El 60 por ciento de presos LGBT sufre abuso en las cárceles latinas
“Como sanción a su reiterada negativa a dejarse cortar el pelo, lo hicieron desfilar por el patio (de la cárcel) para ver si era marica y si caminaba como una mujer. Le rociaron gas pimienta en la cara y lo golpearon”. Ese es el testimonio que hace referencia a un gay que está recluido en una cárcel latinoamericana, de acuerdo con un reporte de Colombia Diversa.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su “preocupación” ante los actos de violencia y discriminación que sufre el 60 por ciento de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) encarcelados en el continente.
Según su informe “Violencia contra personas LGBT”, los presos de esa población “enfrentan un riesgo mayor de violencia sexual y otros actos de violencia y discriminación a manos de otras personas privadas de libertad o del personal de seguridad”.
En el informe incluyeron denuncias de algunas víctimas e información oficial de organizaciones sociales de 25 países.
En los últimos meses, la CIDH dijo haber recibido “informaciones preocupantes” sobre casos de violencia y trato inhumano y denigrante contra lesbianas, gay, bisexuales y transexuales en cárceles, estaciones de policía y centros de detención de migrantes.
DETALLES
Los hombres gays y las mujeres transexuales son víctimas de servidumbre forzada, incluidos servicios sexuales. En México, por ejemplo, los hombres que tienen orientación sexual por gente de su mismo género son recluidos en pabellones para varones. Esto también ocurre con las lesbianas, hecho que desemboca en violaciones por parte de compañeros de celda, acoso, abuso físico y “feminización forzada” de quienes tienen “apariencia masculina”.
Pero, los abusos no solamente ocurren entre los internos, las autoridades también son perpetradoras o permiten las agresiones. Según el informe, agentes de la policía incitan a otras personas a abusar sexualmente de las personas LGBT e, incluso, han repartido condones para facilitar el abuso. En otros casos, ubican a las personas homosexuales en celdas con convictos acusados de violencia sexual.
Según el Relator Especial sobre Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Juan Méndez, las personas LGBT se encuentran en el último escalafón de la jerarquía informal que se genera en los centros de detención, lo que deriva en “una discriminación doble o triple porque están sometidas de manera desproporcionada a actos de torturas y otras formas de malos tratos”.
La Comisión también asegura haber recibido información sobre el uso del “aislamiento solitario” como una medida habitual para “proteger” a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales recluidos en prisiones.
La CIDH subrayó que “el aislamiento solitario” debe utilizarse solamente en circunstancias excepcionales, por el tiempo más breve posible y como medida de último recurso.
Esa pena, y otras formas similares de privación del contacto humano durante períodos de tiempo prolongados -agregó la CIDH-, pueden producir daños mentales y físicos irreversibles y constituyen tratos inhumanos y degradantes”.
A su juicio, la orientación sexual y la identidad de género no deben utilizarse como criterios para someter a las personas a aislamiento solitario durante períodos “indebidamente prolongados”.
Por ejemplo, entre las medidas para prevenir los abusos, la organización Almas Cautivas y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR, por sus siglas en inglés) formó a más de 300 funcionarios y oficiales de centros de detención migratoria del Instituto Nacional de Migración en México sobre identidad de género.
En Estados Unidos, el 12 por ciento de las personas LGBT privadas de libertad fue sometida a violencia sexual por parte de otros reclusos y que el 5 por ciento por parte del personal de custodia.
En Guatemala, organizaciones denunciaron el caso de un hombre joven gay que fue sometido a violencia sexual por 17 hombres y el de una mujer transexual que fue violada más de 80 veces mientras se encontraba detenida. En Paraguay, las personas transexuales sufren desde agresiones físicas y verbales,s hasta violaciones múltiples.
RECOMENDACIÓN
La Comisión Interamericana llamó a los gobiernos de la región a aplicar las siguientes cuatro recomendaciones:
1. Adoptar urgentes y eficaces medidas a favor de los LGBT detenidos en prisiones ante la violencia y discriminación en su contra.
2. Asegurar que las medidas dirigidas a proteger a las personas LGBT que se encuentran privadas de libertad no den lugar sanciones, la negación del acceso a beneficios o impongan restricciones indebidas.
3. Llevar a cabo entrenamientos para policías y personal de custodia en prisiones, destacamentos policiales, centros de detención migratoria y otros lugares de detención, para asegurar que dichos agentes protejan de manera adecuada la vida e integridad personal de las personas LGBT que se encuentran privadas de libertad.
4. Adoptar las medidas necesarias para asegurar que la decisión sobre dónde alojar a las personas trans (que se encuentran en centros de detención, incluyendo prisiones, destacamentos policiales, y centros de detención migratoria) se tome caso por caso, con el debido respeto a su dignidad personal, y siempre que sea posible, previa consulta de la persona trans involucrada.