Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

LA SILICONA PENSANTE

Bolivia y la familia

Bolivia y la familia
Celebramos 194 años de la fundación de nuestra amada patria Bolivia. Desfiles cívicos, discursos políticos y muchas otras actividades se realizaron para conmemorar esta fecha especial. Y si le echamos un vistazo a las redes sociales, veremos decenas de orgullosos bolivianos y bolivianas rindiendo un homenaje digital a esta tierra hermosa, pero no todo es positivo, hay muchos compatriotas que asumen la fecha como una jornada de reflexión en la que debemos, sin reparos, enumerar los defectos que nos hacen ser un país retrasado. No pertenezco a este selecto grupo, por lo menos no quiero hacerlo precisamente este mes. Todo lo contrario, quiero que queden claros los motivos por los que Bolivia sigue siendo un país hermoso para vivir en familia.
Bolivia es uno de los pocos países en los que todavía la hora del almuerzo es un ritual diario para ponerse al día con los tuyos. Es un país en crecimiento, pero las distancias aún no son tan grandes, lo que permite que un boliviano asalariado y con horario de oficina pueda llegar a casa para almorzar. Es un lugar donde el ritmo de vida le permite al trabajador disponer un tiempo para su ocio. Hacer gimnasia, jugar con los hijos o pasear al perro. Incluso una persona que trabaja en horario continuo tiene la opción de cenar con la familia. En ausencia de la familia, muchos pueden compartir un plato de la tarde o un café con los amigos.
En el corazón de Latinoamérica, la vida no es tan agitada en comparación con los países europeos o los Estados Unidos. Los bolivianos respetan sus ocho horas de sueño y al tener tiempo para el ocio no viven con niveles elevados de estrés.
En Bolivia, la familia sigue siendo lo más importante, por ello es difícil dejar la casa de los padres y no es raro que los jóvenes abandonen su hogar solo cuando han decidido formar su propia familia. Demás está decir que muchas familias acogen al yerno o la nuera sin problemas. Todo parece ser soportable, siempre y cuando se trate de mantener a la familia unida.
Es este el país donde, aun sin tener parientes en la misma ciudad, puedes formar una seudofamilia. En Bolivia sí importa el vecino, aunque algunos consideren que es una mala práctica estar pendiente de la vida de los demás, el boliviano suele asumir de manera natural un lazo especial con sus vecinos, con su barrio, con su escuela y con todo lo que por ubicación hace su día a día, aquí el otro nos importa. Es así que quien menos conocíamos, en poco tiempo puede ser nuestro más entrañable compadre o comadre, alguien que elegimos para encargar lo más valioso que tenemos, nuestros hijos. En ausencia de los padres, en Bolivia se le rinde cuentas a los padrinos, aquellos que han sido autorizados para coadyuvar en nuestra educación.  
A diferencia de lo que ocurre en otros países, sobre todo en Europa, el y la boliviana tienen atenciones especiales con las personas extranjeras. Si bien al principio pueden ser tímidos, apenas se coge confianza, los bolivianos están sobrealimentando a los forasteros. La comida es en Bolivia la forma más clara para demostrar nuestro cariño

En Bolivia hay más de una docena de feriados al año, cada uno de ellos es una oportunidad bien aprovechada para disfrutar en familia. Las vacaciones no son largas como en otros países, pero resultan económicas si solo se trata de visitar a los parientes que están en nuestra patria. Eso sin decir que hay más de una veintena de lugares turísticos admirados por el mundo dentro de nuestro hermoso país. Bolivia es, por ello, el mejor país para vivir en familia.