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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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El Pampeño Burger, la sacrificada historia de un joven emprendedor que no tenía qué comer

El pampeño pasó hambre decenas de veces antes de tener el éxito que disfruta hoy con su negocio de comida rápida.
Veymar Daza en su negocio Pampeño Burger. CAPTURA
Veymar Daza en su negocio Pampeño Burger. CAPTURA
El Pampeño Burger, la sacrificada historia de un joven emprendedor que no tenía qué comer

Nació en Redención Pampa, Chuquisaca en la casa de su abuela, en medio de la nada, y tuvo que pasar hambre y malos tratos antes de poder emprender con su propio restaurante que ya tiene miles de seguidores en redes sociales. La historia de Veymar Daza, más conocido como el "Pampeño" llega a cientos de personas que ahora desean ir hasta Santa Cruz a probar los platos, algunos que cuestan 10 bolivianos, que sirve en su negocio. 

A los 16 años se fue a vivir solo a Sucre y gracias al impulso de su padre logró ingresar a la universidad y estudiar tres años Economía. "No tienes que ser agricultor como yo (..) tienes que ser profesional", cuenta Veymar sobre su papá en entrevista con Fuera de Serie. Sin embargo, para el Pampeño los estudios se le dificultaron mucho y en aquella ciudad pasaba muchas necesidades. 

A pesar de trabajar como albañil, lavador de autos y ayudante en varios restaurantes, el dinero que ganaba no le alcanzaba para comer y cubrir sus gastos de vivienda. 

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Cuenta que muchas veces comía las sobras de los locales de comida en los cuales trabajaba, se las llevaba en una bolsa y se alimentaba con ellas al llegar al cuarto en el que vivía. "Decía que era para mi perrito (...) el perro era yo", relata visiblemente conmocionado.

Con todas estas experiencias decidió buscar un mejor destino yendo a vivir a Santa Cruz con su novia, donde igualmente sufrió de carencias y desesperación cuando en una ocasión fue despedido de su trabajo por intentar sacarse una porción de arroz para comer.

Con deudas y la preocupación de darle un sustento a su novia, hija y a sus hermanos menores convenció de "trabajar en pareja" a su novia, dejaban a su pequeña en una guardería municipal  y durante un año ahorraron para poder hacer realidad su sueño de tener un negocio propio. 

"Nadie creía en mi, me apoyaron, pero no creían en mí", expresó Veymar. Cuando finalmente lograron establecer "Pampeño Burger" los primeros tres meses no fueron los mejores, pero con la idea de abrir una cuenta en TikTok todo fue mejorando. Hoy en día ya tiene dos sucursales, más de 100.000 seguidores en la plataforma y sus clientes muchas veces le piden fotos.