Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 10:19
BoA, era hora

Una de las medidas acertadas que tomó el nuevo Gobierno es hacer una reestructuración total en la empresa estatal BoA, que según nos decían era de los bolivianos, pero en realidad era de algunos bolivianos que manejaron como si fuera de su propiedad particular. Las denuncias que van apareciendo nos dan la razón, BoA jamás pudo reemplazar la imagen que los bolivianos tenemos del Lloyd Aéreo Boliviano. Prueba de ello son las varías distinciones que tuvo durante sus operaciones, puntualidad y seguridad. Una muestra es que en la era del Jet, en más de 30 años, no tuvo un solo accidente aéreo, y, lo más importante, aunque era una empresa semiestatal, al servicio de los bolivianos, volaba a más de 10 lugares en el exterior, donde actualmente BoA no llega, lo que implica que otras empresas le quitan mercado y se dé lugar a la fuga de divisas, perjudicando a pasajeros bolivianos que deben ir a esos destinos. 

Manejaron la empresa BoA sin el menor criterio comercial y técnico, destruyendo las aeronaves con ciclos cortos de vuelo en vez de hacer vuelos largos, por ejemplo a Panamá, donde Copa con todo derecho vuela hasta 16 veces a la semana, o a Colombia y Perú con 14 vuelos de Avianca.

El gerente General de BoA jamás respondía un correo, por lo menos a mí que le envié como 10. En uno de ellos les preguntaba cómo querían traer un Airbus A330 en vez de un 787, cuyas condiciones económicas eran mucho más ventajosas que el 33O que varias empresas desecharon y hay 60 parados en tierra.

Air Europa desecha los A33O y anuncia sus operaciones con el 787 en la ruta a Madrid, España. Me pregunto,  BoA, con 16 aviones ¿sabe más de costos que Air Europa que tiene 140 aeronaves? 

Los exejecutivos de BoA jamás dieron nada en favor de los bolivianos como lo hizo el LAB y AeroSur, dando pasajes gratis a los mayores de 80 años, o de solidaridad para personas enfermas. Pero estoy seguro que dieron a sus parientes. Como podemos ver, BoA tenía que ser intervenida para cambiar su política con técnicos y ejecutivos que saben de la materia, no con gente improvisada que creó un ambiente pésimo en la empresa, donde las relaciones entre los empleados era tenso y casi hostil, algo que en el LAB no se vivió. 

El LAB, a diferencia de BoA, jamás recibió tantas críticas de los usuarios, al contrario, siempre tuvo halagos.