Han pasado casi 10 días desde que 157 cochabambinos que llegaron de Chile a la ciudad volvieran a sus casas, tras protagonizar protestas y realizar denuncias por la falta de atención de las autoridades y, además, ser rechazados por los vecinos de la exVilla Suramericana.

Para evitar cualquier riesgo de que uno de ellos sea portador del coronavirus y lo propague al estar en contacto con su entorno, era imprescindible de que los 157 cumplan la cuarentena. Sin embargo, tras un “compromiso” y revisión médica, en ningún caso pruebas de laboratorio, todos volvieron a sus casas para ahí realizar la cuarentena.

Para las autoridades, en ese momento, fue fácil deshacerse y confiar en la palabra de los qhochalas que regresaron a su tierra, poco menos por la fuerza.

¿Qué se sabe de ellos? ¿Las autoridades volvieron a verlos? ¿Saben dónde viven y si no salieron de sus viviendas como juraron que no lo harían antes de que los dejaran ir? ¿Tendrán algún síntoma? Estas y otras interrogantes deben responder las autoridades del área de salud, tanto de la Gobernación como del Gobierno nacional.

Hasta ahora desconocemos si existe un informe de la situación actual de esas 157 personas, quienes se suponía debían ser vigiladas para evitar cualquier riesgo y ser atendidas inmediatamente.

“Previo llenado de un formulario de registro para evitar eventualidad, van a ser desalojados y trasladados a sus respectivos domicilios. Y, por precaución y siguiendo protocolos, deberán guardar una cuarentena precautoria”, dijo el ministro de Trabajo, Óscar Mercado, el martes 24 de marzo, tras el conflicto que se suscitó en la exVilla Suramericana, donde los vecinos de la zona exigían a gritos desalojar a los compatriotas.

La presión y la falta de coordinación que se evidenció entre autoridades departamentales y nacionales, ocasionaron que los 157 cochabambinos retornaran a sus casas a solo compromiso y ahora no se sepa nada de ellos.

Ahora que otro número de compatriotas que está cerca de la frontera con Chile y clama volver a Bolivia, esperamos que las autoridades nacionales tengan toda la logística necesaria para recibirlos y someterlos a controles médicos. Ellos tienen todo el derecho de retornar a su tierra, pero también a cumplir la cuarentena,  y las autoridades a darles las condiciones médicas.