Colosales esculturas andinas como el urpu (paloma), la t’anta wawa (niño de pan) y el sol y la luna le dan un aire ritualístico a un bosque que está enclavado en Tiataco, municipio de Arbieto.

Las piezas conforman una trilogía a gran escala que evoca a la ceremonia que ancestralmente se organiza para recibir a las almas en Todos Santos: el mast’aku.

Esos elementos andinos fueron instalados progresivamente en 2005, 2006 y 2007.

Si bien esos símbolos ancestrales de gran tamaño son una peculiaridad de Tiataco, también lo es el bosque en el que reposan, uno atiborrado de algarrobos.

Ver juntos a tantos árboles de tronco tosco, corteza marrón, copa densa y ramas extendidas, es un espectáculo. Están tan uno al lado del otro, que proporcionan mucha sombra a los visitantes que serpentean esos árboles.

ACTIVIDADES

Ese entorno natural es sede de actividades importantes para su población, como la wallunka (columpio gigante que se instala cuando finaliza la celebración de Todos Santos).

Los columpios cuelgan de las macizas ramas de algarrobos y en ellos se mecen las mujeres, impulsadas por los hombres del pueblo.

Ese ritual, que representa el “vaivén entre la vida y la muerte”, es amenizado con coplas entonadas por las mujeres.

La población puede participar de esta actividad en noviembre.

Mientras que el resto de los meses del año -especialmente entre enero, febrero y marzo, que es cuando los algarrobos están tupidos- se puede pasear por la arboleda y organizar un asado en las parrillas que la Alcaldía instaló en ese paraje, o bien degustar de la comida de antaño que ofrecen los comunarios.

DECLARATORIA

Este paraje natural tiene tanta belleza como valor, por lo que se lo declaró Patrimonio Natural, Cultural e Histórico del Estado Plurinacional de Bolivia en noviembre de 2013.

Para llegar hasta este destino turístico, que está en el kilómetro 25 de la carretera antigua a Santa Cruz, se toman vehículos públicos de la avenida Barrientos y Manuripi. El pasaje está a seis bolivianos.