Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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LA BEBIDA HECHA CON UVA ATRAE A VISITANTES DEL PAÍS Y DEL EXTRANJERO, INTERESADOS EN SU PROCESO DE PRODUCCIÓN. LA FIESTA DE LA VENDIMIA CELEBRA A LA VID

La ruta del vino, apuesta turística del valle tarijeño

La ruta del vino, apuesta turística del valle tarijeño



Además de ser una de sus principales actividades productivas, la industria vitivinícola es hoy la bandera turística de Tarija. No por nada, la ruta del vino de esa región hace parte del privilegiado grupo de 12 sitios que promueve el proyecto "Bolivia te espera", a través del cual el Gobierno boliviano busca promocionar el país como destino turístico internacional.

Se trata de una ruta turística que viene siendo promocionada desde hace ya varios años por diferentes empresas e instituciones, entre ellas la Dirección Departamental de Turismo de Tarija, que ha confeccionado un conjunto de actividades y servicios para los visitantes interesados en conocer la región del sur a través de sus vinos y singanis.

Bautizada, precisamente, con el nombre de la "Ruta del vino y singani de altura", este atractivo turístico incluye la visita a viñedos, bodegas (industriales y artesanales) y a la campiña chapaca como tal, en un periplo que abarca al valle central de Tarija, integrado por las poblaciones de San Lorenzo, Uriondo y Cercado.

Adicionalmente, la ruta comprende la participación en diversas ferias (como las del singani y el vino patero), la visita a centros histórico culturales, la degustación de vinos de altura del Centro Nacional Vitivinícola (Cenavit) y la llegada al cañón de La Angostura, un paraje natural de incontestable belleza.

VALLE La región que acoge la “Ruta del vino y singani de altura” es el valle central de Tarija, una zona que abarca la ciudad capital y varias poblaciones privilegiadas, por estar localizadas en un valle subtropical (de entre 1200 a 2000 metros sobre el nivel del mar), con condiciones climáticas muy benignas, destaca la Dirección Departamental de Turismo. Estas y otras cualidades la han vuelto una región de gran potencial turístico.

VENDIMIA El valle de la Concepción, ubicado a tan solo 25 minutos de la ciudad de Tarija, es escenario de la Fiesta de la Vendimia Chapaca, donde la cosecha de la uva representa el momento más importante para todo viticultor, pues es la culminación del esfuerzo de un año de dedicación en el cultivo de la vid.

Así lo reseña el portal tarija.bo, que explica que a la vendimia sucede un encuentro de arte y vino, que reúne a artistas de varias disciplinas durante 10 días.

La pisa de la uva en la serenata a la vendimia es el punto culminante de la actividad, que da paso a la Fiesta de la Vendimia Chapaca, donde se exponen los mejores productos de uvas, vinos y singanis.

Esta actividad se realiza en el mes de marzo, en el valle de la Concepción. Cuenta con la participación de gente del lugar, la ciudad y el exterior del país.

El singani aporta un atractivo adicional a la zona

Una visita realizada a la región vitivinícola tarijeña permite conocer los viñedos y las bodegas de la empresa que produce el singani Casa Real, uno de los más prestigiosos del país.

La visita tiene su epicentro en el valle de Santa Ana, a unos 18 kilómetros de la ciudad de Tarija, donde existen viñedos extensos.

VIÑEDOS Al llegar a las bodegas de Casa Real, de propiedad de la familia Granier, los viñedos abren el camino de ingreso, resguardados por rosas. Ellas, además de adornar el lugar, son las “mártires” del viñedo, pues son atacadas por el pulgón antes que las uvas. Cuando el rosal sufre el ataque de la plaga, los expertos preparan la defensa del viñedo.

Los viñedos de Casa Real y Campos de Solana tienen uva plantada en alrededor de 165 hectáreas, de las que el 70 por ciento corresponde a la variedad Moscatel de Alejandría, considerada “la uva reina de Tarija”, que suele ser destinada a la elaboración del singani.

ORIGEN El singani es una bebida que se elabora solo en Bolivia y sus orígenes se remontan a la época de la Colonia. El singani “no caduca nunca”, a diferencia del vino, que tiene límites de guarda.

Según explican los Granier, cada año procesan entre 7 y 8 millones de kilos de uva. Durante la época de la vendimia, cada camión traslada en promedio de 180 quintales de uva cosechada.