Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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ORURO

“Tierra de amor, tierra de carnaval”

“Tierra de amor, tierra de carnaval”



Al llegar a Oruro, el casco viejo invita a explorar por los innumerables escenarios vivos de la minería y la cultura andina.

Uno de ellos es el Museo y Casa de la Cultura Patiño, con una edificación de estilo francés construido entre 1900 y 1913. Perteneció al denominado “Barón del Estaño” y magnate minero Simón I. Patiño.

Sus salones cuentan con esculturas, una pinacoteca colonial y contemporánea, además de muebles al estilo Luis XV, XVI y XVII traídos desde Europa. Cuenta con instrumentos musicales únicos en Bolivia, carrozas.

Otro espacio de relevancia cultural es el museo sacro folclórico y arqueológico Santuario del Socavón, donde se observan vestigios de un incesante laboreo minero, entre ellos el “Tío de la mina”, una escultura tradicional erigida al demonio para guiar a los trabajadores hacia los minerales.

Junto a éstos están también el museo etnográfico minero, el museo mineralógico y geológico, así como el museo nacional antropológico Eduardo López Rivas, que guarda importantes muestras de las culturas precolombinas wancarani, chiripa, chipaya y muestras de chullpas, entre otros.

Este museo se constituye en un repositorio fascinante para investigadores y amantes de la arqueología, etnomusicología, etnografía y folclore.

En parte de sus exhibiciones se puede destacar algunas muestras de deidades pétreas como la llama, el puma y una escultura del ídolo Llama – Puma.

CHALLAPATA

El municipo de Challapata, que se constituía solo en un territorio de tránsito al Salar de Uyuni, hoy presenta innovadoras propuestas a los visitantes, como “el agroturismo y aventura con altura” en la que se puede disfrutar de actividades curiosas e interesantes propias de la región.

Entre éstas figura la de visitar las fincas tradicionales, ordeñar vacas y degustar de la excepcional ambrosía, una bebida en base a la leche recién ordeñada mezclada con un traguito de singani y canela molida, espumosa y calentita.

Quienes siempre quisieron experimentar cómo se cosecha la quinua, la papa, la cebada y el forraje, también podrán hacerlo bajo la guía de campesinos expertos en la actividad.

Además, para disfrutar de una saludable y divertida permanencia a campo abierto están también los paseos a caballo y el rappel.

En la represa de Tacagua, a 10 kilómetros de Challapata, se preparan platos típicos de la zona como el cordero a la cruz y el chicharrón de llama. En este destino también están los paseos en bote, la bicimontaña y descenso de rappel, además de un tour fotográfico.

GASTRONOMÍA

Una exótica oferta gastronómica aguarda a los turistas, que no pueden salir de Oruro sin probar su delicioso charquekán (carne de llama deshidratada), el rostro asado (una cabeza de cordero con el cuero incluido), el api con pastel y otros manjares que son un deleite para el paladar.

Entre los restaurantes más emblemáticos de la capital del folclore están el Nayjama, La Kantutita, el Bon Bar, la pensión Bolívar y Las Retamas.

SAJAMA

Uno de los mayores atractivos turísticos de la Cordillera Occidental se encuentra en Sajama, el primer Parque Nacional de Bolivia, declarado el año 1939 como área protegida con el propósito de preservar los ecosistemas altoandinos.

En sus parajes se encuentran las tumbas de la cultura chipaya, además de fauna endémica del lugar como flamencos, patos, gaviotas, gallinita de agua y avoceta andina, además de los camélidos andinos: llamas, alpacas, guanacos y vicuñas.

Otra de las bellezas naturales es el volcán apagado de Acotango, situado en la frontera Bolivia-Chile y los dos Payachatas, que en el idioma aymara significa mellizos o gemelos.

CURAGUARA

Curaguara de Carangas es un pequeño poblado localizado a los pies del Sajama, que inspiró una emblemática y triste canción. “Curaguara de Carangas, palomitay, testigo de mis amores, ciento por ciento me has de pagar...” es un fragmento de esta canción compuesta por un preso político en épocas de dictadura. Con el tiempo este tema se convirtió en una especie de himno del movimiento falangista en Bolivia.

En su seno se guarda uno de los patrimonios de la cultura andina más emblematicos del barroco mestizo: la famosa Capilla Sixtina del Altiplano que data de 1608.

CARNAVAL DE ORURO

Un mito hecho historia se revive cada año en la fiesta cultural más grande de Bolivia: el Carnaval de Oruro, donde danza, música, vestimenta y religiosidad se fusionan en una fiesta de devoción a la “Mamita Candela” o virgencita del Socavón. Por la majestuosidad de su entrada, la Unesco la declaró Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.