 24 de mayo, la tragedia fue en Venezuela: por lo menos 29 personas murieron en un confuso motín carcelario en el estado venezolano de Portuguesa (centro)En 2017 y 2018 se produjeron eventos similares que dejaron cerca de 39 y 68 fallecidos, respectivamente. El más grave se dio en el centro de reclusión de la Policía Estatal de Carabobo, donde la reyerta generó un incendio que cobró decenas de vidas y se convirtió en uno de los motines más graves del país en el último cuarto de siglo
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), una organización no gubernamental que defiende a los reos, ha responsabilizado de este hecho al Ministerio de Servicios Penitenciarios, creado en 2011 por el gobierno para atender los problemas del sector y encabezado por Iris Varela. La OVP ha denunciado el hacinamiento de los centros de reclusión de Venezuela, tanto en cárceles como en calabozos estatales y municipales, que albergan aproximadamente a 85.000 personas, y que ha degenerado en el incremento de la violencia
Los datos de la ONG aseguran que los centros penitenciarios bajo el control del Ejecutivo venezolano tienen una capacidad de 35.562 y la población reclusa es de 54.738. La información del OVP, sin embargo, no coincide con los datos oficiales del Ministerio Penitenciario, que asegura que en Venezuela existe una población de 54.116 reclusos y una capacidad de ocupación penitenciaria de 82.736.
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Apuntes
Inteligencia* La prisión donde ocurrió el motín en mayo del presente año tenía una ocupación muy por encima de su capacidad. Aunque estaba preparada para 208 presos, había 384 personas recluidas, según las últimas cifras oficiales, de 2016
* El secretario del Sistema Penitenciario de Pará, Jarbas Vasconcelos Carmo, explicó tras los motines que la unidad alberga dos facciones, el Comando Vermelho, de Río, y el Comando Classe A, un grupo local, aliado al PCC, el gran rival de los cariocas.
* El ataque fue iniciado por el Comando Classe A y la mayoría de las víctimas eran del Comando Vermelho
* La pelea entre presos fue inesperada. Las autoridades admitieron que no recibieron ningún informe de inteligencia que apuntara a un posible ataque de esta magnitud.
Decapitados
* Lo más terrible de los motines de mayo fue que se encontraron cuerpos decapitados y otros muertos por asfixia.
* Diez cabecillas implicados en el motín fueron trasladados a cárceles federales fuera de Pará y a otros 36 presos los llevaron a otras cárceles del mismo estado
* Las autoridades, cuando ocirrió la tragedia, señalaron que las muertes fueron motivadas por una ruptura entre presos que integraban un mismo
grupo criminal y que actúa en el tráfico de drogas